La Audiencia provincial ha condenado a ocho años de prisión a un hombre de 47 años, R.R.A., por delitos de lesiones y amenazas hacia una mujer con la que mantenía una relación y a la que atacó con un cuchillo con el que le cortó en la cara y el cuello y después trató de estrangularla con las manos. No obstante, los jueces han absuelto al acusado del delito de homicidio en grado de tentativa por entender que en la sucesión de hechos el ánimo de matar había desaparecido al ser él mismo el que solicitó ayuda para la herida.
El relato de hechos probados del 1 de octubre de 2016 refiere que el acusado y la víctima, ambos hondureños, acudieron, tras una noche de fiesta en Villalba, a la casa de una amiga común, en la calle Zamora, para beber cerveza y escuchar música donde, en un momento dado, el acusado quitó el teléfono móvil a la víctima “a causa de los celos” y poco después, cuando la víctima se encontraba en el baño, el hombre se abalanzó sobre ella con un cuchillo que previamente había cogido en la cocina acuchillándola en la cara y el cuello causando cortes poco profundos gracias a la resistencia de la mujer. En un momento del forcejeo, la hoja del cuchillo se separó del mago y se dobló, por lo que el hombre “con el mismo ánimo de acabar con su vida” trató de asfixiar a la mujer con ambas manos.
R.R.A. cesó, no obstante, en su agresión ante las súplicas de la mujer y accedió a pedir ayuda médica aunque con la condición de que sostuviera que las heridas eran consecuencia de un intento de suicidio. Sin embargo, cuando llegó la policía contó que el hombre la había intentado matar y pidió protección para su hija, siendo atendida de las lesiones que le provocaron perjuicios estéticos y 16 días de convalecencia.
Ánimo homicida desaparecido.
Aunque en el documento judicial se sostiene que el agresor tiene una personalidad “narcisita y antisocial”, tendente a la violencia en “la resolución de problemas interpersonales” y con “distorsiones cognitivas sexistas y de culpabilización de la víctima”, se le absuelve del delito de homicidio en grado de tentativa porque esta fue “inacabada”, las heridas no obligaban a una asistencia inmediata para salvar la vida de la mujer y el hecho de que fuera él mismo el que pidió la ayuda en un bar cercano refleja que “el ánimo homicida había desaparecido”.
Además de los ocho años de prisión se ha prohibido al hombre acercarse a menos de un kilómetro a la víctima y a su hija durante doce años, se le han impuesto también ocho años de libertad vigilada tras el cumplimiento de la condena de cárcel y a indemnizar a la mujer con 14.760 euros, una decisión que puede recurrirse aún ante el TSJ de la región ya que la sentencia, dictada el 16 de noviembre pasado, no es firme.
14 diciembre, 2017
Pues nada, a por otra… sentencia, que hay muchos expediente acumulados.