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A la deriva

No es la primera vez que escribo sobre el clima político que vivo y percibo desde el parlamento. Y tampoco es ninguna novedad dejar plasmada mi opinión, de que todavía la derecha no ha sabido aceptar su papel en la oposición, por voluntad de la soberanía popular y ese lastre nos les permite afrontar la realidad y están a la deriva.

Humanizar la política, es una necesidad sin ninguna duda, en estos tiempos en los que para algunos un rival político es un enemigo y se debe emplear cualquier oportunidad para triturarle, de forma despiadada. He escuchado en el parlamento, entre otras barbaridades, a un diputado del PP, decir que los 120 diputados del PSOE, somos “corruptos, drogadictos y utilizamos la prostitución”, entre otras lindezas, sin despeinarse y sólo pretendiendo “hacer méritos” entre radicales. Con seguridad eso le acabará pasando factura, entre sus filas. Ahora bien, no me escucharán defender nunca que todos los rivales políticos son enemigos, ni tampoco aceptar insultos o violencia contra nadie. Se llama respeto. Pero claro, también defiendo la reciprocidad y no es de recibo que los que más odio irradian, nunca condenen los ataques que nos realizan y luego tengan la piel tan fina y se hagan la víctima por cualquier anécdota. Es calidad democrática y creo en ella.

Por eso, la carta reflexiva enviada por el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, a la ciudadanía, para poner el foco y la reflexión al servicio del interés general, honestamente creo que ha servido, como “punto y aparte”. No podemos permitir que las noticias falsas, las manipulaciones, los dosieres “parapoliciales” contra rivales, las denuncias judiciales basadas en recortes de prensa amarilla contra la familia de un cargo público y los insultos permanentes, sean los estandartes de la democracia actual. La inmensa mayoría de la ciudadanía reclama, más calidad democrática y es responsabilidad de todos realizar los cambios que conduzcan a esa regeneración. Humanizar la política es necesario, comprender el sufrimiento, no generar odio y respetar a quien no piensa como tú, pactar y acordar, es la esencia democrática.

Los dirigentes del PP deben de una vez por todas, sentarse a negociar y aprobar la renovación del Consejo General del Poder judicial, que lleva más de cinco años caducado su mandato. Es calidad democrática y no pueden ir a la “deriva permanente” y querer controlar el órgano de gobierno de los jueces, por otros intereses.

Al igual que ha quedado de manifiesto que las alianzas del PP con la ultraderecha, les lleva a la deriva, cuando esta semana, Naciones Unidas ha dejado claro que las denominadas “leyes de concordia” (son realmente de discordia), que han impulsado los gobiernos autonómicos de PP y Vox, en comunidades como Castilla y León, Valencia y Aragón, como contrarreforma a la legislación sobre Memoria Democrática en vigor, ponen en riesgo el cumplimiento por parte de España de la legislación internacional sobre la preservación de la memoria histórica de graves violaciones de derechos humanos.

En su informe la ONU es clara: es obligación de todos los poderes del Estado y de todos los niveles de gobierno, garantizar la preservación de la memoria histórica de las graves violaciones de Derechos Humanos, frente a quienes quieren equiparar a verdugos y víctimas, invisibilizar las graves violaciones de Derechos Humanos cometidas durante el régimen dictatorial franquista o incluso no condenar en los textos la dictadura franquista y sus múltiples consecuencias. Los demócratas no podemos permitir esa involución a la que nos quieren someter, con tan poco respeto a lo más básico que son los derechos humanos de las víctimas.

Como es obvio, el informe de la ONU, además evidencia que la imagen internacional de España por el fango y deriva del PP y VOX con este intento de involución legal, es muy negativa y les debería obligar de inmediato, a retirar los textos, ya que no hay lugar para el blanqueamiento del franquismo, ni sitio democrático para los nostálgicos de la dictadura.

Cuando escucho a Núñez Feijoo, defender los insultos de Millei, el presidente ultra de Argentina (motosierra en mano), al Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, me viene a la mente, cuando José Luis Rodríguez Zapatero, defendió al ex presidente Aznar de los insultos de Hugo Chávez y sin duda, demuestra que no todos somos iguales, ni todo el mundo sabe estar a la altura, de nuestro gran país.

Y la última deriva que analizo de esta semana, es la producida en el Ayuntamiento de la ciudad de Segovia. Sin pretender ninguna exageración partidista, y siendo analista, solo pienso que sin llevar un año en la alcaldía el PP, de José Mazarías, ha roto todos los registros existentes de escándalos por torpezas, caprichos y falta de proyecto de ciudad, queriendo sólo cambiar los proyectos consolidados por los gobiernos socialistas, sin aportar nada sustancial de mejora.

Comenzó con la compra de vehículos oficiales de alta gama, después con la famosa frase, ¡No hemos venido a la política municipal a perder dinero!, la no aprobación del pleno de uno sueldos municipales desorbitados, el rechazo a la llegada del Centro Nacional de Innovación de la Formación Profesional al CIDE, seguidamente con la organización de la feria de la Navidad sin los informes oportunos, los robos en dichas casetas o el accidente de los de seguridad y el incendio de la churrería al lado de un monumento BIC, y si no fuera poco, la eliminación de subvenciones a muchos colectivos culturales, la falta de presencia en los barrios con la ciudadanía y la traca, la ocurrencia de trasladar el Ferial a una parcela del centro de la ciudad, que no tiene suficiente superficie para albergar todas las casetas e infraestructuras de los espectáculos de los feriantes. Improvisaciones, rectificaciones y errores continuos.

Pero, la deriva máxima ha sido conocer que, desde el 26 de diciembre, el PP ha pedido a Vox un acuerdo de gobierno para la ciudad, negociado en Madrid, cuando al inició del mandato el Sr. Mazarías, abogaba por el diálogo constantes con todos los grupos, y que lo firmaron el día 18 de abril, con la firma del alcalde, José Mazarías y de la portavoz de Vox, Esther Núñez, pero por las elecciones gallegas no querían anunciarlo y lo iban a presentar el pasado viernes día 3 de mayo, en pleno puente, para pasar más desapercibido. Lo que ocurrió en esas horas en las filas del PP, lo tendrán que explicar, Paloma Sanz, la presidenta provincial, siempre desaparecida y de perfil en los temas importantes, el secretario general autonómico, Francisco Vázquez, el responsable orgánico, el presidente autonómico, Alfonso Fdez. Mañueco y el nacional, Alberto Núñez Feijóo.

El documento del acuerdo es público y circula por la ciudad, firmado por el propio alcalde de Segovia José Mazarías, con 25 puntos que daba la Concejalía de Comercio, Industria y Barrios a la concejala de Vox, Esther Núñez. Y con rotundidad, no pueden ya engañar y manipular más a la ciudadanía de Segovia, ya que o bien certifican el acuerdo, aunque los cálculos electorales del PP, por sus pactos con la ultraderecha, les hagan volver a perder apoyos, o bien señalan al responsable del “sainete que rememora una película de los años cuarenta”, del pasado siglo, que no es otro que el propio alcalde que firma el documento, con el permiso o no de su partido, en todos los ámbitos. Esta es la deriva continua del PP.


Author: José Luis Aceves Galindo

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