Las Calderas del río Cambrones

Posted By Juan Pedro Velasco Sayago on 9, May, 2014

Las Calderas del río Cambrones.

(Serie La Granja, 6)

Vista de la cuerda de La Atalaya y el valle del río Cambrones.

Plano aguas del río Eresma alto.

El río Cambrones es uno de los principales tributarios del río Eresma. Forma una de las dos cuencas del curso alto del Eresma (la otra la forma el río Balsaín que recoge los arroyos que nacen de Siete Picos y Peñalara).

El Cambrones, proviene del puerto de Malagosto, donde está su manadero. En su encajonado discurrir reúne las aguas de la zona de cumbres al norte del Reventón.

Posteriormente las aguas que se descuelgan de la cuerda de La Atalaya, por su orilla orográfica derecha, y las que se precipitan de la cuerda de La Flecha por la izquierda.

Antes de desaguar en el pantano del Ponton Alto, donde tributa en el Eresma, mantiene una cacera que reparte sus aguas por distintos términos municipales entre Palazuelos de Eresma y Trescasas.

Además de surtir con alguna de sus fuentes en la zona alta de su nacimiento al embotellamiento de una conocida marca de agua mineral que, tras ordeñar la Colada de la Becea, en el macizo de la Mujer Muerta, optó por buscar ‘otras’ aguas.

Plano recorrido.

Las Calderas.

Puente de la Reina sobre el arroyo de Los Chorros.

Las Calderas que vamos a visitar, son pozas o bodones como se conocen en otros ríos y lugares. Se forman por el roce que producen las arenas y los cantos rodados que quedan al alimón en los nichos graníticos más débiles.

A fuerza de ser removidas por las turbulentas aguas crean estas charcas, excelentes para la pesca y para refrescarse en los meses más calurosos.

El tramo del río por el que transitaremos tiene categoría de “Coto de Pesca. Pesca sin muerte. Sólo mosca artificial”.

El punto de partida puede ser la fábrica de vidrio de La Granja. Tras recorrer unos 800 metros por el Paseo del Pocillo, giramos 90º a la derecha, tomando camino de arena, hacia el puente de la Princesa, que salva, ya hermanados, los arroyos de los Chorros Grande y Chorro Chico.

Estamos en el Paseo de la Casa de Vacas (rancho de Berrueta); con señal de circulación prohibida para vehículos.

Paso habilitado en alambrada Mata de la Sauca.

Era uno de los paseos que la famosa Guía descriptiva del Real Sitio de San Ildefonso, escrita en 1884 por Rafael Breñosa y Joaquín Castellarnau, nos indica como rodeado de corpulentos chopos.

A unos 400 metros abandonamos el camino, por nuestra izquierda. Una cancela de hierro con paso habilitado para el caminante facilita el paso.

Estamos en terrenos de la Mata de la Saúca. No hemos de olvidar que los caminos con servidumbre de paso no se deben de abandonar nunca. (Ver plano y mapa IGN zona).

Una senda bien delimitada entre hermosos ejemplares de roble nos conduce, con la mirada siempre puesta en el cerro de la Atalaya, hasta un puente de madera sobre el río Cambrones.

En este punto y salvada una puerta giratoria, seguiremos paralelos al río, aguas arriba, hasta toparnos con el azud ‘Madre’, que desvía parte de su caudal a la cacera del Cambrones.

Rancho de la Tejera, paso a la cacera del río Cambrones, 1867

Desde el puente antes señalado se puede continuar hacia el rancho de la Tejera, que salva la cacera por 4 grandes losas de granito con la inscripción Aº 1867. Proseguimos por camino a la derecha, paralelos a la corriente; en escasos minutos topamos con el azud.

Recordemos una vez más: estamos en caminos de paso de los que no debemos salir. Ahondando en este tema, como dijo el maestro Joaquín Araujo “los caminos llevan a los hombres y se llevan la Naturaleza“; hemos de ser respetuosos y no salir de los caminos por capricho y diversión. (Ver plano y mapa IGN zona).

A un lado quedan las peladas pero aromáticas laderas de La Atalaya, y al otro, el abundante arbolado del antiguo y acotado recinto real comprado por Carlos III, hoy Mata de la Saúca.

Azud cacera del río Cambrones.

Hacemos memoria:

Senda de Las Calderas, paso alambrada y fuente.

tanto los pinares como las matas, pertenecieron a la Ciudad de Segovia y a la Noble Junta de Linajes y al Común de su Tierra, hasta que lo compró en 1761 el rey Carlos III. Permaneció en poder de la Corona hasta 1869.
Por un corto periodo de tiempo, las Matas llegaron a manos privadas, quedando desvinculadas definitivamente la Mata Pirón, la Saúca y Navalosar.
El resto de los terrenos en la Segunda República formaban parte del Patrimonio de la misma y desde 1940 son propiedad del Patrimonio Nacional. En 1995 se integran en el Organismo Autónomo de Parques Nacionales.

Nosotros, ajenos a tejemanejes comerciales y políticos, seguimos ganando altura poco a poco

Poza en el río Cambrones.

para adentrarnos en la aventura de Las Calderas.

A veces hay que desviarse de la orilla, para salvar los escarpes del río, pero a tiro de piedra del mismo.

Los primeros bodones son los más accesibles, con hermosos chopos y frondosa vegetación de ribera. A medio camino, tras pasar una portera en alambrada, una fuente a ras de suelo, nos refrescará.

Las calderas superiores, en zona más abrupta pero con un encanto especial, no tardan en aparecer. Para llegar a ellas hemos de cambiar de orilla pues una formación rocosa así lo aconseja.

¡Conózcanlas! Merece un paseo. Sus nombres: la del Guindo, de En medio, la Negra, que es la más profunda y de mayor tamaño, o la titulada en una roca como del Barbas.

En alguna parte del camino quedan restos de calzada parecida al Camino de las Pesquerías del río Eresma.

Terminamos con una alegre curiosidad: Nuestra ruta aparece indicada en Internet como lugar naturista de nudismo tolerado.