Palazuelos, cómo hemos cambiado

El mapa responde a cómo era Palazuelos en 1945. No llega a 50 casas, unos 300 habitantes. Un pueblo integrado en un único consistorio con Tabanera y San Cristóbal y pobrísimo. Nada que ver con lo que es hoy. Las familias vivían de la patata y de una precaria economía de subsistencia. Segovia estaba aún muy lejos y conectada por un camino de tierra prensada.

"Hasta la democracia, la cacera pasaba por la calle Real. El primer ayuntamiento democrático que hubo enterró la cacera. En verano los críos se bañaban allí. En la plaza del Chorrillo las mujeres lavaban la ropa", explica Gema Sanz Gil. Junto a su primo, Santiago Sanz de Andrés, impulsaron en febrero de 2018 el grupo de Facebook Recuerdos de Palazuelos de Eresma, en el ánimo de sacar a la luz las fotogfrafías familiares antiguas. El salón escénico del Ayuntamiento acoge estos días una selección de esas fotos, con charlas la primera de las cuales se celebró ayer y habrá otra el martes 13 de agosto (de 20 a 22 horas),

Así han emergido más de 300 imágenes de Palazuelos, que se remontan a los años 40 y hasta los años 90. Imágenes que permiten visualizar la mutación del pueblo. Una primera revolución fue la implantación de la Dyc en 1958. En los años posteriores Palazuelos pasaría de ser un rincón olvidado a ser un municipio envidiado. Se construyó un nuevo barrio para los trabajadores de la fábrica, la población aumentó. Pero nada comparable al desarrollo inmobiliario de los años 90. De entonces a esta parte el municipio ha quintuplicado la población. Apenas hay trazas del Palazuelos antiguo. La iglesia, la ermita y un par de casas es todo lo que queda de entonces.

Años 70. Carretera de Segovia.

Así que para muchos de los actuales vecinos, especialmente nacidos fuera del pueblo, es una ocasión única para conocer cómo era el pueblo físicamente, como evolucionó. De entre muchas fotos, las que llaman más la atención son las tomadas en la calle Real, con la cacera, en la plaza de Abajo, la vieja casona, el antiguo campo de fútbol. Hay una de 1967 especialmente interesante. "Es el grupo de vecinos que construyó la carreterina", explica Gema. Son apenas una veintena de vecinos que ese año con azada y pico terminaron  la carreterina, que entonces conectaba la carretera de la Granja con el acceso a la Dyc y ahí se quedaba. "A pico y pala terminaron el camino para conectar con la carretera de Segovia a Palazuelos, Siguero, que entonces llevaba la línea de autobús les ayudó dejándoles dos o tres trabajadores".

Las imágenes también permiten aproximarse a tradiciones antiquísimas que el paso de localidad eminentemente rural a zona periurbana han sumido en el olvido o casi. Las merendolas para San Antonio ante la ermita, que el ayuntamiento intenta actualmente revitalizar. O "tirar los gallos", la costumbre de colgar un gallo del campanario durante las bodas. Si el novio acertaba se quedaba el gallo (o lo que quedara de él), caso contrario, se lo quedaban los amigos del novio. A tal fin, en Palazuelos, los amigos del novio calentaban las piedras para que el novio no pudiera entrenerse demasiado en afinar la puntería. Hay imágenes de becerradas en algún patio, reconocible solo para las familias de toda la vida, procesiones, bailes...

Pero por encima de todo están los recuerdos. Tíos, padres amigos y, sobre todo, momentos, para recordar. "Cómo era la vida antes, como era de alegre y bonita la fiesta en la ermita. Guardo muy buen recuerdo de todo aquello", dice Gema. Recuerdos que ella, su primo y los integrantes del grupo comparten ahora generosamente.

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