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Un estudio devuelve a los templarios la autoría de la Vera Cruz de Segovia

Es un libro que traerá cola, un pormenorizado y riguroso, a la vez que ameno estudio, que pone patas arriba la historiografía y reivindica el carácter templario de la iglesia de la Vera Cruz de Segovia, refutando el paradigma que rige desde el  siglo XX y según el cual la iglesia fue construida por la Orden del Santo Sepulcro frente a la tradición segoviana según la cual la iglesia tiene un origen templario. Nuevas pruebas señalan que lo del Santo Sepulcro es un camelo, y si bien no existe una documentación fehaciente que permita desvelar el enigma de la paternidad del templo, habría que volver a la hipótesis tradicional: la Vera Cruz es una iglesia templaria.

Hablamos de la iglesia más enigmática de Segovia. En primer lugar por su planta poligonal, un dodecaedro. Ya en su interior presenta una estructura anular alrededor de un curioso cuerpo central, todo ello cargado de una “geometría sagrada”. Este es precisamente el título escogido para la última aproximación al templo segoviano, editado por Derviche y escrito por el profesor F.J. Ignacio López de Silanes Valgañón, físico y matemático, gran experto en esta faceta entre el arte y la ciencia, que en 2012 ya probó como la disposición de ventanas en el dodecaedro incide en la conjunción matutina y vespertina de los rayos solares generando espectaculares efectos, destacando el que cada 28 de abril y a mediados de agosto, sobre las 19:40, los rayos solares impactan en el altar. Juegos de luces nada casuales, sino que responden a una tradición solar de la arquitectura sagrada. La luz y la oscuridad como analogías del bien y del mal.

La iglesia templaria y hospitalaria y en Segovia. Iglesia de la Veracruz. Geometría sagrada. Iglesias poligonales. Este es el título y subtítulos de un libro que no solo nos adentra en el misterioso mundo las proporciones aurea y las estrellas de 12 puntas, sino que es un paso más hacia el esclarecimiento de quién construyó la iglesia. Y las pruebas parecen claras: no fueron los caballeros del Santo Sepulcro, que posteriormente lo cederían a la orden de San Juan del Hospital, que con el andar del tiempo daría paso a la Orden de Malta.

La Veracruz, óleo de la colección Rodera y Robles.

Nada se sabe sobre quién la mando erigir. De los pocos documentos medievales consta su consagración como iglesia del Santo Sepulcro en 1208 y una placa conmemorativa según la cual “los fundadores de este templo sean colocados en la mansión celestial”. Ahora bien, tanto el nombre, el contexto histórico, como la original planta poligonal, inscriben el templo en las iglesias que tras las cruzadas las órdenes militares construyeron a semejanza del Santo Sepulcro de Jerusalén, construida en el siglo IV y el lugar más sagrado de la cristiandad.

Había tres ordenes surgidas de las cruzadas operando en la Castilla del siglo XIII. La de los Pobres Compañeros de Cristo del Templo de Salomón, el Temple; la de San Juan de los caballeros hospitalarios, luego Orden de Malta, y que asumiría los bienes de los templarios tras su disolución en 1311; y la orden del Santo Sepulcro de Jerusalén.

En el siglo XVII, el cronista Colmenares atribuye a la Orden Templaria la construcción de la Veracruz, y así pasó a la cultura popular hasta 1919, cuando coincidiendo con la declaración de monumento histórico artístico salen a la luz documentos que apuntarían a la Orden del Santo Sepulcro. Básicamente son el análisis del baliato de Toro y un documento nunca visto que narra la supuesta cesión de la iglesia de los sepulcristas a los hospitalarios.

Pacientemente López de Silanes ha ido examinando los documentos para encontrarse que, realmente, no hay pruebas, cuando no una interesada tergiversación, de la pertenencia de la iglesia a la Orden del Santo Sepulcro (integrada en la orden hospitalaria a partir de 1489). En consecuencia, hay que volver a la tesis de una Vera Cruz templaria. Después de todo, si la Segovia del XVII así lo pensaba, si Colmenares así lo publicó, y siendo como fue la orden hospitalaria la “heredera” con carácter general de los bienes templarios, si los documentos que intentan probar lo contrario son falaces… entonces, ¿qué motivos hay para pensar lo contrario?


Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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