En el capítulo de gestos —fueron muchos en esta rueda de prensa llena de explicaciones— destacó la comparecencia del concejal de Deportes, Javier Arranz, junto a la alcaldesa para fijar la postura oficial en el asunto del pabellón del Peñascal. Primer mensaje: el edil es el interlocutor válido del Gobierno local.
Ambos coincidieron en que la decisión adoptada por Educación de ceder la obra a otra empresa para que acabe la obra “es la mejor opción”, ya que no supondrá nuevos retrasos, pero Luquero evitó las fechas límites y si el nuevo plazo de terminación, noviembre, no se cumpliera “entonces ya veremos”, dijo aunque mostrándose esperanzada en que la fecha anunciada “sea la definitiva”.
La alcaldesa trató de apaciguar los enfrentamientos que por este asunto protagonizaron la semana pasada Arranz y la que entonces actuaba como alcaldesa en funciones, Claudia de Santos: “En todo grupo humano, a veces, se producen malentendidos o faltas de comunicación. Lo importante es que cada concejal siga trabajando como lo ha hecho hasta ahora en su área y tema superado”. Zanjó.
En cuanto a la suspensión del ciclo de cine israelí, Luquero reconoció el carácter de “actividad cultural, relacionada con los creadores y no con las salvajadas y las malas decisiones de un Gobierno”, aunque “para no herir sensibilidades”, la alcaldesa consideró “prudente” la suspensión de lo programado.
En un extraño equilibrio, afirmó que la postura socialista en el pleno, rechazando un punto de una moción de IU que pedía la interrupción de las colaboraciones culturales con Israel no choca con la suspensión de las proyecciones “porque la moción era muy genérica y esto ha sido un hecho puntual”, aunque admitió presiones previas: La decisión, según reconoció, se produjo tras la recepción de correos y mensajes de “gente muy reflexiva” que pedía “sensibilidad” al Consistorio.
El robo de dispositivos, “un incidente”.
Finalmente, la presidenta de la Corporación municipal confirmó la información publicada ayer por acueducto2.com tras el robo de un ordenador y un teléfono que la concejala, Lirio Martín, sufrió en dependencias municipales y consideró el suceso “una incidencia”.
Tras mostrarse poco esperanzada en que se descubra al culpable, aseguró que en el ordenador desaparecido —facilitado por el Consistorio a la concejala— no había ninguna información sensible sobre el Ayuntamiento porque “toda la documentación que se mueve en el Ayuntamiento puede ser pública. Lo que se hace aquí se puede decir por megafonía en la Plaza Mayor.
Diputación
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Las cosas claras y el chocolate espeso. Cada uno en su sitio y dios (o diosa) en el de todos. Esto de los ‘independientes-dependientes’ de un dependiente del Partido, contratado a carta blanca, está muy bien hasta que se despide y hay que empezar un ERE para las próximas elecciones. O ponen orden en la Agrupación segoviana o preparan otro ‘Podemos’ variopinto y a ver que pasa.