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Investidura

En esta semana que se inicia, Alberto Núñez Feijóo tiene su prueba de fuego con la sesión de investidura. Los próximos días 26 y 27 se juega el ser o no ser. Hay que agradecerle su generosidad para la puesta en marcha del reloj de la legislatura, lo que le ha venido muy bien al presidente del Gobierno en funciones, aunque afirme lo contrario. En 2016, Rajoy no fue tan generoso y no aceptó la invitación del Rey. Su investidura, con una certeza absoluta, no culminará con éxito, pero su intención es utilizarla de forma instrumental para iniciar la oposición a una posible investidura de Pedro Sánchez, o bien lanzar su campaña electoral en caso de repetición de elecciones. Los errores tácticos y las contradicciones del PP desde el 23J hasta hoy lo alejan un poco más de esos cuatro escaños adicionales que necesita para alcanzar la mayoría absoluta ante una hipotética repetición electoral. Su intervención debe ser efectista con propuestas que sean valoradas por la sociedad española y le permitan visualizarse como una alternativa real de gobierno; de lo contrario, lo único que hará será allanar aún más el camino al actual presidente.

El debate de investidura va a girar en torno a la posible amnistía que los nacionalistas han anunciado, y el presidente del Gobierno de forma indirecta la ha ratificado. Feijóo se equivocará si limita el debate a la crítica y no hace un discurso propositivo, a la vez que ofrece “pactos de Estado” en los grandes temas, tanto si gobierna como si no gobierna, y visualiza sus políticas de acción en materia económica y social. Con respecto a la amnistía, tiene que abordar tanto el eje el jurídico como el político, sin olvidar el contexto y los antecedentes en esta materia.

Desde el punto de vista jurídico, en nuestro marco constitucional, la amnistía representa una quiebra del Estado de derecho. Sin embargo, el diseño de una ley para esta cuestión, que no tiene por qué denominarse ley de amnistía, admite diferentes recovecos que la hagan compatible constitucionalmente, sin entrar en otras cuestiones de mayor profundidad doctrinal. Así lo hizo el gobierno de Rajoy en 2012 con la denominada ley de amnistía fiscal. En realidad, se presentó como una ley de tributación especial con una exención fiscal del 90 por ciento de lo defraudado, garantizando el anonimato. Desde el punto de vista político, una ley de amnistía debiera estar ligada a un interés general y de Estado con un amplio consenso político. En nuestro entorno político, otros países lo han hecho, el último Portugal, pero, en cualquier caso, para su consistencia y legitimidad, sería imprescindible un acuerdo de los dos partidos mayoritarios que representan el 70 por ciento de los escaños del parlamento. Feijóo debiera ofrecer un pacto al PSOE para “encajar” como dijo el problema catalán y abordar, si fuera menester, un proceso de amnistía o indulto amplio condicionado a que situaciones como la que se produjo el 1 de octubre de 2017 no se repitan, así como a evitar la quiebra del principio de igualdad con otras comunidades autónomas en la resolución del problema. La pelota a futuro estará en el tejado del PSOE, lo que es tanto como decir que bajo la responsabilidad de Pedro Sánchez.

Otra cuestión distinta es quién ha de gobernar España en los próximos años, que es la madre del cordero tanto para el PP como para el PSOE en esa visión utilitarista que tienen de la política. Indudablemente, si Sánchez tiene amarrado el gobierno con los nacionalistas, como así se presume, la investidura de Feijóo será un sainete y el PSOE seguirá su hoja de ruta escenificando sus bondades para nuestro país y presentando a un PP trasnochado y a su líder como un mentiroso que no da la talla política para dirigir el país. Sánchez en este caso será presidente y tendrá una legislatura muy complicada, sin mayoría y condicionada en todo momento por el interés nacionalista. El mayor riesgo lo correrá el PSOE como partido que fía su pasado y su contribución histórica a la gobernabilidad de España y mejora del bienestar de los españoles, a la ambición política de su líder actual.

