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Debate: ¿Haría usted un minuto de silencio por Fidel Castro?

A la polémica suscitada por el minuto de silencio en las Cortes por la muerte de Rita Barberá, con abandono del hemiciclo de los representantes de Podemos, se suma la controversia que genera el personaje de Fidel Castro. Libertador para unos y gran opresor para otros. ¿Qué debemos hacer con Fidel? Como siempre, en Club del Debate dos puntos contrapuestos y los comentarios, abiertos a las aportaciones del lector.

en-contraSe hacen minutos de silencio en el campo de fútbol por algún socio fallecido (es costumbre) o por alguna víctima inocente. No por un dictador. No por un político cuestionado (salvo que se llame Rita Barberá y tenga una amiga en la presidencia del Congreso).  A lo más, si conocemos a los familiares, se les da el pésame o, considerando que todo fallecido suele dejar seres queridos, se les acompaña en el sentimiento (lo sintamos o no), que es lo que dicta la sabia tradición. Si somos admiradores del finado, se escribe un obituario. La vida sigue.

castroNo va a ser este el caso. Fidel Castro es el penúltimo dictador comunista del planeta. Si malos son los dictadores cleptocráticos, conservadores o populistas o fundamentalistas religiosos, no van a ser mejores los comunistas. Unos y otros comparten la represión del discrepante, recortan derechos a la ciudadanía, a la libre expresión, a la libertad económica, el derecho a una información sin censuras, a la manifestación pacífica… En suma, en nombre de esta idea o de la otra, se pasan por el forro los derechos humanos, que es lo mínimo que se le puede pedir a un gobernante, que respete los derechos humanos de quienes le pagan. Eso sí, ellos al mando, largando tostones de 8 horas de obligada visión por la tele estatal (la única que hay).

Pero es que además la dictadura de Fidel Castro no ha sido la simpática dictablanda de los prospectos publicitarios. Diversos observatorios cifran en más de 6.000 (otras fuente engordan la cifra a 20.000) los cubanos fusilados por actividades contrarevolucionarias. Y si bien es cierto que la mayoría lo fueron en las primeras décadas de los largos 50 años de mandato del dictador, no es menos cierto que aún hoy permanecen en las cárceles castristas al menos 47 presos políticos.

Si no hay más es porque desde que está Fidel en el poder han dejado la isla dos millones y medio de cubanos. De 12 millones de habitantes, 2 millones viven fuera. Resultado directo del binomio falta de libertad y ruina económica en la que la dictadura ha sumido al país. De ser receptor de mano de obra, Cuba ha pasado a ser una fábrica de emigrantes. En lo que tiene gran culpa la mesiánica política exterior de Castro, empeñado en mirar la paja en el ojo ajeno ignorando la viga en el propio, para culpar al “imperialismo” de su enorme incompetencia pero, a la vez, alentando “guerras de liberación” que solo han traído muertes y más represión.

Así que tenemos al líder de un régimen que no acepta la primacia de los derechos humanos y que mantiene a su país en una ruina económica crónica, que cuando ha podido no ha dudado en fomentar movimientos terroristas que han terminado en narcotraficantes o corruptopresidentes o en guerras desesperantes (así las FARC, así Daniel Ortega y Maduro, o las guerras de Ángola y Mozambique). ¿A un tipo así hay que homenajear?

Eso sí, entre tanto una pequeña élite de dirigentes vive en barrios señoriales, con acceso a los lujos occidentales y prebendas de todo tipo, hasta tiendas específicas para militantes del partido, la gran mayoría de las clases humildes malviven del trapicheo. ¿Así que qué ha hecho en realidad Fidel Castro por su pueblo? Mandar al exilio a un montón y mantener en la pobreza a los que se quedaron, todo por seguir él en el poder, justificándose en una ideología, el comunismo, que ha fracasado en todos sus objetivos, empobreciendo a los más débiles, recortando sus derechos cívicos y fijando una élite que vive del trabajo de los demás.


AfavorFidel Castro es un personaje histórico que ha encarnado la rebelión contra el imperialismo americano. Demostró que hay latinoamericanos no resignados a que sus países sean la trasera de Estados Unidos. Para entenderlo hay que retrotraerse al periodo comprendido entre el fin de la IIGM y los años 80. Cuatro décadas  durante las cuales las multinacionales americanas quitaban y ponían dictadores (todos ellos notablemente más sangrientos que Fidel Castro) apoyados en la infantería de marina americana y sus cañones. Tal cual.

Un colonialismo vestido no pocas veces de democracia formal que generaba (y aún genera) diminutas oligarquías y masificaba la miseria. Es muy fácil decir que cumples los derechos humanos en la ONU mientras en las calles te dedicas a la más arbitraria represión. Es muy fácil decir que eres una economía de mercado cuando en realidad eres un latifundio sin otros derechos reales para los obreros que el lo tomas o lo dejas y si abres el pico desapareces. Algo que, dicho sea de paso, y aunque qué duda cabe que las cosas han mejorado notablemente (y en no poca medida gracias al aliento de la Cuba de Castro), sigue siendo hoy moneda corriente en tantos países latinos.

