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El CSIC prueba que el cangrejo autóctono viene de Italia

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Pues eso, el cangrejo autóctono no es autóctono. Es toda una revolución en la discutible gestión de la fauna de río en España. Desde los años 70, en que las introducciones de cangrejos de río alóctonos (el americano y el señal) y la pérdida de calidad hídrica motivaron el desplome de su población, en España, y sustancialmente en Castilla y León y Segovia, son millones los euros invertidos en tratar de salvar las escasas colonias del Austrapotamobius pallipes, nombre científico del cangrejo de río fetén.

Científicos del CSIC demuestran ahora que, al igual que sus parientes señal y americano, el pallipes es otro invasor. En concreto, introducido en tiempos de Felipe II en los ríos del Guadarrama. No solo eso, los científicos piden que se discuta la conveniencia de seguir invirtiendo en una especie invasora ante otras muchas evidentes carencias de nuestros ríos.

Todo saltó en la web del CSIC, cuando se da cuenta de la publicación de un estudio internacional liderado por la entidad de investigación española, que demuestra taxitivamente el carácter alóctono del cangrejo de río.

La cosa viene de lejos. Ya en el siglo XXI, diversos estudios advirtieron del parentesco genético entre los Austrapotamobius pallipes españoles con los italianos. Lo normal es que este parentesco fuera más intenso con las colonias de cangrejos de Francia, no de Italia. Un nuevo estudio en 2008 vino a cuestionar esta hipótesis, que ahora, a través de un trabajo multidisciplinar se ve en cambio validada.

La culpa es de Felipe II. Según la documentación aportado por el estudio, el rey prudente quedó agradablemente cautivado por las cangrejadas del Piamonte, manjar por entonces de gran fama. Tras al menos 5 años de negociaciones, en 1588 el Gran Duque de la Toscana ordenó el envío de un cargamento de cangrejos con destino Madrid. Presumiblemente, las primeras repoblaciones del cangrejo invitado tuvieron lugar en los alrededores de El Escorial.

A diferencia de los estudios anteriores, basados exclusivamente en datos genéticos, el nuevo trabajo ha recopilado e integrado información de varias disciplinas científicas: ecología, biogeografía, arqueología, paleontología, lingüística o genética y se ha recurrido a libros de gastronomía y farmacia. Los autores defienden que los estudios multidisciplinares son más útiles y robustos que los basados en un único punto de vista a la hora de tratar cuestiones complejas o polémicas.

Expansión y conservación

Así queda claro que a lo largo de los siglos XVII y XVIII, los cangrejos de río se introdujeron en la Meseta Norte y el Valle del Ebro. La expansión de la especie se intensificó, mediante numerosas introducciones, durante el siglo XIX y continuó durante el siglo XX, hasta ocupar prácticamente todas las zonas calizas de la península Ibérica.

El cangrejo de río fue abundante y pescado en grandes cantidades en España hasta los años 70 del siglo XX, cuando su población se desplomó como consecuencia, principalmente, de la rápida expansión de dos especies de cangrejos de origen norteamericano y de las enfermedades asociadas a ellas.

En la actualidad, el cangrejo de río es una de las principales prioridades en la conservación de la biodiversidad en España. “Se dedican muchos recursos a su cría en cautividad, a la creación de poblaciones mediante sueltas y al mantenimiento de las poblaciones silvestres que aún existen”, señala Miguel Clavero, investigador del CSIC en la Estación Biológica de Doñana. “En un contexto de degradación de los medios acuáticos y declive generalizado de la fauna fluvial, ¿tiene sentido centrar esfuerzos de conservación en una especie introducida? Nuestro trabajo debería llevar a un replanteamiento de las estrategias españolas de conservación de la biodiversidad, cuestionando el papel prioritario del cangrejo de río”, concluye el investigador.

La pregunta es ¿y ahora qué?

Author: Redacción

Acueducto2. Noticias y actualidad de Segovia.

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1 Comment

  1. Pues nada don Javier, propondremos que tras ‘desborbonizar’ los callejeros de ciudades y pueblos, después sigamos con los Austrias 😉
    Buena entrada.

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