El pasado mes de junio, un empleado de Tragsa encontraba en el Eresma, en el paraje de la Pilarica, en las afuera del casco urbano de Segovia, unos restos humanos en avanzado estado de descomposición, sin documentación y que correspondían a un varón de unos 50 años. Tras casi un año de intensas investigaciones la policía de Segovia localizó a una familia segoviana, uno de cuyos miembros encajaba con el perfil y del que no se tenían noticias desde hacía tiempo. Al parecer, no había denuncia por desaparición. Un hermano del fallecido se prestó voluntario para una prueba de ADN para su cotejo con los restos encontrados en el Eresma. Finalmente, el Instituto Anatómico Forense verificó la pertenencia de los restos que se corresponden con M.C.C, de 55 años en el momento de su muerte. Asimismo la autopsia reveló indicios de muerte por ahogamiento, descartándose otros indicios de muerte violenta.
Fuente: Nota de prensa de la Subdelegación de Gobierno en Segovia, fotos de archivo de junio de 2015
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