Posted By Redacción on 24, May, 2023

Quedan tres días de campaña electoral y, a la espera de algún “gran acto” como traca final que puedan sacarse de la manga los ideólogos de campañas, especialmente de los dos partidos “grandes”, a los candidatos ya sólo les falta afianzar sus principales ideas fuerza que apelan a la víscera del tipo “La derecha es retroceso” o “La izquierda es ineficaz y su proyecto está agotado” o, simplemente, “Somos necesarios” que repite sin cesar la liberal, Noemí Otero. El resto está hecho, las promesas, más o menos creíbles, están lanzadas y las fotos hechas, casi todas en el mismo marco pero cambiando los personajes.

Hay seis o siete por las que han pasado todos los número uno y su acompañamiento. Se trata de escenarios de problemas o aspiraciones que arrastran desde hace tiempo —algunas hace décadas y otras, más recientes— que aparecen mecánicamente cada cuatro años en los programas electorales. Por ejemplo, todos los aspirantes han paseado, en fila india y por turnos, por los barrios incorporados prometiendo asfaltados, acerados, servicios o autobuses, asegurando a sus vecinos que “conmigo como alcalde vais a ser ciudadanos iguales a los del resto de la ciudad”. Ya lo han oído antes, que antes lo dijeron los de la campaña de 2019, y de la del 15, y de la del 11…

Fachada de las oficinas de Urbanismo, en la carretera de Palazuelos.

¿Qué aspirante a alcalde no ha posado ante la oficina de Urbanismo? Pues ninguno porque es obvio que la oficina que ha de ejercer de corazón en la evolución y crecimiento de la ciudad funciona como una vieja bomba de agua siempre a punto de estallar. El problema es que echando un vistazo a los programas no es fácil encontrar ideas distintivas o siquiera imaginativas. Se habla de meter más personal, de “agilizar las licencias”, de suprimir la obligación de tener permisos para obra menor o de convertir Obras en un negociado de Urbanismo. “Confíe en mi capacidad de gestión que esto hay que desbloquearlo” parece un buen pie de foto.

Ciudad deportiva

Estando al lado, los paseos de todas las comitivas electorales por la destartalada ciudad deportiva de la Albuera con las eternas promesas de mejoras en el campo de la fútbol —imprescindibles si la Gimnástica Segoviana cambiara de categoría y si no, también— y de actualización de las pistas y el material de las instalaciones de atletismo, que ya comenzaban a estar obsoletas cuando el propio Antonio Prieto estaba en activo. Ah, si, gobierne quien gobierne todos han adquirido el compromiso de hacer un módulo cubierto de atletismo y está lo de que todos los barrios tengan instalaciones deportivas.

Cuidado con “la industria”. Se ha visto a todos los aspirantes pasear por los polígonos industriales en funcionamiento cuyo principal problema, como en el caso anterior, es el deterioro de años sin mantenimiento ni renovación para lo que todos los partidos tienen una “solución inmediata” a base de inversiones no cuantificadas exactamente, pero millonarias, mientras que todos se suben al carro de la que se ofrece como nueva panacea para la dinamización económica, que es la creación del nuevo polígono de Prado del Hoyo. Si se da bien, en las próximas estaremos hablando de qué empresas meter allí, que esa es la segunda parte.

Asunto protagonista de la campaña es lo de la estación de autobuses, en el que se ha optado por hacer como que se aparca el debate “arriba-abajo” (Velódromo o Puerta de Madrid) para establecer una especie de acuerdo tácito en el que todas las siglas admiten que se haga una estación nueva, preferiblemente donde está la actual y un “apeadero” donde la Guardia Civil. Ojo, aquí si hay más diferencias que el establecimiento de prioridades y tiempos para la construcción de las infraestructuras permite muchas interpretaciones que no se resolverán hasta que se conforme el próximo Gobierno.

Aparcamiento en el Salon

¿Qué me dice de la foto en el Paseo del Salón? Como en tantas elecciones anteriores ha vuelto a la palestra el proyecto de aparcamiento en el Salón o en su talud. Este es un asunto que, tras años de contienda, IU creía haber logrado bloquear definitivamente por el peso que ha tenido su voto en distintos mandatos, pero que el PSOE no zanjó cuando pudo hacerlo, a través del Peahis, y que el PP piensa retomar si logra el Gobierno de la ciudad. Cuando esta discusión empezó no existían Ciudadanos o Podemos, pero ahora se posicionan totalmente en contra.

Antes de que se llene la tarjeta de memoria de la cámara, se han hecho “placas” de los sonrientes candidatos, también en comparecencias diarias seguidas, como si se persiguieran, en el valle de Tejadilla, otro de esos proyectos que se han mencionado hasta la saciedad en los últimos días, será porque tiene la financiación garantizada por fondos europeos.

Claro, que también hay fondos para la implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) sobre la que se ha optado por los candidatos por no ser demasiado concretos en la forma de cumplir la imposición de crearla antes de que acabe el año a pesar de que afectará definitivamente y provocará cambios en la movilidad en toda la ciudad. Será el primer examen “gordo” para el Gobierno que salga de las votaciones del 28M.

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