Atilano Soto y Manuel Escribano (derecha) durante el juicio celebrado en 2019.
El que en su día fue considerado “el juicio más importante ocurrido en las últimas décadas en Segovia” da sus últimos y definitivos coletazos. El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla y León ha desestimado el recurso de casación que había presentado la Fundación Caja Segovia contra la absolución del exdirector de Caja Segovia, en el caso de las prejubilaciones millonarias que percibieron los directivos de la entidad de Ahorro justo antes de su desaparición.
En marzo de 2019, la Audiencia Provincial absolvió a seis directivos de la extinta Caja Segovia de los delitos de apropiación indebida y administración desleal y a otros cinco de las acusaciones de beneficiarios a título lucrativo. Tras el fallo, la Fundación Caja Segovia —heredera de la Obra social de Caja Segovia— presentó recurso de casación aunque sólo contra la absolución del exdirector general de la entidad, Manuel Escribano, ante el tribunal regional, al que reclamaba que convirtiera la absolución en condena por apropiación indebida o un delito de administración desleal.
Pero el TSJ ha desestimado la alegación, mantiene la sentencia absolutoria y condena en costas a la propia Fundación. Los jueces llaman la atención en los fundamentos de derecho sobre el “denso, bien elaborado y de dimensiones poco habituales” documento de alegación presentado por los abogados de los recurrentes aunque también lo considera “estéril” porque “la tarea que se propone es, no ya hercúlea, sino sencillamente inalcanzable”.
En este sentido, subraya la sala que el recurso “simplifica de forma grosera” los argumentos que en su día usó la Audiencia provincial para justificar la absolución de Escribano y rechaza convertir una absolución en condena si para ello hay que “reinterpretar o matizar el hecho probado”.
El TSJ rechaza igualmente los otros dos motivos del recurso de casación en los que la fundación reclamaba que se estableciera la responsabilidad civil del exdirectivo Miguel Ángel Sánchez Plaza, y que se anulara la condena al abono de las costas derivadas de la acción ejercitada frente al exdirector Juan Magaña Busutil como supuesto responsable civil.
Diputación
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El problema de escribir aquí, es que no se pueda captar la ironía. Así, este individuo y la recua que le acompañaba, han sido declarados no culpables de enriquecerse a manos llenas saqueando una entidad bancaria, cuya obra social era importantísima en toda la provincia de Segovia, para beneficio posterior de otras entidades bancarias comprándolas a precio de saldo y acabando con su competencia, y todo pagado con dinero de los españoles. Y la justicia, ahora, corrobora que somos más tontos que Pichote porque, encima, hemos puesto la cama.