De la foto que abre esta información a la que cierra el párrafo han pasado dos años y medio. Era el 3 de julio de 2014 cuando una avería eléctrica calcinó las instalaciones en Pinillos de Los Joaquines. La familia cantimpalense López Migueláñez lo perdió todo y hubo que empezar de nuevo.
El 8 de febrero de 2017 el nuevo secadero completaba la tramitación burocrática para operar, al tiempo que en las naves entraban los primeros jamones. Previamente, Los Joaquines ya habían puesto en marcha, anexa a la nave, una moderna tienda y jamoteca (para desgustaciones y visitas). “Hemos invertido 4,5 millones de euros. La idea es tenerlo a pleno rendimiento, en un año. Queda pendiente una segunda fase, pero de momento empezamos con esto”, explica Joaquín López Migueláñez.
No ha sido fácil y no ha habido subvenciones. Si pasaron los políticos pero a la hora de la verdad “las ayudas de la Junta van orientadas a la creación de empleo, nosotros teníamos una previsión de unos 11 trabajadores, pero otras empresas aportaban más y se quedaron con las subvenciones. Nosotros no hemos tenido subvención, estamos pendientes de una de para la tienda, pero de momento, nada”, explicaba López. De momento Los Joaquines cuenta con dos trabajadores.
La nueva nave secadero está dotada de transporte aéreo de las piezas, centralización de sistemas y tiene una capacidad para 250.000 jamones. Pero quizá la novedad la parte más espectacular es la tienda, donde además de los jamones de la casa se venden embutidos, quesos, vino. “Hemos montado una jamoteca, una sala para degustaciones y visitas”, explican. Como oferta de lanzamiento, jamones a 7€ el kilo y a 8€ los de reserva. “Los mismos precios que teníamos cuando el incendio”. Mucha suerte.
Diputación
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