Posted By Redacción on 7, Abr, 2016

El inicio de las obras para la conversión de la variante de Segovia (SG-20) en autovía, que se espera que se produzca en mayo, es “una excelente noticia” para la Federación Empresarial Segoviana (Fes) por ser una vieja reivindicación de los empresarios.

Pero la “satisfacción” que aseguran sentir en la patronal no es completa porque sigue pendiente otra petición que han reclamado reiteradamente los propios empresarios y también la mayoría de los partidos, la construcción de accesos que hagan que la vía que rodea la ciudad y reparte el tráfico hacia las distintas carreteras tenga accesos directos a los polígonos industriales de Hontoria y el Cerro y a la estación de alta velocidad, Guiomar.

Los empresarios creen que los nuevos viales “no tendrían un coste excesivo” y que “el momento de acometerlos es ahora, junto a las obras del proyecto ya aprobado” además de apuntar que “vendrían a solucionar problemas existentes en la actualidad, a mejorar la conectividad en esta parte de la ciudad y a apoyar los planes de desarrollo, sobre todo empresarial, que se están proyectando para esta zona”.

Con ser rotundamente lógico aspirar a que la variante de la ciudad tenga acceso directo a los centros de actividad industrial y de la infraestructura más potente de transporte de pasajeros —y de desarrollo, por tanto— y, como dicen los empresarios “su utilidad está fuera de toda duda”, lo cierto es que la petición de que se creen más accesos que los existentes a la SG-20 ha ido siempre aparejada a cada paso dado para desdoblar la carretera pese a lo cual, en los proyectos oficiales nunca han aparecido.

Las reclamaciones en este sentido comenzaron hace diez años desde ayuntamientos como el de Segovia, Palazuelos de Eresma o la Granja, así como de los partidos mayoritarios, con diferente intensidad en función de su situación de Gobierno u oposición. Cuando la propuesta se producía durante las diferentes fases administrativas, el argumento para no avanzar en este sentido era el de “no entorpecer el proyecto” con otras incorporaciones. Ahora se plantean casi cuando las máquinas están empezando a moverse y las obras están totalmente planteadas y cerradas, lo que hace que la propuesta de la Fes tenga escasos visos de prosperar.

La Federación también recuerda que la carretera debe convertirse en una circunvalación cerrando el anillo con la unión de las carreteras Ávila y Valladolid, aunque en su nota puntualizan que “entendemos que esta es una competencia autonómica y así se lo hemos trasladado al Gobierno regional”.

Dos obras en una.

La variante de Segovia fue inaugurada en octubre de 2001 y sólo unos meses después, en 2002, tras varios accidentes, comenzó a plantearse la necesidad de duplicar sus carriles a la que los sucesivos gobiernos desde entonces han ido dando forma en tediosos pasos, a veces de avance, a veces de retroceso, en medio de un voluble debate político hasta que el pasado otoño fueron adjudicados los trabajos por un montante total de 45,1 millones de euros.

En realidad se trata de dos obras diferentes, aunque simultáneas. La empresa Dragados actuará en los 8,4 kilómetros que separan la A-601 (autovía a Valladolid) con la Cl-601 (carretera de La Granja) por 28,3 millones, mientras que Azvi ejecutará los 7,3 kilómetros desde ese punto hasta la N-110 (carretera de Ávila), por 16,97 millones.

Tras las obras, en las que se crearán 24 estructuras, la mayor parte de ellas, pasos inferiores, la variante tendrá dos carriles de 3,5 metros cada uno por dirección, arcenes exteriores de 3,5 metros e interiores de 1,5 y una mediana de separación de diez metros de anchura media.

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