Aunque, cuando te fuiste me diste el tiempo justo para hablar contigo, tanto dolor, impidió que me salieran las palabras y pudiera decirte todo lo que deseaba, solo que te quería un montón y muchas gracias por tanto vivido juntas.
He necesitado un mes para ser capaz de escribirte. Han sido más de 40 años y, aunque ahora, solo puedo sentir frustración, rabia, impotencia, dolor, necesito recordar, porque es volver a vivir, esos momentos compartidos.
El baloncesto nos unió y el reparto de minutos entre las dos, nunca fue un problema. Más adelante, no dudaste en acompañarme, como entrenadora, primero, al, entonces, Colegio Calvo Sotelo y, más tarde, al incipiente club Unami en el que fundamos la sección de baloncesto. Aquí, tuve la suerte de ser tu entrenadora y nunca tuve, a jugador o jugadora, tan currante, comprometida, tan compañera, tan profesional… El ideal de cualquier técnico. Precisamente, en esa faceta de entrenadora fuiste la mejor, no solo por tus conocimientos, sino por todos los valores que tenías y transmitías a tus jugadores
¡Tú sí sabías hacer equipo! Y tus jugadores y alumnos lo han podido disfrutar.
Han sido muchos años de compartir, viajes, cursos, campamentos, campeonatos, vacaciones, siempre, tuviste la virtud de hacernos a los demás la vida más fácil, más agradable y más sencilla. Recuerdo cuando fuimos a Nueva York. Mi hermana, Maica, queriendo ver museos y nosotras lo que queríamos era ver el Madison Square Garden, la cara que se nos quedó al pisarlo, no se me olvidará nunca.
Las circunstancias laborales me llevaron hasta Barcelona a trabajar en Special Oympics y pusimos distancia, aunque fuera, únicamente, física. Así, ambas empezamos a trabajar en ONGs, yo, de manera profesional y tú, como tantas veces, de manera altruista, poniendo todo tu corazón y esa ilusión tuya con la que has vivido cada proyecto que emprendías. Siempre sacaste tiempo para hacerme alguna visita y me sorprendías acompañada de mis sobrinos a quienes les mostrábamos el Camp Nou, yo, con la intención de hacerlos un poco culés pero nada, aquí también, me ganaste la partida, han salido tan merengues como tú.
Echo la vista atrás y en mis recuerdos buenos siempre estás tú. ¿Cuántos partidos habremos visto juntas, de baloncesto o fútbol, entre el Madrid y el Barça? Hasta vimos a Maradona en el Bernabéu. Lo que discutimos.
¿Cuántas vacaciones con mi familia con esas partidas interminables de continental? Siempre perdíais, mi hermana Celia o tú, y, cuando ganabais hacíais una fiesta. Y esas cenas con Helio y Fuen ¡Madre mía! ¡Qué manera de discutir! Sin embargo, el fin de semana siguiente volvíamos a repetirlo.
Peli, siempre has estado a mi lado y formas parte de mi familia. Mi madre, nuestra Emi, te quiere tanto que nos amagó con querer acompañarte. Maica estoy segura que, desde su mundo, también te echará de menos, lo mismo que Juan o nuestra Vega, que ya dice “hola Peli”, aunque me da tanta rabia que ella no pueda conocerte más. Sé que su padre Manu o su tío Ángel, también, le hablarán de nuestra Peli.
Amiga, eres la mejor persona que conozco, la más generosa y solidaria,… ¡Ah! También, la más cabezota.
He aprendido mucho de ti, me has dado lecciones en muchas cosas y, en tus últimos días, ni te cuento.
Cuando hace más de un mes te dije, Peli, dime algo, grita, chilla, llora, te puedes desahogar conmigo. Tu respuesta fue: ¿para qué? Yo no soy así. Una amiga me dijo que, hasta en eso, me cuidabas, que no querías hacerme pasar un mal rato ni que yo sufriera más.
Raquel, estoy segura que te gustará que en tu nombre dé las gracias a todas las personas que estuvieron contigo y te acompañaron de alguna manera, familia, amigos, compañeros de Concepcionistas y de ONGs, jugadores, alumnos, tu gente de Morichalito, al personal de oncología ¡GRACIAS! También, a las ”chicas”: María, Fuen, Visi, Maruja, Amparo, Lourdes, Resu, Lali, Ana, Mari Carmen, Angus y a Fuen Mayo, porque, no solo han estado a tu lado, también, han estado al mío.
Esta maldita enfermedad es con lo único que no has podido pero, es que no te ha dado ni una mínima oportunidad porque, si la hubieras tenido, estoy segura que habrías podido con ello. Habrías metido la canasta en el último segundo y habrías ganado el partido pero, amiga, es que, en este, no te pasaron la pelota.
Te prometo que te vamos a recordar con una sonrisa en la cara aunque, hoy, nos cueste sacarla.
Termino, me niego, no quiero ni puedo despedirme de ti. Hoy, después de un mes, no me hago a la idea de que ya no te tenga a mi lado, de que no hayas celebrado, como cada 5 de mayo, este día conmigo. Estoy mirando todas las noches el cielo y busco esa estrella, la más rojiza, como dice nuestro amigo Carlos, y hablo contigo. Sé que sigues cuidando de todos nosotros, así que, por favor, dame fuerzas porque te echo mucho de menos.
Carta remitida por Cuca Delgado.
9 mayo, 2022
Gran equipo de baloncesto femenino el que tuvieron. Gran labor de promoción de este deporte hicieron en Segovia.
Reivindicaron ellas solas su valía, con esfuerzo y tesón. Encumbraron el baloncesto femenino segoviano a base de obras.
Segovia debe estar orgullosa de ese equipo y de sus jugadoras, de las que están y de las que por desgracia nos han abandonado como es el caso de Raquel.
Descansa en paz Raquel.