Posted By Redacción on 11, Oct, 2015

Durante seis meses y hasta el pasado 5 de octubre, Débora V.O. acudía puntualmente a trabajar, como encargada del supermercado Día en Palazuelos. Levantaba la chapa y se sentaba en una silla cedida por amigos de un bar de los alrededores. Porque en el super no había género, ni clientes, ni sillas, ni nada que hacer, ni mucho menos un sueldo a primeros de mes. Y así seis meses. “No se lo deseo a nadie, ha sido un infierno”, cuenta Débora.

La empresa Solar Inveco SL -y llegados aquí es conveniente explicar que no tiene nada que ver con la cadena distribuidora, pues esta explota sus supermercados en franquicia con socios locales-  había desaparecido del mapa, con juicio interno entre los tres socios que formaban la sociedad. “Como nadie asumía nada, yo y mis compañeros no estábamos formalmente despedidos. No cobrábamos pero no estábamos despedidos y no podíamos tramitar el paro”, cuenta Débora. Para poder demandar a la empresa y resolver judicialmente el contrato había que dejar transcurrir al menos tres meses de impago de salarios. Pero a la vez, en prevención de que la empresa pudiera contrademandar argumentando ausencias laborales, los cuatro trabajadores siguieron con el calvario de abrir a diario para no vender nada, si bien al final ya solo quedaban Débora y Gloria. Así hasta sumar seis meses. Finalmente llegaron los juicios, que piadosamente fueron sentenciados en tiempo récord, obviamente a favor de los trabajadores. “La sentencia de Gloria estuvo en una semana, la mía en menos”, cuenta Débora.

De hecho, el cierre final se precipitó un par de días, pues en paralelo el juicio entre los socios se saldó con un auto de desahucio del local, al ser uno de los socios el que alquilaba el local a Solar Inveco. Eso fue el 5 de octubre. “¡¡¡Sí Gloria, somos libres!!!”, estallaba ese día Débora en su cuenta de FB. Se acabó el ir a sentarse a una silla. A veces el desahucio es una liberación.

Estas cosas tienen que cambiar. Que con toda la celeridad judicial unos trabajadores se hayan tirado seis meses acudiendo al trabajo sin cobrar ni posibilidades de hacerlo es una perversidad del sistema. Una barbaridad por la que han pasado no pocos despedidos en este país. La SL se quita de en medio, nadie responde por nada, y al final, el que pringa el trabajador, que además de perder el empleo se queda sin recursos pues tampoco puede optar al paro. Si el informe de la inspección de trabajo no es suficiente para iniciar un expediente de desempleo, habría que dejar a nuestros congresistas así seis meses, de lunes a viernes yendo a currar pero sin cobrar ni un duro. Verían qué rápido se arreglaba.

Reapertura del súper

Con el desahucio termina también la andadura de una carnicería que operaba por su cuenta como inquilino de la SL. Durante estos meses la carnicería ha seguido operando, hasta el lunes. La buena noticia es que Dia sigue manteniendo su interés en abrir un supermercado en Palazuelos y en el pueblo explican que hay negociaciones para reabrirlo. Es una plaza atractiva. ¡Quién sabe! Hasta puede que Gloria y Débora recuperen su trabajo. Tal vez entonces empecemos a creer en la recuperación.

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