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El crimen en Segovia

La Casa del Crimen, objeto de la última ejecución pública en 1893.

Tiene Segovia una buena fama de ciudad tranquila y segura. Pero, como conocen los segovianos, la situación ha empeorado últimamente: se ha notado un aumento de los delitos, en particular los robos en viviendas particulares (estos, un 150%). Y la situación está preocupando a los vecinos. Por eso, en el programa electoral de Vox Segovia, proponíamos la implantación y desarrollo de una policía de barrio, para que fuese visible la fuerza pública en nuestras calles, dando tranquilidad a los vecinos. Por eso, en el pleno del pasado 8 de septiembre instamos a la Junta de Gobierno Municipal a acometer cuanto antes esa propuesta. Y por eso nos ha alegrado que el alcalde y su equipo de gobierno hayan tomado como propia esa propuesta nuestra.

El caso es que hoy el crimen, la violencia, la inseguridad ciudadana, vuelven a ser noticia en Segovia. Y esto es una desgracia, que bien se explica por el deterioro de la convivencia, que en parte tiene su origen en el nulo respeto a las leyes -incluso por parte de las más altas autoridades del Estado-, en el acoso y la desatención a los jueces y policías, en la llegada de gentes foráneas que no tienen aún bien entendido lo que debe ser una democracia occidental…

Sin embargo, la criminalidad siempre ha estado presente en la historia de la ciudad. Durante la baja Edad Media -y seguramente también durante la plena y la alta Edad Media-, los criminales campaban a sus anchas. Así, los criminales políticos -los Ricohombres y los Grandes tenían en Segovia sus partidarios, siempre ocupados en banderías y revueltas-, como los delincuentes comunes. Los primeros solían salir impunes, salvo que sus fechorías sobrepasasen los límites de la obediencia debida al Rey -caso de los comuneros-; pero los comunes estaban perdidos si les capturaban las justicias reales.

Y durante los siglos XVI al XIX, si bien desaparecieron casi totalmente los delitos políticos, siempre continuaron cometiéndose los delitos comunes. Bien lo recuerda nuestro cronista el bachiller Garci Ruiz de Castro: sobre muertes de hombres y heridos an venido muchos pesquisidores, que an echo grandes condemantiones… Sí, aquellos delitos se castigaban duramente y de manera que, si no sería justa a los ojos de los segovianos de hoy, sí que era eficaz. Ahí queda el recuerdo del patíbulo instalado tantas veces en la Plaza Mayor (1706, 1740, 1774, 1787, 1802, 1810-1813, 1818, 1826), en la plazuela del Alcázar, en el Rastro (hoy Paseo del Salón de Isabel II), en el Cerro de la Horca (hoy nuestro flamante polígono industrial El Cerro)… Entonces, media hora antes, sonaba en la torre de la catedral la llamada campana carnicera, avisando la ejecución. El encargado de poner fin a los asesinos era el verdugo de la ciudad: lo fue Miguel de Torres, que murió en la colación de San Clemente en 1619. La última ejecución pública en Segovia privó de la vida, en 1893, mediante el garrote, a los tres asesinos de don Alejandro Bahín y su criada, vecinos del barrio de San Millán. Y ahí queda también el soberbio edificio de la Cárcel Vieja, usado hasta después de la última guerra civil -también hubo una cárcel para los nobles, y otra para los clérigos-; aunque hemos de notar que hasta bien entrado el siglo XIX, no se cumplía pena de prisión tal y como hoy se conoce, sino que los delincuentes solo estaban presos en las cárceles durante la instrucción del proceso, una vez condenados, bien colgaban de la horca o bien partían hacia las galeras o hacia los presidios peninsulares y ultramarinos.

