Qué quiere que le diga. Necesito hacer una pausa, ahora que llegamos a la mitad, en esta campaña electoral de paseo por los pueblos, micro mítines, globos e ideas de una sola línea de texto. Todo, claro, en medio de debates “cuando y donde quieras” que me ha hecho ver extraños combates en los que se me antoja que los contendientes se pasan el tiempo preguntándose qué hacen allí por falta de costumbre. Grandezas de los nuevos tiempos en política.
Algo de trampa hay, que esto empezó elevando a verdad verdadera y absoluta una encuesta de intención de voto sobre el mes pasado, que por muy del CIS que sea, pues es un sondeo y ¡anda que no pasan cosas en un mes electoral! Será por comodidad organizativa pero la cosa es que aquí todo el mundo parece aceptar el orden impuesto (PP,PSOE, C’s y Podemos) y salen a los platós, redacciones y escenarios con esa idea en la cabeza. Hasta UP, que por trabajo e ideas quizá merezca más premio y la semi desaparecida de la campaña, UPYD —dos actos en una semana— parecen aceptar el papel que les han dado de “fuerza en riesgo de desastre”.
Andaba yo preocupado de cómo funcionaría la candidatura del PP que yo que soy observador me di cuenta enseguida de que las principales aspirantes al Congreso y Senado, Beatriz Escudero y Paloma Sanz gastan diferente carácter. Me temía lo peor después de aquello de Villacastín en pleno inicio de campaña, cuando los candidatos empezaron un acto electoral sin esperar a Escudero, que llegó con retraso… Hubo tal discusión aquella tarde que el personal temía una campaña dura, pero por dentro. Pero no, las candidatas encontraron la paz al día siguiente… ¡Chico, una seda!
Me cuentan que Escudero volvió a sacar el cuchillo el miércoles, cuando saltaron a los titulares los negocios en el extranjero de su número dos, Pedros Gómez de la Serna, con el que también tenía cuentas que ajustar, que en su momento la disputó el “número uno” en dura batalla celebrada en Madrid (donde se discuten estas cosas) y eso estaba apuntado.
Gómez de la Serna compareció solo a primera hora de la mañana para explicar sus negocios privados en el extranjero.
Total, que durante la madrugada anterior, con el wattsapp funcionando a tope, y ya de día, también mientras Gómez de la Serna daba explicaciones públicas, totalmente solo ante la prensa, la candidata (y otros) clamaban por sacar inmediatamente al mediador de la lista. Hasta que antes del mediodía Rajoy y los suyos decidían apoyar públicamente al diputado aceptando sus explicaciones… Y los cuchillos se envainaron, que el expediente interno que le han abierto no implica suspensión de la candidatura.
Y luego están las ausencias clamorosas, que nadie ha visto en un solo acto electoral del PP a la portavoz municipal, Raquel Fernández, o sus concejales (bueno, alguno fue a lo de Herrera), ajenos a la actividad electoral. Todo lo contrario de lo que ocurre en el lado socialista, que tiene a Clara Luquero fija en los actos diarios, siempre, claro, junto a Juan Luis Gordo, que capitaliza la campaña.
El “número uno” al congreso protagoniza la serie de pulcros vídeos temáticos con los que nos está premiando el PSOE (están todos en youtube); tiene tendencia a emitir nota de prensa (con foto) o canutazo sobre el mismo apartado del programa que luego tratarán también los populares y, por supuesto, no se separa de los invitados.
A su lado, atenta, suele estar la número dos, Lirio Martín, que cuenta a los más próximos que está “aprendiendo mucho” y que acepta sin reparos el puesto de alumna ante el “maestro” Gordo. Así no hay grietas para la discusión entre la dos y el uno. Por cierto, que no me olvide de citar a otro ilustre, el portavoz en el Senado, Óscar López, incrustado en el equipo de Pedro Sánchez, en primera línea de batalla. No se le espera en Segovia estos días, creo.
¿Qué le cuento de Ciudadanos? Pues que son tres y el de la guitarra, que sus acompañantes (equipo, si quiere) no han encarado ni visto de lejos nunca una campaña y eso se nota, mucho, y que tienen de fondo algunas heridas sin cerrar, que el ex concejal, Juan Alcalde, sigue haciendo ver su malestar con los candidatos en las redes sociales y que cuando aquel dimitió, se llevó consigo a varios críticos —miembros de la ejecutiva, como Juan Zamorano, dejaron sus cargos de partido ese mismo día— que se comportan como tales.
Total, que esta semana se cierra con un puñado de fotos del mismo grupo de personas y en idéntica actitud (globos, sonrisas y color naranja) pero en plan grupo de turistas posando ante monumentos y en esquinas sin gente. Bueno, como el CIS es amable, será cuestión de esperar.
Y luego está lo de Podemos, a los que por primera vez pude leer quejarse oficialmente de no tener medios. Era un comentario en su cuenta de Facebook —hasta hace poco flipaba con la eficacia de penetración en las redes que tenían— poniendo paños calientes a los “problemas de organización” que habían tenido en su acto central, este jueves, al que vino el secretario regional, Pablo Fernández y que pese a todo logró una buena entrada.
Me ocurre que los que se acercan al candidato, Daniel López —incluyo a sus rivales en estas elecciones— me hacen valoraciones y elogios sobre su discurso, pero luego fruncen el ceño cuando salen a colación sus acompañantes en este viaje o las inexistentes estructuras en el edificio morado.
Ya le he pedido antes que valore el trabajo y las propuestas de los de Unidad Popular, aparentemente invadidos eficazmente en su espacio por Podemos y le confieso que no me sorprende, aunque me desazona, la marcha al ralentí de UPYD que, salvo milagro electoral, se me antoja con todo preparado para convertirse aquí en otra cosa desde le 21D.
¡Venga! Queda una semana y este finde hay una variada gama de actos y hasta mítines tradicionales que quizá no quiera perderse.
Diputación
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