La Saleta de Santa María la Real de Nieva (Tarjetas postales de Segovia)

Posted By Juan Pedro Velasco Sayago on 22, Mar, 2025

Aprovechamos el comunicado de la “Plataforma ciudadana Salvemos la Saleta”, del que se ha hecho eco este periódico y cuyo objetivo principal es la conservación del singular edificio de Santa María la Real de Nieva, para sacar a la luz una serie de tarjetas postales ilustradas de dicho inmueble.

No es la primera vez que hemos comentado que las cartulinas postales antiguas aportan un gran valor al conocimiento de nuestro pasado y son fuente esencial para conocer monumentos, edificios y paisajes en general. Aunque nuestro objetivo es únicamente fotográfico, comentaremos algunos pormenores y vicisitudes del edificio a lo largo de los años. La edificación en cuestión tuvo que ver con la industria textil.

Santa María de Nieva tuvo una notable industria pañera “cuyos paños gozaban de no poca estima”, aunque decayó a finales del XIX. Como indica Carlos de Lecea en ‘Recuerdos de la antigua industria segoviana’ (Segovia 1897): “En 1785 existían unos cincuenta fabricantes… Unas veces en alza, otras en baja, reanimóse bastante al plantear en nuestros días [décadas finales del XIX] don Ignacio Sebastián y Rica una magnífica fábrica con grandes adelantos, sostenida después con hábil inteligencia por el muy entendido e infatigable don Hipólito Mompin…”.

Hipólito Monpin (con ‘n’ por su origen francés, como indica el escritor Manuel López Peralta), tenía negocios en la pañera Béjar y, en 1879, edificó una fábrica de paños entrefinos y bayetas a orillas del río Eresma, en el paraje de los Lavaderos, cercana a la capital segoviana; últimos restos de la antigua fabricación segoviana. En 1900 compra el edificio el obispo de Segovia, José Cadena y Eleta, con intención de habilitarlo como residencia sacerdotal. Como dejó escrito Lecea, “…fue la muerte de la industria en aquella población [Santa María de Nieva], donde ya no funciona ningún telar”. Cuatro años más tarde, o se perdieron las ganas o el proyecto era costoso. El asunto es que pasó a manos de los dominicos en 1904.

La Comunidad dominica estuvo a cargo de la iglesia y monasterio de Santa María de Nieva, desde 1399, cuando Catalina de Lancaster se lo entregó a fray Pedro de Sepúlveda, prior del convento de Santa Cruz de Segovia “…para que estén e moren ay en el continuamente prior y frayles de la dicha Orden de los dichos Predicadores…”; quedo confirmada la cesión por Benedicto XIII en 1415. Tras la guerra de la independencia y sus estragos: el convento fue utilizado como cuartel y prisión, en 1835, con la desamortización de Mendizábal queda disuelta la comunidad dominica.

Los ‘nuevos’ dominicos eligen a Buenaventura García Paredes, quién había sido elegido prior de Santo Tomás de Ávila a su regreso a España desde Manila, donde impartió clases en la Universidad dominicana, como Rector del Colegio de Santa María de Nieva. Durante su gobierno el colegio floreció, alcanzando gran fama. Acogía niños de Santa María y comarca y venidos de toda España, incluidos huérfanos del Ejército.

En un folleto del “Colegio de Padres Dominicos de 1ª y 2ª Enseñanza en Santa María de Nieva”, de 1920, leemos: los “Alumnos son internos, mediointernos, vigilados y externos… los internos tenían que acreditar 7 años y no mas de 15, salvo que vinieran de un centro acreditado. Eso sí, tenían que estar vacunados y no padecer enfermedad contagiosa.

Los internos pagaban seiscientas setenta y cinco pesetas a abonar por trimestres adelantados o mensualidades igualmente adelantadas desde la primera decena de octubre y hasta los exámenes de junio. Si dos son hermanos pagan lo mismo cada uno, si son tres, el pequeño, una tercera parte. Los pagos de la pensión comprenden, manutención, casa, enseñanza, uso de gabinetes, museos y colecciones científicas. Además, tienen asistencia médica en enfermedades leves”.

Saltamos de etapa y en 1958-9 son los misioneros de La Saleta los que compran el edificio. Una Congregación que tiene sus cimientos en la aparición, el 19 de septiembre de 1846, de una “Bella señora” a dos niños pastores oriundos de Corps (Francia), en La Sallete. El obispo de Grenoble, Monseñor de Bruillard, dará por cierto en un mandato que “la aparición de la Santísima Virgen a dos pastores en la montaña de La Saleta… contiene en sí misma todas las características de la verdad, y que los fíeles tienen fundamento para creerla indudable y cierta”. Creándose un cuerpo de misioneros diocesanos. En una carta ‘fundacional’ del 4 de agosto de 1855.

Parece ser que el primer misionero saletino llega a España en el año 1957, Wladyslaw Pykosz que viene de Argentina para fundar la primera casa. Se une a él desde Francia el español P. Antonio Martínez y otro brasileño el P. Antonio Nichelle. En 1962 la Comunidad se traslada a Santa María donde se establece el Colegio Apostólico

En 1978 venden el Colegio y se trasladan a Valladolid. Felipe Molinero Rodríguez, cronista oficial de la villa de Santa María, comenta que “Lo compra entonces el Ministerio de Educación estableciendo la Escuela Hogar La Saleta, que estará hasta el curso 2017-2018, en la que residían estudiantes de distintos pueblos de Segovia. El edificio depende actualmente de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León”. A día de hoy (13 de marzo de 2025) aparece en la página-e de la consejería como tal.

A la espera de que los objetivos de la “Plataforma ciudadana Salvemos la Saleta” lleguen a buen fin y el edificio tenga un respetuoso final, rematamos con una serie de 20 tarjetas postales ilustradas, editadas por ‘Ediciones Yllera’, en la década de los años 30 del siglo XX, como “Recuerdo del Colegio Dominico de Santa María de Nieva (Segovia)”, de indudable valor para conocer la importancia de dicho edificio y las vivencias que en él tuvieron miles de estudiantes e internados desde los primeros años del siglo XX y hasta las dos primeras décadas del siglo XXI.