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El año del hucho

Este año 2023 Austria lo ha declarado el año del hucho. Seguro que a muchos de los lectores les puede pillar un poco lejos todo: Austria y el hucho.

Para el que no lo conozca, el hucho o salmón del Danubio, es el mayor de los salmónidos que tiene todo su ciclo completo en agua dulce. Es un salmón (si me permite la expresión con permiso del salmón atlántico que entra por nuestras costas) que tiene todo su ciclo vital dentro del rio, con pequeña migraciones. Y pensará, no sin razón el avispado lector, que qué le importa a él dicho bicho centroeuropeo, ya que el Danubio Azul o blanco, pilla muy lejos del Cega y del Duratón.

Pues si amigo pescador, le afecta más o menos. Digo más o menos, ya que gracias a la iniciativa de un Ingeniero de montes que gestiono la llegada en los años 60 (en concreto 1968) de unos huevos embrionados de dicha especie de la antigua Checoslovaquia comunista y que fueron depositados en varios ríos de la geografía española, lo tenemos entre nosotros. Y mire usted por donde el salmantino Tormes fue el único que acogió gustoso en su seno a estos nuevos vecinos, fracasando la introducción en el resto de los ríos. Poco tiempo después se pescó el primer hucho español. Puede bucear usted en internet para conocer el resto de la historia.

Pero le decía que le afecta amigo, por dos razones. La primera porque esta especie la puede usted pescar en un coto castellano y leonés, gestionado por el Servicio de Medio Ambiente de la Junta llamado Villagonzalo II en Salamanca (obviamente) donde podrá coger un permiso en el sorteo con la posibilidad de pescar, con muerte, un ejemplar de más de 70 cms. el día que usted a haya elegido (o podido). El permiso son 25 pavos del ala por la posibilidad de tocarles las pintas a estos gigantes.

Lo siguiente que le afecta, amigo lector, sea pescador de huchos o no, incluso siendo pescador o no, es que la Junta de Castilla y León tiene una piscifactoría de, entre otras especies, huchos para “reforzar” las poblaciones del rio tras la sequía de 1978. Y estos bichos comen todos los días y mucho. Y eso sale de los impuestos. Con 25 euros no cubres los primeros meses de pienso de uno de estos angelitos, así que digamos que, si lo coges o solo el hecho de ir a pescarlo, se debe a la solidaridad de todos los castellanos y leoneses con el tema.

En la actualidad, prácticamente todos los huchos que se pescan proceden de estas repoblaciones, con lo que el coto como tal no tiene más interés que el que pudiera tener un intensivo de común, salvo la grandeza del pez (por tamaño) y lo escaso de poder clavarlo. Le llaman el pez de los mil lances. Por algo será. Pero reconozco que es un pez mágico. Tiene un algo que engancha. Que te hace repetir. Que hace ansiarlo. Que te quita el sueño.

Yo he tenido la suerte de ir a su busca varias veces y de pescarlo. Muchos pequeños (ninguno bajaba de 60 cms.) y pocos grandes. El último hucho me cogió el señuelo el año pasado, 2022 y midió un metro y casi 10 kilos. Una experiencia y sensación única.

Por eso entiendo que los austriacos lo declaren el animal del año. Porqué se están quedando sin él en libertad y pureza. Las presas eléctricas están impidiendo la correcta reproducción de esta joya piscícola. Unido a vertidos agrícolas y pesca furtiva, en libertad y estado salvaje se está convirtiendo en una rareza. Todo Centroeuropa se está volcando con la conservación de esta especie, (austriacos, eslovenos, checos, Húngaros,…) y me parece muy lógico.
Y me parece muy lógico, que en España tengamos esa reserva genética, esos huchos españoles, Danubio salmantino, para que se pueda conocer muy lejos su lugar original. Quizá algún día tengan que hacer un camino de vuelta, huevos embrionados desde Galinsancho, para repoblar ríos centroeuropeos.

Ya sé que me va a hablar de especies alóctonas, de invasores del ecosistema… pero mire usted, estamos en el siglo XXI, donde el mosquito tigre, la avispa asiática y el cangrejo rojo o el mejillón cebra ya celebran todas las festividades con nosotros.

El hucho, siendo invasor, está extremadamente controlado en unos pocos kilómetros de Tormes. Además, está pensado para ser pescado. Para su desgracia.


Author: J. García Herrero

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