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La dictadura activista de Feijóo y la ultraderecha

Reconozco que no me sorprende, pero al mismo tiempo creo que tiene un valor político y social importante en este momento evidenciar el giro negacionista y ultra del PP en cuestiones climáticas de plena actualidad mundial. Cuando Núñez Feijóo en su investidura “Fake” del pasado mes, en la tribuna del Congreso espetó: “Transición ecológica, sí. Dictadura activista, en ningún caso”, lo primero que me vino a la mente al equiparar las medidas contra el cambio climático con una “dictadura” es que era la mejor prueba del hermanamiento de Feijóo con el discurso negacionista que habitualmente usa Vox. De hecho, el propio Abascal le agradeció ese gesto después en su intervención. Lo segundo que pensé, fue que poca responsabilidad social y lo tercero, que alguien con esas tesis no puede ser presidente del gobierno.

A las claras los planteamientos del PP y Feijóo sobre el cambio climático, son transición lenta y moderada hacia otro modelo energético, sin cambios drásticos, de urgencias, dejemos pasar el tiempo y si la muerte de miles de millones de personas, el abandono de países enteros por ser inhabitables o un futuro enfriamiento climático solucionen el problema sin tener que tomar medida alguna al respecto, pues problema resuelto. Ya saben el puro de Rajoy y el diario deportivo al lado, ayuda.

No hace falta ser ningún experto climático en España para percibir como han desaparecido las cuatro estaciones del año, teniendo prácticamente dos de seis meses cada una, con temperaturas más calurosas que superan durante semanas los cuarenta grados y se acercan en ocasiones a los cincuenta, lo que no permite el trabajo al aire libre y sólo son soportables para quienes disponen de aire acondicionado y pueden pagarlo. Las nieves que cubrían durante meses nuestras cordilleras son ahora testimoniales o caen de forma torrencial en escaso tiempo en un territorio. Los caudales de los ríos han disminuido de forma drástica, los episodios de sequia son cada vez mas prolongados y constantes. Por cierto, uno de los árboles más resistentes a la sequía, el olivo, está siendo regado por goteo por supervivencia. Las inundaciones por lluvias, antes gota fría y ahora Danas, son más habituales y ya no sólo en el levante. Los incendios forestales son más peligrosos y difíciles de extinguir por las altas temperaturas, el estado de la vegetación y los vientos dominantes, contribuyendo de manera inexorable a un proceso de desertificación que cada año avanza con más crudeza. Da igual que el panel de expertos del IPPC, que miles de universidades o científicos nos adviertan diariamente, la derecha mira para otro lado, como en todo lo que signifique avanzar para mejorar.

No es adecuado banalizar con una supuesta “dictadura activista” contra el cambio climático, ya que o enfriamos el planeta o en pocos años podemos estar en una situación irreversible en la que la vida de los humanos y de otras muchísimas especies sea imposible en el planeta. Solo tenemos un planeta y la tierra vale más que el dinero. La especie humana es vulnerable y en algunos casos roza la estupidez.

Pero siguiendo con “dictaduras activistas”, estos días analizaba como Fernández Mañueco trata con poco respeto a los segovianos, viniendo a decir que va a explanar unos terrenos, para no sabemos dentro de cuantos años, se puede edificar allí la ampliación del hospital, que algunos llevamos muchos años demandando a pesar de los votos en contra del PP y que la pandemia certificó como algo imprescindible. Si no fuera porque la credibilidad de las promesas del PP es tan escasa, con hospitales en la comunidad comprometidos hace más de doce años, o centros de salud como el de Nueva Segovia, ahora en esqueleto y demandado hace quince años o el centro de especialidades de Cuéllar desde hace diez años esperando o también el de El Espinar, consultorios locales rurales sin médicos, listas de espera interminables, sólo una unidad medicalizada de emergencia en funcionamiento, etc. podría parecer que en unos meses ya tenemos ampliación del hospital. El miércoles me comentaba una mujer cerca del actual hospital, ni en 2030 estará en funcionamiento, ya lo verás. ¡Se admiten apuestas! Quizás sería bueno poner un contador diario visible en marcha para que certifique la profecía vecinal.

Y rematando la “dictadura activista” popular en los primeros cien días de gobierno en la ciudad de Segovia, no falta de nada, ya saben el modelo de alcaldía del PP: “nuevo coche de alta gama con escolta armado”, nuevo despacho con “comodidades acordes al cargo”, los grupos de oposición fuera de la junta de gobierno local, cuando el PP fue quien lo impuso desde la oposición, no han llegado “para perder dinero” y por eso proponen multiplicar los sueldos, la alcaldía se gestiona en la “hora del café y da tiempo a tomar una caña”, el modelo de vivienda es la unifamiliar con jardín y piscina al “estilo elitista”, ya que eso de construir viviendas públicas asequibles a la clase trabajadora en las Lastras es un dispendio. Subidas de tasas municipales cuando prometían bajadas. Poner en peligro logros importantes para la ciudadanía alcanzados por el anterior equipo de gobierno, para vanagloriarse. Utilizan el “ideario nini”: ni impulsan nuevos proyectos, ni realizan gestiones con otras administraciones de los conseguidos, piensan que todas deben llamar con pleitesía para traer recursos y proyectos por mandato divino. O cambian o el desastre puede ser de dimensiones. Reafirmo lo que dije desde el primer día: a la ciudad de Segovia le irá peor con el PP. Al tiempo, lo irán constatando los segovianos.


Author: José Luis Aceves Galindo

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