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Sin basket

Ahora que durante estos se ha podido hablar, ver y debatir sobre baloncesto en Segovia, me vuelve a surgir la misma cuestión. ¿Cómo es posible que esta ciudad no tenga un equipo en una categoría nacional? Es verdad que van surgiendo propuestas para que -si no se tuerce la cosa en exceso- el año próximo podamos tener algún representante en la Primera Nacional, pero lo plasmado ya este curso, en el que volvimos a estar ausentes de la competición femenina y en chicos, por primera vez en muchos años, la ciudad se quedaba sin representante en la liga autonómica, ha resultado ser el colmo de la desesperación.

Imagen de un partido de la Liga Avispa KalixtaEl tema es para hacérselo mirar. Se trata del segundo deporte en cuanto a seguimiento en el país y tenemos una generación dorada que no deja de darnos medallas y títulos en los diferentes torneos a los que acude. La liga provincial está poblada de equipos y desde un punto de vista formativo y educativo, el baloncesto supone un excelente complemento al desarrollo de los chavales, sobre todo en aspectos como la psicomotricidad, el respeto al contrario, el trabajo en equipo…
Unami, Basket 34 o CD Base son algunos de los ejemplos de clubes que llevan trabajando tiempo ya con los chavales. Especial mención para el caso del CD Base, que pusieron en marcha hace unos años el excelente invento de la liga Avispa Calixta, en la que renacuajos que no levantan un palmo pueden empezar a pegar las primeras carreras y lanzamientos en un terreno de juego adaptado a sus diminutas dimensiones. Pero, en general, habría que plantearse qué está ocurriendo en esta ciudad para que, desde hace años, varios clubes tengan en sus categorías inferiores cientos de niños practicando este deporte y llegando a competir en estadios autonómicos para… ¡nada! El cuello de botella que se establece al final de la categoría junior es formidable y no es que no tengan posibilidad de jugar en una competición interesante en su ciudad, es que ni siquiera pueden continuar su carrera en clubes más poderosos fuera de nuestras fronteras.

Son escasísimos los casos de jóvenes que han podido salir de Segovia para integrar las plantillas de otras franquicias más poderosas. ¿Será siempre una ausencia de dinero? ¿Será el temor de partir a buscar nuevas aventuras deportivas fuera de casa? ¿No tienen nuestros jugadores la calidad suficiente para probar fortuna en categorías superiores? Se plantean un montón de preguntas y pocas, pocas respuestas. Existen muchas causas, pero podemos apuntar alguna. El trabajo en las escuelas deportivas tiene un par de características esenciales que lo hacen limitar el propio crecimiento de los jugadores, tal y como ocurre en otros deportes de equipo en Segovia: Por un lado se trabaja sobre todo en cantidad (cuantos más chavales se tienen, la escuela recibe más apoyos económicos) y por otro, no existe un número importante de técnicos con una cualificación adecuada para terminar de completar el tránsito de los talentos incipientes en deportistas preparados para el máximo nivel.

Author: Opinion

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