Posted By Redacción on 13, Jul, 2023

La Secretaría de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha ordenado reanudar, de forma provisional, las obras del teatro Cervantes, paralizadas hace siete mese y medio, después de que se hayan encontrado “nuevas soluciones técnicas” para realizar la actuación, aunque el inminente reinicio se hará sin conocer el precio definitivo que tendrá la actuación y de hecho, con la intención de negociar con la empresa ese precio a la vez que se llevan a cabo los trabajos y sin plantear en este momento una nueva licitación.

La extraña fórmula se sustenta en una cláusula de la Ley de contratos del sector público, según ha explicado la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, que reconoció que la cláusula en cuestión “se utiliza de manera excepcional y sólo en supuestos tasados y esta obra está en el supuesto por el perjuicio de no continuar la obra para el edificio, la muralla y los edificios colindantes”.

Invocando de esta manera el interés general de la obra, a doce días de las elecciones, la delegada gubernamental comunicó, por iniciativa propia y en una conferencia de prensa convocada para dar cuenta de una actuación policial, la reanudación de la polémica obra aunque matizó por tres veces que lo hacía sólo “a título informativo” —los anuncios de “logros” de gestión en la administración están prohibidos en campaña por la Ley electoral— ya que las obras van a reanudarse inmediatamente.

La iniciativa del Ministerio, autorizada oficialmente el 6 de julio por el Secretario de Estado, David Lucas, consiste en aplicar inmediatamente las “soluciones constructivas” que se aplicarán en el proyecto modificado de la obra, pero sin saber qué incremento económico supondrá tal actuación, un aparente “cueste lo que cueste” que se dirimirá sobre la marcha mediante negociación con la propia adjudicataria en base a un nuevo proyecto.

Virginia Barcones y Marian Rueda.

Barcones tuvo dificultades para explicar a los periodistas aspectos básicos de esta situación como si existe ya un proyecto modificado y redactado o la reanudación se basa sólo en las ideas de las “soluciones” encontradas por los técnicos; si hay un cálculo, siquiera aproximado de los costes a mayores —el proyecto original se adjudicó por más de nueve millones— y si estos superarán el 20 por ciento que permitiría la rescisión del contrato por parte de la empresa obligando a abrir un nuevo proceso de licitación.

En todos esos casos, se remitió a la literalidad del texto que la había llegado desde el Mitma para anunciar la reanudación de los trabajos. También explicó que aunque la situación se basa en una excepcionalidad de la Ley, el precedente similar podría encontrarse en las obras de la autovía del Duero, donde se aplicó esta misma cláusula en dos tramos en los que se comprobó que las características del terreno eran distintas a las que se preveía en el proyecto.

Reducción del sótano

La delegada del Gobierno no pudo dar detalles concretos del proyecto modificado sobre el que se desarrollará ahora la construcción aunque sí adelantó un detalle importante, ya que las medidas de excavación “serán reforzadas por la reducción de la planta sótano sin apenas afectar a los espacios representativos o en el programa de necesidades”, una reordenación de espacios que queda pendiente de la publicación del documento para conocerse.

Las obras de construcción del teatro Cervantes se paralizaron oficialmente el 1 de diciembre de 2022 con el argumento de que en la zona habían aparecido rocas que los técnicos “no esperaban” cuya excavación producía vibraciones que afectaban a la muralla medieval y a los edificios y comercios de la zona. Las evidentes carencias del proyecto original se han tratado de explicar por Barcones que ha leído de la nota ministerial que “la situación de partida previa a la intervención que se está desarrollando adolecía de un importante condicionante al contar con la existencia de un edificio que ocupaba el mismo espacio, hecho que dificultó en gran medida la realización de los trabajos previos de reconocimiento del terreno y del estado de la muralla. Además, la cota de asiento del antiguo edificio se encontraba por encima de la actual lo que incluye trabajos de excavación. Además, la propia ubicación de la obra, en pleno centro urbano de Segovia, complicó enormemente la identificación de condicionantes importantes que afectan al entorno de las obras, como ha sido el caso de la existencia de formaciones rocosas, hasta el momento ocultas por las edificaciones colindantes y la urbanización de las calles. Este extremo no pudo comprobarse hasta el momento de iniciar las obras“.

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