Posted By Redacción on 9, Dic, 2014

Será el sábado, 13 de diciembre. La hora por concretar, pero sobre el mediodía. El lugar el Parador Nacional del Real Sitio. Mariano Rajoy protagonizará el próximo sábado en La Granja de San Ildefonso un acto de partido en el que estará rodeado de la plana mayor del PP. Ante un auditorio integrado por Cospedal, Herrera, parlamentarios nacionales, autonómicos, alcaldes y concejales de la provincia, así como algún que otro ministro por confirmar, Rajoy abordará “el papel de la Constitución Española en nuestra convivencia en sus 36 años de vigencia”, según la nota de prensa facilitada por el PP.

Será un acto por rigurosa invitación, y que se pretende de “alto calado” mediático para envolver el que apunta como nuevo mantra popular para los próximos meses: presentarse como adalid de la Constitución “tal como está”, en unos momentos en que el texto fundacional de la democracia española se ataca desde casi todos los lados, desde la izquierda radical de Podemos al independentismo catalán. Pero es sin duda la batalla mediática emprendida por el “nuevo PSOE” de Pedro Sánchez, partidario de una reforma constitucional ya, lo que ha contribuido a situar en el centro del debate político a la Carta Magna.

Si de algún modo esta es la razón ideológico-electoral del acto, la razón de ¿por qué Segovia? puede imputarse, en parte, a razones de agenda del presidente del Gobierno: Segovia está lo suficientemente cerca de Moncloa como para no interferir demasiado en el dietario presidencial. Pero hay algo más.

En las últimas semanas, los sondeos demoscópicos han puesto de manifiesto una considerable caída en la intención de voto del PP. El partido que se jactaba de tener un electorado fiel hasta el heroísmo ve como, según la última encuesta del CIS, ha volatilizado un 20% de su masa de votantes. Es voto que no va a Podemos, ni al PSOE y solo en pequeña medida a propuestas regeneracionistas tal que UPyD. Voto desmovilizado. Así que la consigna de puertas para adentro es movilizar “a los nuestros”.

Fotografiándose con el PP de Castilla y León, el presidente busca un efecto “cierren filas” frente a las voces que dentro de su partido empiezan a verlo más como un handicap que como una ventaja para las próximas elecciones generales.

Segovia reúne, pues, todas las condiciones para escenificar un acto en clave interna; es Castilla y León (la Tierra Roja Azul de Tara, en argot popular), La Granja toca a Madrid y es (muy) bonita (lo que permite movilizar a los madrileños), y estamos en tierra amiga (aunque el alcalde granjeño sea del PSOE, que no todo van a ser facilidades, al menos, no hasta que se abra la Faisanera).

Precisamente hoy en las redes sociales circulaba una proyección de voto derivada de la encuesta del CIS de diciembre y relativa a Segovia dada a conocer por la web electomania. Aunque el PP segoviano no está en su mejor día, sigue sacando mucho espacio en preferencia de votos a las medias nacionales; está entre las provincias más peperas del país (solo superada por la semper fidelis Avila, Ourense, Melilla, Cuenca, Lugo, Salamanca, Zamora y Ceuta), con un 36,2% de fieles. Como novedad, destaca en la provincia el desplome del PSOE, que se va al 18,4%, engullido por Podemos (28,6%). Esto, a la vez, reequilibra el mapa ideológico de la provincia, dando por primera vez en mucho tiempo más peso a las fuerzas ubicables a la izquierda (PSOE+IU+Podemos, sacan un 51%), frente al espacio centro-conservador del votante de PP, Cs, VOX y hasta cierto punto, UPyD (que, por cierto, consigue en la provincia el tercer mejor resultado nacional); todos juntos se quedan por debajo del 48%.

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