Se habla de emigración cubana, como si todo Centroamérica, México Ecuador, Perú, Bolivia no fueran el epítome de falta de oportunidades y forzoso exilio económico para decenas de millones. Se habla de economía cuando los indicadores macroeconómicos ignoran la profundad desigualdad imperante en tantos y tantos países sometidos al supuesto “libre mercado”. Se habla de corrupción política y se ignora la situación que deja Castro comparada con la que heredó de Batista.

Es cierto que como toda dictadura, Castro ha tenido luces y sombras. Pero cuando se habla de la debacle económica de Cuba se soslayan hechos constatables como que el país tiene una expectativa de vida de 78 años, mayor que la de México y muy superior a la media de los países latinos. Castro ha logrado la sanidad universal. Y también erradicar el analfabetismo convirtiendo al pueblo cubano en el que registra mayor tasa de titulados medios y superiores de toda la zona. La corrupción en la isla es mínima, comparada al menos con la que impera en los países del área. Y no hablemos ya de seguridad, y no hace falta irse a Tegucicalpa, El Salvador o Nicaragua, Cuba registra hoy una tasa de delitos que para sí quisiera el estado más rico de los mismísimos Estados Unidos.

Y todo esto, sanidad y educación universal, minimización de la delincuencia, igualdad social real entre hombres y mujeres, se ha logrado pese a padecer un embargo económico que en la práctica impedía a la isla comerciar con sus vecinos. Una guerra económica (y a menudo guerra sin más) sin cuartel y desde el primer momento. Cabe pensar cómo estaría ahora España si sus vecinos mantuvieran cerradas las fronteras a cal y canto.

Y sí, ha habido muertos. Y ha habido represión. Como ha habido intentos de invasión armados apoyados por los Estados Unidos, atentados fomentados por la CIA, vulneraciones territoriales constantes e insurgencia interior pagada con dólares americanos. Con todo, compárese la represión padecida por los cubanos con la padecida por cualquier país americano.

Con sus luces y sombras, Castro ha representado un aliento de esperanza para todo el mundo. Un personaje histórico que ha contribuido al progreso de muchas naciones. Especialmente, las más pobres.

 

 

Author: Opinion

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13 Comments

  1. Por supuesto que sí, que la tierra le sea leve

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  2. Un minuto de silencio por cada una de sus víctimas…

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    • ¿También por las de Franco?

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  3. A mi lo que me resulta curiosa es la contraposición de las opiniones. ¿Las ha hecho la misma persona? Es cierto que es fácil recoger los argumentos a favor o en contra (si se tiene conocimiento sobre el tema, claro está) pero me parece que se ha hecho con verdadero tino.

    Con respecto a la pregunta, el minuto de silencio se debe hacer si así lo consideran aquellas personas que forman parte de la institución o comunidad que lo propone. Un minuto de silencio es un homenaje.
    Pero proponer minutos de silencio para intentar dignificar una figura en un lugar donde existe debate real y claro sobre sus bondades y que puede atacar los propios principios de esa institución…me parece que sobra.

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  4. Por esto es un debate, las situaciones no son blancas o negras, la realidad es mucho más poliédrica de lo que nos parece: Fidel Castro ha sido una figura esencial en Cuba, con sus claros y sus oscuros, y como todas las personas, tiene su lado oscuro también. Si se quiere solidarizar con el pueblo cubano, cabe hacer el minuto de silencio, porque somos personas humanas, pero siendo conscientes de su zona oscura. Los pertinaces hechos, al final se imponen…aunque la historia la cuentan los vencedores. En cualquier caso, el artículo hecho por una misma persona demuestra que a veces la objetividad genera situaciones ambivalentes.

