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La tierra santa del sectarismo

Lo que llamamos “ideología política” cada vez se me antoja más unas orejeras pollinas que realmente impiden ver el mundo. Ya no distingo el credo político de un sesgo de confirmación que actúa como un agente que consolida lo que ya creías saber, los prejuicios. Funciona así, para tener un juicio ético rápido sobre tal o cual cosa tiras de una supuesta estructura ideológica que te facilita una inmediata toma de decisiones, decisiones que no hacen sino confirmar el prejuicio. La ideología así concebida termina siendo un bucle perverso del que hay que deshacerse cuanto antes mejor.

Vean lo que ocurre en Tierra Santa. La izquierda española y europea tiende a ser pro-palestina. Un ejemplo claro lo tenemos aquí mismo, en acueducto2, en el artículo publicado por el responsable provincial de IU, Carlos Serrano. Se nos recuerda que Palestina es un país ocupado, que Israel no ha respetado las decisiones de la ONU y culpa directamente a los israelíes, y de paso, al imperialismo americano de ese hervidero de odio que es la antigua Tierra Santa. En parecidos términos se han explayado dirigentes de ¿Podemos?, tal que Ione Belarra, y multitud de articulistas.

¿Pero no echan nada en falta de esos análisis sectarios?  Pues sí, ni una sola palabra, pero es que ni una, sobre la salvajada perpetrada por Hamas. Comandos que entraron a sangre y fuego en Israel asesinando a civiles, violando mujeres, tomando rehenes, mientras desde Gaza se disparaban cohetes también sobre población civil en una salvajada abominable. Esto no puede ser ignorado.

A diferencia de los palestinos, en España, donde apenas hay población judía, Israel carece de voces mediáticas relevantes. En otros países sí, por ejemplo en Estados Unidos o Argentina, donde son un poderoso lobby y la opinión pública es básicamente pro-israelí. Desde allí también llegan los típicos vídeos donde comentaristas indignados tronan contra la salvajada cometida en el festival Supernova de Kibbutz Re’im, los asaltos a Kfar Aza… Pero inmediatamente pierden la razón cuando callan (no digo ya cuando justifican) que al otro lado de la frontera se acumulan imágenes de desdichados sacando pedacitos de niños entre ruinas humeantes batidas por la artillería de Israel.

¿Para eso tenemos ideología? ¿Para silenciar las barbaridades de los nuestros y exaltar las del contrario? Eso no es sino sectarismo. Una vergüenza.

El sectarismo nos lleva a análisis irreales. Israel tiene derecho no solo a defenderse sino a que sus ciudadanos vivan con seguridad. Las acciones militares sobre población civil deben minimizar las bajas civiles. Ocurre que el adversario, en inferioridad de condiciones, practica una guerrilla urbana escudada en su propia gente y que en buena medida apoya a esos combatientes. La respuesta militar está condenada a ser, por tanto, un genocidio. Y eso es éticamente inaceptable. Ninguno de los dos bandos, en consecuencia, tiene a la ética de su lado. Unos no cumplirán las decisiones de la ONU sobre esto o aquello, los otros sobre el inalienable respeto a los derechos humanos. El resultado solo puede ser la guerra y la ley del más fuerte.

Teóricamente, la solución a este tipo de conflictos lleva siglos escrita. Es acatar los derechos humanos, pero atención, desde todas las partes. Ahora bien, el derecho queda en nada cuando no hay un poder efectivo para imponerlo, como es el caso del conflicto palestino, en el que encima, confluyen mil intereses regionales.

Así que la única opción ética pasa por la equidistancia. Denunciar las salvajadas de unos y de otros y trabajar por un alto el fuego efectivo. En su lugar, la ideología política nos lleva a agitar entusiastas o indignados banderitas de papel, una ingenuidad ideológica que nos convierte en cómplices de la barbarie.


Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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6 Comments

  1. No puedo estar más deacuerdo. Ojalá se imponga el sentido común

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  2. Prdacitos de niños hay en todas partes don Luis… ¡Ay esos ‘sectarismos’!
    Lo deja claro y palmario Ami Ayalon, jefe que fuera de los servicios secretos israelíes: “tendremos seguridad cuando ellos tengan esperanza”.
    Qué espera su sectarismo de unos barros… pues lodos y vuelta a empezar.

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  3. Señor Besa, vd. tenía que escribir sobre la guerra entre Hamás e Israel y ha redactado un texto equidistante. La mayoría de la gente que agita banderitas y que vd. califica de entusiastas o indignados no son ingenuos ideológicos, no se arrogue vd. en exclusiva la capacidad de análisis y tenga un poquito de pudor antes de decir que son cómplices de la barbarie. No le voy a hacer yo el análisis porque vd. también sigue su propia estructura ideológica, solo le digo que la gente que se manifiesta tiene opinión y criterio muy respetables, que lo que están es horrorizados, y que piden que pare la masacre a un pueblo ya estrangulado desde hace décadas, y se lo pide a los actores políticos que sí que pueden trabajar por un alto el fuego efectivo.

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    • Pero pardilla, condenas y deseas que paguen por sus crímenes los asesinatos realizados por hamas de mujeres niños ancianos ? Los condenas o no??

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      • Condeno todos los asesinatos los de Hamás y también los de Israel, que vienen de lejos y ahora está actuando como un estado terrorista y genocida. Sí, condeno, repito, los atentados terroristas.Todos.

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        • Equidistantes son estos rojerales e izquierdosos de Visa Oro y Chanel 5 algunas, que están mudos en condenar a Hamas como grupo terrorista, y las feministoides también han enmudecido, la tal Pam y la tal pum, o la que la da igual la igualdad, léase la ínclita Irene Montero, donde están para condenar las violaciones y asesinatos a mujeres y niños por los súbditos de Ala el misericordioso, será que ahí no sacan redito político, claro no interesa, vaya panda de hipócritas impresentables. Y ahora ya tiene columna también el Sr Serrano , que se adorna con el fondo del Heraldo Segoviano y nos atiza de su peculiar jarabe democrático y su sesgada memoria, ahora llamada democrática en lugar de histérica o histórica, y a su coletilla de por que fueron somos y porque somos serán, se le puede añadir ni todos eran tan buenos, ni todos eran tan malos y el tiempo que es inmisericorde, pone a cada uno en su sitio, hay cunetas a la izquierda y a la derecha de los caminos. Salud

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