Una simple lectura de los libros de difuntos de nuestras parroquias durante el Siglo de Oro hispano -el siglo XVII-, nos da puntual noticia de muchos de aquellos crímenes, los más graves, porque costaron vidas. En San Facundo, hubo cuatro asesinatos en los años de 1606 (junto al convento de la Victoria), y 1607 (a una de estas tres víctimas la mató el marido), otro en 1618, otro en 1619, dos en 1639 y otro en 1675. En 1618 mataron en San Facundo a Juan Martínez, solicitador de negocios. En San Esteban mataron a dos hombres a puñaladas, uno en 1623 y el otro en 1627. En 1648 mataron a don José Jaramillo en el postigo de Santa Columba. En 1654, un ladrón mató a un criado del alcaide del Alcázar; y en 1670 murieron dos soldados de la guarnición en una escaramuza con vecinos. En 1685 mataron de una estocada en la calle de la Herrería a don Mateo Vélez Bracho… Los asesinatos fueron más frecuentes, como cabía esperar, en las populosas parroquias del Arrabal Mayor, donde habitaban los oficiales de la lana (gente turbulenta, sin más patrimonio que sus manos, “hez de vulgo y pólvora de las repúblicas”, en palabras del cronista Colmenares): en la de San Clemente ocurrieron en 1611, 1615, 1616 y 1617; las cuatro víctimas eran tintoreros. En la de Santa Eulalia mataron a un tejedor en 1639, y a un forastero en 1648. En la de San Millán, un hombre en 1622 y a otro en 1625. Et sic de ceteris

Y basta. Esta breve excursión por los antiguos tiempos del crimen en Segovia nos sirve para recordar el clásico latino: nihil novum sub sole. Pero también para poner, entre todos, los medios para que Segovia no vuelva a ser nunca una ciudad insegura, y menos aún violenta. Amén.


Author: Alfonso Ceballos-Escalera y Gila

Doctor en Derecho e Historia. Concejal de Vox en el Ayuntamiento de Segovia.

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11 Comments

  1. Antes de comentar una cosita: no hace falta que nos diga que es usted Vox, rezuma por los cuatro costados; segovia es de las ciudades más seguras de España.
    Rezuma, como su apología de la pena de muerte, eso sí no se puede negar su cultura de pluma y tintero y cómo la camufla.
    Espero no sea la línea editorial de este digital.
    Empiezo a dudar si tenerlo enlazado.

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    • Seguro que se lee las homilías del socialista Aceves o de los dos comunistas bolivarianos que escriben en este diario y seguro que le fascinan. Sólo tiene que no leer lo que no le guste.

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  2. Comparto totalmente el comentario de Segoviano

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  3. Donde esta la casa del crimen de la foto y que paso allí???

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    • ¿Cómo se puede hacer un artículo sobre el crimen en Segovia sin mencionar a El Tuerto de Pirón?

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    • Palacio Ayala Berganza. Hoy hotel. Al lado de la iglesia de San Milán.

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    • Busque el libro sobre dicha casa de Carlos Álvaro. Así se cultiva usted.

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  4. Siento decirle Sr. Ceballos-Escalera que lo de la policía de barrio ni es nuevo, ni es una invención de Vox. Si usted, como concejal que es, se preocupara de Segovia y hubiera visitado o preguntado alguna vez a los agentes de la Policía Local, sabría que la policía de barrio ya figura dentro de su estructura, aunque careciera de operatividad práctica por falta de efectivos. Que ahora, que parece que la plantilla ha “vuelto a crecer”, se la quiera dotar de contenido, puede ser positivo, pero si esto es todo lo “nuevo” que ustedes tienen que proponer pues mal vamos…. Salvo que todo esto, titular incluido, haya sido una excusa para que todos veamos lo listo que es y los amplios conocimientos en historia que tiene.

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  5. Pues los sociatas mucho hablar pero no pusieron policías de barrio. Hemos mejorado.

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  6. Y de qué sirven más policías de los que ya hay si luego cuando están aburridos se dedican a perseguir a los ciudadanos que transitan tranquilamente y si pillan a algún criminal, le toman datos y a la calle a seguir delinquiendo. La criminalidad no se soluciona enchufando a más funcionarios. Muy mal vox

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  7. Ya se critica hasta el respirar, el que sabe mucho que sabe mucho el que sabe poco que sabe poco. Que más da que sea de vox o de IU por dios. Me gustaría ver estos comentarios en Aceves, ah no!! Que no se puede comentar… en fin. Lo que rezuma por aquí es mucha envidia, porque solo se mete una persona en la vida ajena si su vida está muy vacía señores!! Gran artículo!

    Estaría muy bien más artículos. De Segovia y su pasado!

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