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Guerra… y paz

Entiendo que es un juego de palabras muy facilón, indigno de esta estantería virtual, pero la verdad, fue lo primero que me vino a la cabeza cuando decidía enlazar el primer artículo con el que comencé mi andadura en esta columna con el presente número, en el que quería pensar en alto sobre el protagonista indudable del deporte segoviano de los últimos años.

Este pasado domingo se celebró el Europeo de Campo a través en Belgrado. Allí estaba Javi Guerra, nuestro campeonísimo fondista y, desde hace unos años, el gran titular del deporte segoviano si de exportar grandes logros se refiere. Con permiso de otros artistas de la carrera (como Raúl García Castán o David López Castán, integrantes ambos de combinados nacionales en las citas de carreras de montaña y al astro azulgrana del sala Lin, que lo ha ganado todo con el Barça) Javi Guerra es el referente del deporte de esta provincia, en cuanto a deportistas de primer nivel: por cualificación, por pódiums y por continuidad en el tiempo.

Guerra, campeón nacional de maratón 2013.

Guerra, campeón nacional de maratón 2013.

En Belgrado, volvió a dar muestras de su grandeza. En verdad, para alguien habitual a estar entre los 10 primeros de cualquier cita internacional, tener a 41 tipos por delante de él no es habitual; pero, no obstante, integró el equipo español que se colgó la medalla de oro por equipos (otro día hablaremos del fraude de las nacionalizaciones en este deporte…) en una carrera que todos los que le seguimos, entendíamos que más allá de lecturas rápidas a pie de resultado, su presencia en este Europeo era, sobre todo, un verdadero premio a un año difícilmente superable.

Guerra pone el broche a un 2013 en el que inició su andadura en la prueba de maratón y los resultados no han podido ser más prometedores: Campeón de España de la distancia, subcampeón nacional de media maratón y primer europeo en cruzar la meta en la prueba de los 42 kilómetros en el Mundial de Moscú. Espectacular. Sus méritos, que no necesitan ser refutados o contrastados, sobresalen aún más en unos años en los que el deporte segoviano evidencia un panorama desolador. Por todo ello, insisto, perdonen por el juego de palabras poco elaborado en el que bajo a terreno humano la inmortal novela de Tolstoi para significar como después del estruendo y del neón de Javi Guerra, en nuestro deporte, sólo se percibe… el silencio de la paz más absoluta, entendida como ausencia de ese combate honorable y deseado que es el deporte.

Author: Opinion

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