El primer desfile de comparsas —habrá dos más en los próximos días— del programa oficial del carnaval 2018 dio este 10 de febrero a las siete agrupaciones inscritas, a las que se sumaron como espontáneos los miembros de la del colegio Elena Fortún, de Nueva Segovia, la oportunidad de presentar en sociedad los disfraces que proponen para este año de los que no se separarán hasta el domingo de piñata, dentro de una semana.
Así qué la calle se pobló de malabaristas saltarines abriendo paso a vikingos, hormigas y otros bichos, corazones y angelotes del añor, coloridas alegorías de chupa chups, personajes y elementos manchegos de los que salen el El Quijote, delicados animales marinos, molinillos de aire y un montón de bandoleros de todos los tamaños y edades mientras atronaban las batucadas de Os Batucones.
Como marca la inveterada costumbre, los segovianos presenciaron el desfile sin demasiados gestos y los que quisieron hacer un seguimiento mayor de la fiesta, esencialmente familias al completo que en algunos casos tenía a sus miembros más pequeños disfrazados, nunca los adultos, se apostaron en la avenida del Acueducto y en el final del recorrido, en la plaza Mayor, donde los disfraces de personas ajenas a las comparsas se hacían difíciles de encontrar. Quizá se animen el martes.
Terminado el paseo, callaron los tambores para dar paso al “baile carnavalero”, una especie de verbena que Ocho y Medio Band arrancó remedando a Pink Floid. Todo vale. Es carnaval y hay programa para una semana entera. Para este domingo, en la plaza y desde las 12.45, pregón a cargo de Marta Cantero y la fase uno del concurso del cántico de coplas.
11 febrero, 2018
¿Una orquesta para 150 tíos? Menuda imbecilidad. La tabarra que se da para algo tan, tan minoritario en Segovia. Por cierto, los canticos de las chirigotas son de vergüenza ajena.