Posted By Redacción on 8, May, 2015

Cuentan que hay que remontarse hasta las primeras elecciones democráticas, allá en la transición, para encontrar un nivel comparable de incertidumbre. Y es que desde finales de los 80 no se presentaban unos comicios electorales tan abiertos e indescifrables. A los habituales enigmas de si ganará el PP o el PSOE y por cuánto, hay que sumar si los nuevos partidos, precisamente los que han nacido tras la transición y en medio de una crisis tan explosiva como la de los 70, harán saltar por los aires el modelo de bipartidismo imperante desde entonces.

Las cosas, en Segovia, han empezado con los habituales rifirrafes de la lucha por el espacio, más enconados este año habida cuenta de las once de candidaturas que se presentan a las autonómicas y otras tantas por la alcaldía de la capital. Que si tal partido no ha tramitado el permiso pertinente, que si tal otro ha colgado una pancarta donde no debía. Problemillas que ya por la mañana tratará de esclarecer la Junta Electoral. De momento, un distante respeto entre los contendientes cuando se veían obligados a compartir valla. Que en el fondo es lo que es la democracia, un civilizado sistema de competir por el poder sin que la sangre llegue al río.

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