Posted By Redacción on 8, Sep, 2016

Arguyendo que si falta de medios humanos para acopiar la información, necesidad de cumplir con la protección de datos o que la información ya  “más o menos” es pública, en el pleno del Real Sitio celebrado el 8 de septiembre, PP (3 concejales)  y PSOE (6)  forzaron a UPyD-Centrados en San Ildefonso a dejar sobre la mesa la moción que estos últimos presentaran y tendente a homologar el portal de transparencia del consistorio con el estándar recomendado por el Índice de Transparencia del Ayuntamiento.

“Esto está pensado para diputaciones y capitales con más medios”, se justificaba Samuel Alonso, portavoz del PSOE. “¿Dónde nos vamos a meter? Esto pide unos medios considerables, tiempo y dinero. Me chirría”, decía Juan Carlos Gómez del PP, que cuestionó la conveniencia de publicar las declaraciones de bienes e ingresos de los concejales. “De estas cosas a la gente lo que le interesa es saber lo que tiene el alcalde o el concejal. ¿Es necesario?”, se preguntaba Gómez, que sin embargo decía “gustarle la música” de la moción y solicitó reiteradamente al de UPyD perfilar mejor la cuestión. El PSOE y el PP incluso llegaron a invocar la ley de protección de datos para justificar la imposibilidad de colgar en la web aquellas sentencias (documentos públicos por definición) que afectan al ayuntamiento o, incluso, la relación de bienes del ayuntamiento, no vaya a ser que alguien se entere.

Bastante surrealista. A pesar de los reiterados intentos de José Luis Santos (UPyD) de sacar adelante la moción, al final se quedó en llevar una propuesta a Junta de Gobierno y, ahí, acordar cuántos de los 80 indicadores pueden trasladarse a la realidad granjeña y algún protocolo, tipo el pactado para el ayuntamiento de Segovia, para la controvertida cuestión de los bienes de los ediles. “La oposición no debe poner pegas a esta historia”, decía Santos.

Un aumento de sueldo de 33€ al mes

También hubo tenaza PSOE y PP para sacar adelante otro de los caballos de batalla de la oposición. El sueldo del alcalde. Y es que resulta que en el pleno organizativo de inicio de legislatura, y tras no poca polémica, se pactó un sueldo para José Luis Vázquez a actualizar en la misma proporción que el de la plantilla municipal. Como sea que recientemente se aprobó una subida del 1% en los jornales municipales, tocaba ahora actualizar el sueldo del alcalde en 389€ año, sobre 33€ al mes. Ocasión pintiparada para que el combativo Santos volviera a sacar las banderillas recordando que la “supuesta dedicación exclusiva” del alcalde, en la práctica, se compatibiliza con las dietas percibidas como diputado provincial y miembro de dos comisiones, amén de las percibidas en calidad de vicepresidente de la Federación de Municipios y Provincias de CyL. Hiperactividad que, según Santos, se sustancia “en que la gente se queja de que no encuentra al alcalde”.

Algo que negó rotundamente el portavoz del PSOE. “Como todo el mundo sabe en La Granja, el alcalde es el primero en llegar al ayuntamiento y el que cierra la puerta por la tarde”, dijo, y recalcó las ventajas resultantes para el municipio de la presencia en la Diputación y demás foros de Vázquez.

Por su parte IU apelaba al alcalde a hacer un gesto, a renunciar a la cantidad para “poder dar ejemplo”. Para Gómez, del PP, “hay que cumplir con lo acordado, si se votó que se le subiría el sueldo igual que al resto de funcionarios, hay que cumplir”.

Poca cosa más en un pleno que dio el visto bueno al informe económico de 2015. Los concejales informaron de un nuevo crédito de medio millón de euros para afrontar “tensiones de tesorería”, como el pago de la parte que toca al ayuntamiento en las obras de la fachada norte de la Real Fábrica de Cristales (la subvención inicial se gastó en mejorar el alumbrado público). Este nuevo crédito no contraviene la legislación de estabilidad presupuestaria en la medida que se paga en el mismo ejercicio anual y es solo para tesorería, es decir, para ir pagando en tanto llegan otras partidas presupuestadas. Pero suma, claro. Más gastos financieros.

El Real Sitio reprueba a Ecologistas en Acción

De todas maneras, los plenos del Real Sitio son siempre interesantes. Los ruegos y preguntas se convierten en un repaso a un sinfín de temas, desde la dificultad de conciliar las fiestas de San Luis con el descanso y la necesidad de sensibilizar a los padres sobre las borracheras de los menores (este año especialmente complicado, entre ingentes cantidades de basura post-botellón solventemente retiradas por los servicios de limpieza, peleas y algún que otra coma etílico más de lo esperado). El agotador caso Larcovi y el del hotel Isabel de Farnesio. Los problemas con la urbanización Caserío de Urgel y las deficiencias en la CL-601. El coste del vino de la judiada (se paga a 1,70 el litro granel, y encima a empresas de fuera, cuando lo “suyo” según el PP es pagar 0,85) y lo que cuestan las Noches Mágicas.

Un caso curioso fue el sacado a relucir por el PP, a propósito de una queja registrada en el ayuntamiento, procedente de las Islas Baleares y firmada por Ecologistas en Acción en el que se lamenta, y es literal “la tradición de los vecinos granjeños de llegados fiestas verter lejía en el Eresma para pescar truchas” (sic).

Algo que indignó, y con razón, a los concejales. Según Ecologistas en Acción, recientemente se han detectado “centenares” de truchas muertas en el Eresma, algo que los conservacionistas imputan a la costumbre granjeña de pescar con lejía llegado San Luis. Chorrada de las de quedarse ojiplático. “Es la primera vez que oigo algo así”, se quejaba Gómez. Pescar con lejía es algo sumamente penado y que sea costumbre hacerlo “para las fiestas” una falsedad. José Luiz Vázquez avanzó que en la próxima junta de gobierno se someterá a votación la reprobación de Ecologistas en Acción pidiéndoles además que, cuando menos, se informen un poco mejor.

Al parecer, y según explicaba la concejala de Obras y Servicio, María Jesús Fernández, recientemente se ha acometido la limpieza de la pequeña presa de Valsaín, para lo cual y como establecen los protocolos se procede a una pesca eléctrica de peces. Se enchufan cátodos en el agua, las truchas se aturden, se cargan en bidones y se vuelven a echar al río, aguas abajo. Un proceder ineludible si se desea mantener vivo el río y que suele saldarse con bajas colaterales.

Comparte en tu WhatsApp