Cada día desde hace tres meses, Gloria y otros cuatro compañeros acuden a su puesto de trabajo en el supermercado Dia de Palazuelos de Eresma. Abren la chapa, se sientan en una silla y esperan. Desde hace tres meses no cobran, tampoco se repone mercancía ni nadie les dice nada. Las estanterías están semivacías, y el poco género que queda se acumula a la entrada de la tienda. La empresa propietaria, Solar Inveco SL, simplemente ha desaparecido. Como no hay interlocutor sus contratos se consideran en vigor, nadie los ha cancelado, de modo que los trabajadores tampoco pueden apuntarse al paro; no les queda otra que apurar el periodo legal para denunciar finalmente a la empresa por impago y conseguir la extinción del contrato. Debe quedar claro que no es un problema de Dia. Habitualmente a distribuidora opera en franquicia con socios locales, Solar Inveco en este caso, que son los que aportan el local, la plantilla y compran a Día el género. “No es un problema de Dia, hasta donde sabemos, ellos también han denunciado por incumplimiento de contrato”, explica Gloria.
Actualmente son cuatro trabajadores, más una compañera en baja por maternidad que está en las mismas. A estos se suman los carniceros, que tienen un contrato aparte para explotar la sección de carne fresca, que se ve perjudicada porque al estar el supermercado prácticamente vacío pierde el cliente ocasional. “El supermercado abrió sus puertas en agosto de 2012, con tres socios -entre ellos el abogado segoviano Manuel González Herrero-. Los socios se pelearon y nos han dejado colgados. Nadie se reponsabiliza. Nuestros abogados nos dicen que tenemos que seguir acudiendo a nuestro puesto de trabajo para poder denunciar. Llamamos a los socios y dicen que no tienen ya nada que ver y que nos apañemos. González Herrero vino un día y se llevó los muebles, diciendo que eran suyos. Un bar de Palazuelos nos dejó entonces unas sillas para que pudiéramos al menos sentarnos”, relatan los trabajadores.
Según los trabajadores el supermercado funcionaba bien, es el único de Palazuelos, pero soportaba demasiados gastos. “Demasiado socios, incluso tenían de gestoras a dos mujeres de ellos”, comentan. No se pagaba el alquiler del local, de hecho, los trabajadores explican que la empresa también adeuda los gastos de comunidad desde hace un año, y empezaron a surgir desavenencias entre los socios. “Desde abril no cobramos”. El supermercado está abierto pero vacíos los estantes, como en una pesadilla de desabastecimiento.
25 junio, 2015
Me suena 🙁 Vamos tipo el periódico digital y en papel ‘acueducto.com’ que sus trabajadores tenían que currar, aunque no cobraran (demasiados casos) y si no verdes las han segado que la justicia es lenta. Será este el fin de la crisis, el estado del bienestar cacareado por nuestros políticos, ese que según ellos están salvando por nuestro bien y el de unos cuantos de los suyos, añado yo.