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Georgie, apología de lo hortera

Me caía muy bien Georgie Dann, un musicazo de los pies a la cabeza, rey de la pachanga hortera y en su tiempo -como explica el crítico Álex Oro en la “Legión extranjera del pop español“- uno de aquellos yeyés que, mediados de los 60, se trasplantaron a España intuyendo un interesante hueco de mercado en aquel atrasado país ávido de nuevos aires (suecas, seiscientos y modernidad). Sí, Georgie, Georges Mayer Dahan (París 1940), fue en su momento el no va más de la modernidad, con sus melenas cinceladas en laca y trajes informales que derivaron hacía una estrambótica psicodelia. Inolvidable para siempre jamás su peto de cuadros de colores.

Gran acordeonista y saxofonista (en el vídeo le tienen marcándose un pedazo de versión groovie de Memphis Soul Stew), músico de carrera y profesor de música, cambió la plácida vida de funcionario por estrella del pop. Siempre intentó darle un aire irónico a sus letras pero lo que realmente le caracterizó fue entender que había un interesantísimo mercado en latinizar el pop español, adaptar a la península los pelotazos mexicanos, peruanos, colombianos… Cumbias, corridos y salsa. De hecho uno de sus primeros conatos en esta línea fue el hit mexicano Juanita Banana, que sin embargo triunfaría en España de la mano de otro que tal, el argentino Luis Aguilé.

Lo logró, curiosamente en 1972, con una adaptación del “casatshock“, que a los niños de mi generación nos marcó para siempre dejando de paso miles de rodillas peladas emulando el paso del cosaco. Aún hoy y especialmente en estos días preinvernales, alguna que otra mañana la dichosa melodía se me clava en la cabeza durante horas… “Otra vez el invierno ha llegado”…  Una canción, por cierto, que motivaría alguna de las anécdotas más descacharrantes del pop español, cuando la Guardia Civil disolvió un concierto de Georgie por entender que se hacía apología de la Unión Soviética. Sí amigos, esas cosas pasaban.

Ya ven… Sin embargo, el “peligroso comunista” era en realidad un enamorado de los ritmos latinos. Le gustaba el Bossa Nova y pasaba periodos en Brasil, una atalaya perfecta para los pelotazos salseros del momento. Sale así El bimbó, una mezcla de carimbó y merengue, que anticipa la lambada, super éxito que le convertiría en rey del verano. La cazó al vuelo Georgie, ritmos facilones pero contundentes, tipas enseñando palmito y picardías de doble sentido al gusto tanto de abuelitos como licenciados de filosofía, que no dejábamos de valorar ese horterismo auto-consciente, esa capacidad de ser kitsch, tan criticada por Adorno, pero que para mí solo se alcanza cuando lo hortera se convierte en clásico. Kitsch son Raphael, Alaska y Mocedades, hortera Dani Martín.

Arrasó con la adaptación del Mami que será lo que tiene el negro, del as de la Fania Wilfredo Vargas, y lo volvería a hacer con, y solo por citar los más famosos, El Chiringuito (cassete que, en 1988,  se convirtió en la banda sonora de una de mis más desfasadas vacaciones), La Barbacoa (no se pierdan sus pareados, una oda al ripio guarrindongo), el Negro no puede (donde resolvía el enigma de que es lo que le pasaba al negro), la aún hoy horripilante Cachito con pechito, pero que risa cuando la bailamos los, habitualmente circunspectos cincuentones cuando nos pasamos de copas en las verbenas (llamativo, está uno en lo más alto cuando más bajo no se puede caer)… En fin… La vida…

Lo curioso es que la muerte de Giorgie llega justo en un momento en que las “latinizaciones” musicales son los verdaderos dictadores del gusto musical moderno. Ese ritmo toc-tocotoc que caracteriza al regaeton, el urban latin, la electro bachata, el trap (como el chin-pon chin-pon 4/4 caracterizaba el rock, para escándalo del melómano de mi padre, que no entendía tanto entusiasmo ante semejante simpleza rítmica)… Incluso la hoy considerada diva del panorama, Rosalía, triunfa con un pelín de flamenco trapizado y luciendo 16 segundos de culo (un culo importante). Con eso y sabiduría musical vale (a veces, sin sabiduría ninguna, también). En definitiva, el “fashion” de hoy es el hortera del mañana. Ojalá todos lo sepan llevar con la dignidad, bondad e ironía del maestro Georgie. En esta vida, o aprendes a reírte de ti mismo o serás el Rey de los Capullos.

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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2 Comments

  1. Las mujeres ya no guisan ni cocinan,todas se vuelven locas cuando prueban mi sardina…e dedicada a la Naty?…hoy le meterían preso..

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    • Ahora lo apedrearían, lo fustigarían a látigo y luego lo empalaban y lo prendían fuego en una hoguera. Viviendo en Democracia no se puede decir nada que no sea
      “correcto”

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