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El maestro Hernando

Hemos leído en la prensa la convocatoria, por parte de don Manuel Lozano, empresario de la plaza de toros de Segovia, de un homenaje a primeros de abril al más célebre de los toreros segovianos: don Andrés Hernando García, que cuenta ya casi 86 años de edad. Creemos que se trata de una iniciativa muy amable e interesante, porque viene a homenajear a una personalidad benemérita y relevante, digamos que no solo como matador de toros.

El maestro Hernando, nacido en La Velilla de Pedraza en 1938, cuenta ya 86 años de edad. Tras torear becerros y hacerse novillero, tomó la alternativa como matador de toros en la plaza de toros de Segovia en 1962, mereciendo tres orejas y un rabo. Durante su larga carrera ha toreado en todas las plazas de España y hasta en México, ha salido tres veces por la puerta grande de la madrileña Monumental de las Ventas, logró el indulto de un toro en Barcelona (único caso en 30 años), ha merecido el prestigioso ‘Premio Manolete’, y ha resultado cogido y herido en seis ocasiones, dos de ellas muy graves. Se retiró de los ruedos en 1974, dedicándose luego a la crianza de toros bravos en las tierras abulenses de su esposa. Allí se le homenajeó en 2022, y en palabras del consejero de Cultura de la Junta de Castilla y León, fue ‘un merecidísimo homenaje a uno de los toreros legendarios de la segunda mitad del siglo XX’.

Notemos esa circunstancia de criador de reses bravas, es decir de conservador de una de las más bellas y emblemáticas especies de nuestro rico patrimonio ganadero, el toro bravo. Una raza que, por cierto, se extinguiría prontamente sin la Tauromaquia, porque sin el rédito económico de la lidia nadie criaría vacadas de toros bravos.

Interesa, claro, resaltar sus servicios a esta ciudad de Segovia en cuya plaza tomó una gran alternativa en 1962, la misma plaza en la que se retiró dignamente en 1974. Ha sido muy habitual verle torear en las Fiestas de San Juan y San Pedro entre 1962 y 1974, y también ha toreado en todas las plazas de nuestra provincia.

Pero mucho más que su destreza en la tauromaquia, yo quiero destacar su gran talla humana, demostrada con los hechos de un constante apoyo a los más necesitados. Tuvo una generosa actuación en Madrid, en la tradicional corrida de la Beneficencia, en 1964, y en esas famosas corridas benéficas se mantuvo hasta su retirada. Y desde 1973 a 1989 ha promovido en Segovia dieciséis festejos taurinos a beneficio de APADEFIM, nuestra gran organización asistencial. También lo hizo, durante varios años, en favor del Asilo de Mayores de Morata de Tajuña (Madrid), población que le declaró ‘hijo adoptivo’.

Insistamos en ello: el maestro Hernando es una persona que, en beneficio de sus semejantes más desfavorecidos, se ha jugado en los ruedos su propia vida en varias ocasiones. No su nombre, ni su tiempo, ni sus pertenencias ni su dinero: su propia vida.

Sin duda por todo ello, el Gobierno le concedió, merecidamente, la cruz de primera clase de la Orden Civil de Beneficencia (actual Orden de la Solidaridad Social).

Estos méritos y servicios, tanto como persona altruista y generosa, como siendo también un gran conservador de nuestro patrimonio  ganadero, de nuestro ecosistema rural, nos indican que estamos ante una personalidad egregia, que merece bien el homenaje que se le quiere dar en Segovia, su tierra.

Un homenaje taurino que no debería limitarse a la esfera privada, sino que habría ser encabezado y promovido por las instituciones públicas, queremos decir por la Junta de Castilla y León, la Diputación Provincial, y el Ayuntamiento de Segovia y otros municipios de nuestra provincia. Porque todas han sido favorecidas y beneficiadas por nuestro paisano el maestro Hernando.

Y, por tantos méritos y servicios, el homenaje tampoco debería circunscribirse al ámbito taurino, sino que en atención a ‘la edad, la dignidad y el gobierno’ del maestro Hernando, bien podría materializarse también en la concesión, por ejemplo, de la medalla al mérito cultural de la ciudad de Segovia, considerando que la Tauromaquia, mal que pese a algunos delicaditos, está declarada, porque lo es, una parte integrante de nuestra Cultura…

 


Author: Alfonso Ceballos-Escalera y Gila

Doctor en Derecho e Historia. Concejal de Vox en el Ayuntamiento de Segovia.

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3 Comments

  1. Muy de acuerdo con el artículo

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    • El toro bravo no es una especie,son ejemplares de “bos Taurus” seleccionados por determinadas características para la lidia,para morir en un espectáculo(Lo mismo ocurría con los gladiadores y la especie humana no se ha resentido por su desaparición). La tauromaquia sì es cultura ( como casi todo lo que hace el ser humano) pero no es Arte.

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  2. Delicaditos no señor Ceballos, simplemente sensibles al sufrimiento de otros seres vivos.

    Por el apoyo de VOX a la tauromaquia y a la caza no les votaré nunca. Y como yo hay más de uno. Una pena.

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