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  5. Se usa con tanta frivolidad la palabra “libertad” y se manipula tanto su significado que tan solo emerge, en muchas ocasiones, la demagogia de fondo. La libertad es un concepto tan “sagrado” que en cuanto se encorseta o administra se tambalea. Las sociedades en las que vivimos y en las que nos movemos nos venden libertad. Eso quiere decir que no para todo el mundo se trata del mismo derecho. ¿De qué vale consagrar la libertad de fijar residencia si no se puede tener residencia?. ¿Para qué le sirve la libertad de opinión o de reunión y manifestación a un indigente que apenas le quedan fuerzas para acabar el día?.
    La libertad sin igualdad no es libertad sino marketing. La igualdad consiste, en su más puro sentido republicano, en la permanente garantía de que la libertad llega a toda la ciudadanía para ser soporte de la Sociedad.
    Por lo tanto las críticas que en tal sentido de falta de libertad se hacen al régimen de Castro en Cuba adolecen del rigor que impone el filtro de la igualdad. Con todas las sombras y todos los errores que se le puedan cargar a Fidel, los logros de la Sociedad cubana son evidentes: La Revolución cubana ha sido durante décadas referente de independencia nacional en Latino América frente al imperialismo norteamericano. En un contexto geográfico y económico protagonizado por el embargo y el bloqueo a la Isla, Cuba ha estado a la cabeza de los estados latino americanos en sanidad, educación, cultura, etc. Por citar cifras proporcionadas por UNICEF, la tasa de alfabetización en 2012 era del 99,8 %. Su sistema educativo ha sido encauzado no al terreno de la competencia sino a formar personas profesionales al servicio de la Sociedad. De tal manera esto es así que en muchas de las grandes catástrofes acontecidas en los últimos años era usual observar el trabajo de calidad y altruista desplegado por brigadas de profesionales médicos, bomberos…. La igualdad interracial, la igualdad de género…., sin haber alcanzado umbrales óptimos, sobresalen sobre todos los paises de su entorno.
    Las críticas que desde Europa se hacen hacia la “falta de libertad” en Cuba parten del desconocimiento total de la realidad cubana y de la realidad latino americana. Lo que en Europa se designa como presos políticos en Cuba, aquí se les llamaría terroristas. Mientras nuestros jóvenes se van a miles de España por no tener ni trabajo ni futuro, para no tener que hablar de ello, hablamos de los cerca de dos millones de cubanos que abandonaron la Isla por radical discrepancia con el régimen y que mayoritariamente se concentran en el estado de Florida para ejercer como caladero de votos de personajes tan defensores de la igualdad racial y de las libertades civiles como Donald Trump.
    Pero retomando el objeto de esta discusión, NO, Fidel no precisa de minutos de silencio sino de estallidos de rebeldía al abrigo de su legado político.

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  6. Muy bonito, José María, pero por las mismas razones habría que validar las disctaduras del Golfo, las de Franco, Vargas y tantas otras. En nombre de dar de “comer al pueblo” se instalan en el poder y allí medrán, deviniendo una casta privilegiada, mientras el pueblo malvive “a salvo” de las “mendaces” bondades del capitalismo.

    ¿Verdad que no pueden votar los cubanos a cualquier candidato? Pues ya está. Bajo la chachara redentorista subyace una dictadura más, claramente obsoleta y sobrera, eficaz en algunos aspectos, desastrosa en otros Como Pinochet, tú… El fin no justifica los medios.

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  7. No, no merece un minuto de silencio. Yo también comparto que el fin no justifica los medios y los posibles efectos positivos de su gobierno quedan ensombrecidos por la falta de libertad y de respeto a los disidentes. El comunismo político ha fracasado en la Historia, parece mentira que a estas alturas haya que seguir diciéndolo. Merece, eso sí, una oración para que encuentre la paz y se le perdonen sus pecados…

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  8. ¿Quizá el mismo que por la señora Barberá? No sé, no me decido. Me quedo de canto.

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  9. Calambur y Geroteo están deduciendo errónea e interesadamente que de lo por mí opinado se puede desprender que el fin (el bienestar e igualdad social) justifica el medio (falta de libertad). En ningún momento he apreciado tal afirmación en la anterior intervención. Es más, tampoco veo afirmado que haya falta de libertad en Cuba. Solo se puede leer que “las críticas que en tal sentido de falta de libertad se hacen al régimen de Castro en Cuba adolecen del rigor que impone el filtro de la igualdad” y que “Las críticas que desde Europa se hacen hacia la “falta de libertad” en Cuba parten del desconocimiento total de la realidad cubana y de la realidad latino americana”. De esto a las interpretaciones sesgadas hay diferencias notables.

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    • Amigo José María, en Cuba los disidentes con el régimen son perseguidos, así de claro. Díme como se concilia eso con el “filtro de la igualdad”, la “realidad cubana” y la realidad latinoamericana”
      Recibe un saludo

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      • Llevo bastante tiempo utilizando el identificativo “Javier” en mis comentarios, si prefieres mantener este mismo “identificativo” por favor me lo indicas y cambio el mio, no me importa; pues entiendo, puede haber comentarios en los que no coincidamos y con ello quedar desvirtuada nuestra linea general de pensamiento ante el lector asiduo de este periódico digital.
        Gracias

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  10. Si/no, no/si,
    Puf, ¡que disyuntiva!
    En teoría, la ideología comunista es a mi modo de entender el sistema social mas justo y equitativo, ahora bien, el problema surge cuando dicha ideología es llevada a la practica, y deriva en un sistema totalitario y opresor que no reconoce ni valora la capacidad personal de cada miembro de la colectividad y anula el don mas preciado del ser humano, “la libertad” (de pensamiento, de expresión y actuación), que desaparece o se menoscaba (en el mejor de los casos) en aras del cumplimiento de unas férreas directrices de traza dictatorial que emanan del grupo dirigente de oligarcas políticos sin respaldo democrático.

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