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Orol, Riquer y Zamorano

El Segovia Futsal celebra su victoria ante el Hércules.

El Segovia Futsal celebra su victoria ante el Hércules.

Reconozco que cuando escuché la noticia, en plenas navidades, creí que era una inocentada que llegaba con algo de retraso. Pero me hizo ilusión, me creó unas expectativas inexplicables, seguro que por conectar directamente y sin proceso racional de por medio con mi ‘yo emotivo’, ya que estos dos nombres estarán unidos para siempre con los momentos más felices de nuestras vidas deportivas. Porque Riquer y Orol son, junto a Daniel, Adeva, Jiménez, Juanlu, Serpa o Amado el mejor recuerdo del mejor Caja Segovia. Y eso es mucho decir. Todos sabíamos que andan camino de los 40, pero todos sabemos también de su enorme profesionalidad y de cómo se han cuidado para llegar a este ocaso deportivo en plenas condiciones. Y lo hacen sin contraprestación económica, lo que agranda aún más su ya excelente currículum deportivo y personal en nuestra ciudad.

La situación de cierta desesperación de la entidad les hizo echar mano de dos jugadores que no pueden siquiera aportar todos los entrenos de la semana, ni todos los partidos que quedan de la competición. Seguramente sólo estén para un par de sesiones y para echar una mano en los choques del Pedro Delgado. Pero da igual. Se me antojan, básicos. Con un grupo tan tierno como el actual Segovia Futsal, con las complejidades que han mostrado en todos los duelos para saber masticar al ritmo adecuado cada tramo del juego, para saber echar un balón a la grada, para dirigirse al árbitro con criterio y galones… para todas esas cosas que hacen del deporte algo más que la simple ecuación: ‘dinero y calidad, igual a éxito’; por todo eso, la presencia de Javi Orol y Alberto Riquer parece un gran acierto.

Para corroborar las mejores sensaciones, las reflexiones que apuntan a la elevación de sus figuras de forma hegemónicas sobre la cancha, el equipo se citaba el pasado sábado en el Pedro Delgado en un nuevo encuentro de Liga. Lo hacía después de un largo período de tiempo ausente del coliseo segoviano, con otros dos jugadores nuevos en la recámara y con estreno del técnico David Zamorano. El debut no pudo ser mejor y Orol y Riquer -al margen de aportar la inteligencia táctica y experiencia que se les presupone- fueron los artífices de los dos tantos que dieron la victoria, primera victoria en casa, al equipo segoviano frente al Hércules, un rival directo en la tabla.

Su presencia, no obstante, no ha sido suficiente para eclipsar la otra gran noticia, el adiós de Carlos Sánchez tras no poder asumir la entidad su ficha económica. Demasiados agobios económicos y demasiado pronto, pues queda toda la segunda vuelta. Deseando toda la suerte del mundo al nuevo y joven técnico, la secretaría técnica del Segovia Fut Sal no ha demostrado mucho tacto con el otro aspirante al banquillo segoviano, Diego Gacimartín. Cuando uno se enfrenta a decisiones de ese tipo, tiene que ser sincero y afrontar la negociación con franqueza. Si se apuesta por un técnico madrileño, por las razones que quiera esgrimirse, ha de defenderlo y tirar adelante con tal designación, pero no conviene realizar una secuencia de actos que dan la sensación de que se contactó con el entrenador segoviano sin ninguna intención de ficharle, sino para salvar el expediente de cara a la afición, queriendo trasladar la idea de que se hizo todo lo posible por contratarle, si bien fue imposible el acuerdo.

Author: Opinion

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