La Gimnástica Segoviana (2º, 55 puntos) ha empatado (1-1) con el Zamora (1º, 69 puntos) en el encuentro aplazado de la jornada 22 que se ha disputado este 5 de febrero en la Albuera. El resultado no hace justicia a un encuentro en el que los de La Albuera dominaron con solvencia a los visitantes y tuvieron ganado el encuentro durante 94 minutos, hasta que llegó el empate en el encuentro tras la cuestionable expulsión de Dani Calleja.
El resultado mantiene a la Sego en la segunda plaza aunque amplía en un punto más su ventaja sobre su inmediato perseguidor, el Burgos Promesas (3º, 51 puntos). Cierra el grupo de ascenso el Numancia (4º,50 puntos) amenazado por la Arandina (5º, 49 puntos).
Buena entrada, de 1.300 espectadores, en el partido del miércoles por la noche. Fotos: Juan Martín/G. Segoviana
La Gimnástica Segoviana salió sin complejos al campo de la Albuera, al que acudieron unos 1.300 espectadores, y cuajó una primera parte en la que jugó y dominó claramente en el aspecto táctico mientras los rivales trataban de situarse sobre el terreno de juego. Eso si, hubo que esperar a que se cumpliera la primera media hora de partido para que se produjera el primer disparo a puerta, convertido en gol por Álex Conde que disparó con potencia casi desde la frontal del área tras llegarle el rechace de un tiro de Dani Arribas que había rebotado en la defensa rival.
En la segunda parte los de Manu González parecieron bajar un punto la intensidad en el juego aunque siguieron dominando un encuentro en el que las llegadas del Zamora a la portería local fueron contadas e improductivas, mientras que los de la Sego si dispusieron de varias ocasiones de sentenciar el encuentro con nuevos goles.
Los últimos minutos fueron de sufrimiento con el Zamora visiblemente enfadado por la posibilidad de perder la imbatibilidad —sus jugadores protagonizaron varias jugadas cuando menos reprobables por su falta de deportividad— y volcado sobre la portería local. La expulsión de Calleja y la mala suerte llevaron al gol de los visitantes en el tiempo de descuento —seis minutos dio el árbitro— y el malestar de los de la Sego, ovacionados sin embargo por el público que premiaba así un buen partido que en justicia deberían haber ganado. Pero ya se sabe: el fútbol no siempre es justo.
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