free web stats

Más mesura

No puedo empezar este artículo de opinión, sin expresar mi profunda preocupación por los efectos demoledores del conflicto bélico que en las últimas semanas asola oriente medio. Si no teníamos bastante destrucción y drama con la invasión de Putin en Ucrania, ahora otro segundo foco bélico asalta nuestra atención.

Sin duda lo primero es condenar el ataque terrorista de Hamas a Israel, del pasado día 7 de octubre, y reconocer que existe el derecho de defenderse bajos las pautas del derecho internacional. Ahora bien, defendiendo siempre que las guerras no ofrecen ningún efecto positivo; también me estremezco cada día cuando veo las imágenes de destrucción, sobre todo en la franja de Gaza del pueblo palestino, con cientos de niños fallecidos, que sobrepasan el límite de la legitima defensa. No se puede soportar más tiempo esta catástrofe humanitaria con miles de fallecidos civiles en ambas zonas, sin permitir la llegada de ayuda humanitaria, sin electricidad o combustible, con problemas con el agua, etc. Israel está sobrepasando los límites de autodefensa y su desprecio a la ONU, no puede permanecer impune ante la comunidad internacional. Apelo al alto el fuego sin dudarlo.

Desde el inicio de la crisis desencadenada en Oriente Próximo, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez ha seguido muy de cerca la evolución de los dramáticos acontecimientos, en contacto con sus homólogos europeos y líderes internacionales, de forma activa como responsable del semestre europeo, viajando a visitar a varios lideres o cumbres, hablando por teléfono con otros. Los 27 han fijado postura común sobre la crisis el pasado viernes, pidiendo corredores humanitarios y pausas humanitarias bélicas, así como la búsqueda de soluciones políticas que pongan fin a este conflicto.

Honestamente creo que el peso internacional de nuestro país es indudable, una vez más se demuestra con la aceptación europea de la propuesta española de ofrecer un horizonte concreto mediante la celebración de una pronta conferencia internacional de paz en la que se implique toda la comunidad internacional para encontrar una solución definitiva que permita la coexistencia de dos Estados, Israel y Palestina, en paz y seguridad.

Pero lo que ya no sorprende a nadie es la deriva del PP, que ya no se diferencia con la ultraderecha de Vox en sus mensajes. Hasta en un conflicto internacional, en el que siempre hubo consenso en nuestro país, ahora ataca al gobierno.

Por recordar algunos hitos que centran el debate: Adolfo Suárez, en 1979, recibió en España a Yasser Arafat, líder de la OLP.  Fue un gobierno del PSOE el que reconoció el Estado de Israel en 1986. Fuimos uno de los últimos países europeos en establecer relaciones diplomáticas. España fue el primer país del mundo en celebrar en 1993 una comisión mixta bilateral Hispano-Palestina y firmar con la OLP un memorándum de cooperación en 1994.  Desde 1991, España colabora activamente en la consolidación de una paz duradera en la zona desde el inicio del Proceso de Paz sobre Oriente Próximo en la ‘Conferencia de Madrid’ (1991).  Desde 1994, los palestinos se convirtieron en los primeros receptores de ayuda española no reembolsable.  En 1994, Arafat se desplazó a Oviedo para recibir del Príncipe Felipe el Premio ‘Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional’.  En 1996, invitado por Aznar, Arafat estuvo en Madrid para conmemorar el 5º Aniversario de la histórica Conferencia de Madrid.  En 2014, siendo presidente Rajoy, el Congres aprobó una proposición no de ley en favor de reconocer Palestina como Estado.

La deriva en política internacional del PP, no es nueva, tacharon de “timo ibérico”, la oportunidad de pagar la electricidad más barata de Europa y ahora se convertirá en oportunidad para toda la ciudadanía europea gracias al gobierno de Pedro Sánchez y la vicepresidenta Teresa Ribera. Quisieron torpedear la llegada de fondos europeos, con críticas y reuniones oscuras en Bruselas. No reconocen que, a pesar de las dificultades múltiples por el contexto internacional, la economía española sigue creciendo de forma robusta dentro de la zona euro.

Pero sigo con otro ejemplo, donde demuestra que Feijóo no es un político de Estado, sino un “hooligan del extremismo disfrazado de moderado”. Los mensajes xenófobos del PP sobre la inmigración, ya no se diferencian de la ultraderecha y Feijóo sin ninguna mesura carga contra el gobierno, cuando el vicepresidente canario del PP, defiende en su territorio lo que critica su partido a nivel nacional. Como trasladar inmigrantes a otras Comunidades Autónomas ante el colapso en Canarias. Todo vale, con tal de criticar, aunque en el gobierno hicieras lo mismo.

Sin ninguna mesura, defienden la llegada de mano de obra en algunas actividades o localidades y a la vez, critican el cumplimiento del derecho internacional y la ayuda humanitaria a los que llegan a nuestro país de forma irregular. Lo hacen para utilizar el odio y el miedo, que son siempre los parámetros que les mueven para engañar a la ciudadanía.

Pero frente a esto, hay una oportunidad de conformar un gobierno progresista en nuestro país, que va dando sus pasos. Primero en los últimos días con el acuerdo con SUMAR para marcar la hoja de ruta en el gobierno y después, no sin dificultades, para intentar conseguir los apoyos que faltan para la investidura. Bajo el marco constitucional y los valores de avance y mejora social, es posible. Lo iremos viendo.


Author: José Luis Aceves Galindo

Share This Post On