Posted By Redacción on 18, Dic, 2020

Vale, perder contra un equipo que te saca dos categorías es lo normal. Pero el estado de forma de la Segoviana hacía pensar en una posible sorpresa o, cuando menos, un partido emocionante frente al Girona,  un equipo que hasta el siglo XXI subía y bajaba de Segunda B a Tercera, encadenando en 2006 y 2007 dos ascensos que le situaron en Segunda. Logró el ascenso a Primera en la 2017/2018, acabando la temporada como equipo revelación. A la siguiente caía de nuevo a la liga Smart, siendo desde entonces uno de los gallitos de la categoría.

Enemigo, a priori, muy superior y que empezó encerrando a la Segoviana, un tanto intimidada. Pero con Diego tirando del equipo rápidamente se sobrepusieron los locales, defendiéndose con solvencia y prodigando internadas muy peligrosas, con un puñado de llegadas que bien pudieran haber acabado en gol. Al filo del minuto 30 si había un equipo que gozaba de oportunidades era el de la Gimnástica, la defensa de los catalanes no se hacía con las internadas de Conde y Borrego. Faltó fortuna en este tramo del encuentro.

Pero es lo que tiene jugar contra equipos de las categorías superiores. En la primera que tuvo, el Girona marcó aprovechando un despiste de la zaga que dejó solo a Nahuel Bustos dentro del área tras una impecable asistencia de Aday. El argentino se estrenó como goleador del Girona batiendo por alto a Christian, gol igualmente impecable y muy protestado al entender la grada y los locales que podía haber fuera de juego. Era el minuto 37. Si ya pintaba mal, poco después Dani Arribas se desentendió de la pelota para tumbar inopinadamente a Ibrahima entrándole por detrás, en lo que era la primera falta del segoviano. Roja directa, y prácticamente, adiós a cualquier opción de superar la eliminatoria. La Segoviana se derrotó a sí misma.

En estos casos el plan B es fortificarse atrás, confiar en la fortuna, evitar la goleada para buscar en los últimos instantes del partido algún córner que abra las puertas de la prórroga, y de ahí a los penales. A veces hasta sale bien. La Segoviana tiró de casta para forzar dos llegadas al inicio de la reanudación resueltas sin problemas por los gerundenses.

Con Conde tocado, Manu cambió a la delantera azulgrana ya pensando en la temporada regular, en tanto el Girona se dedicaba  a dormir el encuentro. Así hasta el 77 cuando nuevamente Nahuel marcaba el de la tranquilidad para los blanqui-rojos.

Una pena. Dos errores –garrafal el de la expulsión– que privaron a la Segoviana de hacer un mejor papel en la competición del KO. Con su buen estado de forma y un Girona concentrado en una liga Smart que tiene cuesta arriba, no era tan descabellado soñar con la hombrada. No fue así un año más. El pez gordo se comió al chico, como casi siempre. Ahora, a seguir con lo nuestro.

Ambiente en las gradas para el encuentro copero. Fotos Juan Martín “Chas” para G. Segoviana.

Comparte en tu WhatsApp