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Defendiendo lo nuestro

Me pregunto a menudo, como es posible que circule sin mucha contestación, las tesis económicas del “pensamiento de suma cero”, que propugnan magnates políticos y económicos obsesionados por una batalla sin cuartel por recompensas finitas en la que las ganancias de uno significan las pérdidas de otro.

Sus actuaciones están marcadas por mensajes que intentan convencernos que la dignidad salarial de los trabajadores y trabajadoras es lo contrario al interés empresarial. O que luchar contra el cambio climático frena el crecimiento económico. También que la llegada de migrantes es mala para los nativos del país. Que no se deben apoyar políticas sociales por ser contraproducentes para el desarrollo económico. Nos dicen que, si las mujeres ganan poder y estatus, los hombres lo perderán automáticamente. E insisten en que la prosperidad de otros países es incompatible con la del nuestro. A pesar de las lecciones históricas y los datos, que nos indican que los mejores momentos de la humanidad han sido aquellos en los que los intercambios y la solidaridad se han impuesto a la autarquía y por tanto al egoísmo, sus tentáculos aprietan en la sociedad, para que sus tesis triunfen, a pesar de su negatividad. No olvidemos nunca que el desarrollo económico y la abundancia nacen más de la cooperación que de la confrontación. Las sociedades crecen cuando se abren, y empequeñecen cuando se cierran. Los “cantos de sirena ultra” perjudican a la inmensa mayoría de la sociedad, conviene no olvidarlo.

Sin duda, los pilares que sustentan la competitividad económica y los rasgos que nos definen como país, son la justicia social, la cohesión territorial, la sostenibilidad medioambiental, o la cooperación entre naciones. No son lastres a nuestra economía son fortalezas y se demuestra con datos y evidencias. Los beneficios de la cooperación en las relaciones comerciales entre Europa y EEUU son largamente demostrados.

Y, aun así, a pesar de los innegables beneficios, Donald Trump, el socio de Abascal y Ayuso, ha decidido atacar, de forma unilateral este vínculo, desplegando un paquete de aranceles absolutamente sin precedentes, del 25% para nuestros automóviles y del 20% para prácticamente todos los productos que se importan desde la Unión Europea, con especial impacto en la agricultura y ganadería. Juega con imponerles, después aplazarles de forma puntual, en fin, irresponsabilidad permanente.

La decisión de imponer aranceles es contraria al espíritu de apertura y colaboración que ha guiado las relaciones comerciales entre Estados Unidos, la Unión Europea y el resto del mundo. Pero además contraria a los intereses de millones de ciudadanos y ciudadanas, y empresas a ambos lados del Atlántico, también en EE.UU. que verán mermado su poder adquisitivo y sus negocios dañados. Perdemos todos.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), ha anunciado esta semana que los efectos de esa política errónea son una “desaceleración significativa” del crecimiento mundial a corto plazo, revisando a la baja de manera generalizada sus pronósticos de crecimiento, a la mayoría de países, sobre todo europeos, extrayendo de esta ecuación el caso de España, cuya economía crecerá un 2,5%, lo cual es buena noticia y remarca que las decisiones políticas del gobierno de Pedro Sánchez funcionan y van en la buena dirección. Lo que no entiendo es que la derecha no sienta orgullo de país, por ello. Así sin caretas, se “arruga su pulserita” y el “patriotismo de hojalata”, cuando se beneficia a la mayoría, qué egoísmo.

Una vez más, en un escenario complejo, pero a través de un trabajo concienzudo, el diálogo con los sectores afectados y la determinación de que somos un gran país, dentro de un gran continente, el gobierno de España ha presentado el Plan Nacional de Respuesta y Relanzamiento Comercial diseñado para mitigar los impactos negativos del shock arancelario iniciado por la Administración Trump y tejer un escudo que proteja a nuestra economía.

Este plan movilizará 14.100 millones de euros. De los cuales 7.400 millones de euros son de nueva financiación y aprovechará otros 6.700 millones de instrumentos ya existentes para impulsar varias medidas, y articulados en torno a dos grandes ejes: ayudar y proteger a las empresas y al empleo, y reorientar nuestra capacidad productiva, relanzando en el nuevo contexto global, la autonomía estratégica.

El plan está pensado para que nuestros trabajadores y trabajadoras, y nuestras empresas como motores de nuestra prosperidad, se sientan respaldados con medidas efectivas: con dos líneas de avales y financiación intermediada, del ICO y dotadas con 6.000 millones de euros, con un Fondo de Apoyo a la Inversión Industrial Productiva dotado de 200 millones de euros y con el nuevo plan MOVES con 400 millones de euros que servirá de estímulo al sector del automóvil y a su vez nos va a permitir avanzar en la transición ecológica.

Bajo el prisma de esa autonomía estratégica abierta que el gobierno lleva definiendo desde hace años se van a recanalizar 5.000 millones de euros del Plan de Recuperación para que, aquellas industrias y empresas cuya actividad pueda verse mermada por el shock arancelario tengan esa ayuda y colaboración. Al mismo tiempo, el plan se plantea ayudar a nuestras empresas a encontrar nuevos mercados y ampliar sus exportaciones, poniendo como primer eje la visita del Presidente Sánchez a China y los resultados tan importantes para nuestros intereses, como un impacto vital para el sector porcino en nuestra provincia.

Y claro cuando observamos lo que la Junta de Castilla y León, y Fdez. Mañueco, ejecutan como gobierno en este momento tan complicado, con un anuncio de un pírrico gasto de 16,5 millones de euros y con escasos compromisos, es evidente que se palpa la diferencia y se certifica quien se compromete y quien una vez más no demuestra ambición. La agricultura segoviana se ve perjudicada siempre con el PP.

No me queda ninguna duda en este contexto económico relatado que, si queremos superar este desafío, tenemos que ir todos a una. En Segovia, en Castilla y León, en España y en Europa. Defendiendo lo nuestro, como lo que somos: un gran país en un gran continente.


Author: José Luis Aceves Galindo

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