En el caso de que no cristalice ninguna de las dos investiduras en cartera, la repetición de elecciones, como así anticipaba el CIS esta semana -sin que sirva de precedente-, deparará una situación similar a la actual con el consiguiente bloqueo político. En ese caso, dados los antecedentes -el PSOE en 2016 se abstuvo para que gobernase Rajoy; en 2019 el PP no quiso abstenerse para que gobernase Sánchez-, ni el PSOE ni el PP se abstendrán para que gobierne el contrario, y el hartazgo e incomprensión de los españoles con la política y los políticos estará servido, salvo pacto sobrevenido que otorgue una mayoría parlamentaria a alguno de los dos, lo que no parece probable. En este caso, la única salida viable para garantizar la gobernabilidad del Estado es una solución a la italiana, ni Sánchez ni Feijóo, sino un tercero de consenso y con perfil técnico que permita un acuerdo para la investidura de los dos grandes partidos y nos permita superar el problema. Las investiduras se presentan inciertas. El tiempo nos deparará sus resultados y efectos. Esperemos que se resuelvan pensando en los intereses de los españoles.


Author: Andrés Segovia

Política provincial, autonómica y nacional

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14 Comments

  1. El camino es claro. A lo mejor es la última vez que votamos los españoles. En breve amnistía y referéndums en Cataluña y País Vasco, declaraciones de independencia, luego reforma y eliminación de la Constitución democrática de 1978 y la Monarquía. Proclamación de la República. Luego o bien Guerra Civil o autodictadura y proclamación del Caudillo Sánchez como gobernante vitalicio. Los mismos pasos que en 1931 o en 1936 o en 1939. Directos a una dictadura de Izquierdas. Es lo que ha votado la gente en Julio de este año. Así que sea. Luego que no vengan los lloros.

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    • Pedro Sánchez tiene un plan: una vez que Feijóo fracase en su investidura aguantará unos días las amenazas de los partidos independentistas, y cuando toda España esté temblando por una posible amnistía que inicie el camino a la independencia de País Vasco y Cataluña, aparecerá en todas las pantallas anunciando que la Constitución es lo primero y que no se presenta a la investidura, provocando unas nuevas Elecciones Generales. Y así Pedro Sánchez, y sus asesores, creen que blanqueará su figura, terminará con la crisis en su Partido, y ganará muchos votos de cara a los comicios venideros.

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  2. Típica salida de pata de banco, o yo o el caos, la visión apocalíptica del España se rompe, nada nuevo, nada original. Se hizo lo mismo en 2019, parece que no hay argumento mejor, o Yo, o el caos. Hace cuatro años se rompía España en pedazos, 4 años después, el independentismo está en horas bajas, sus peores resultados desde 2012. Vaya, con Rajoy 2 referéndums ilegales y una DUI, que mala suerte tenía el pobre, ¿verdad?, un 155 y la confrontación y judicialización como respuesta, gasolina para el independentismo, dentro de una poli6de tierra quemada en Cataluña para hacer del cuanto peor, mejor por considerar más rentable electoralmente hablando. Es lamentable lo claras que tiene las cosas y la falta de respeto a los resultados electorales. Si Feijoo, es incapaz de reunir una mayoría, ¿por qué enreda un mes mirando las musarañas?, engañando al rey y haciendo perder más tiempo del necesario, ahora, con todo perdido, con todo en contra solo queda intentar caldear la calle, que artista, flotando autobuses , con bocadillo de calamares y botella de agua incluida, i.ahino que alguno de por aquí habrá reservado plaza, no se pierda semejante esperpento.

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    • Comparto su comentario. Y lo aplaudo.

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      • Pues ya somos dos

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        • La democracia va unida al Estado de derecho, y en caso de incumplimiento, entran en juego los órganos constitucionales, hasta donde se de leyes. Lo contrario significan que campen a sus anchas los malhechores y no se protejan los derechos fundamentales. Claro q la política tiene q tener su papel y protagonismo principal, pero cuando uno o unos se tiran al monte, imponen su ley, atacan al Estado y malversan fondos, hemos de pedir a la Justicia que actúe como actuaría contra nosotros si lo hiciésemos. El actual presidente en funciones estuvo de acuerdo en la aplicación de estas medidas, lo que le honra. Ahora el interés ganarla puede aconsejar una amnistía, pero para esa medida se requiere un amplio consenso como apunta el articulista, y unas pautas y compromisos de actuación para el futuro, al objeto de avanzar en la resolución del problema catalán. Sorprende que ni PSOE ni PP llevasen esto en su programa de las últimas elecciones, y aparezca esto por arte de magia.
          Para el común de los mortales que vivimos de nuestro trabajo difícil de entender, de la misma manare que el hooliganismo de unos y otros.

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  3. Si el independentismo estaba en horas bajas hace unos años es porque Rajoy se atrevió a aplicar el 155 y a encarcelar a los delincuentes que dieron un golpe de Estado. Gracias a los indultos y demás gracias de Sánchez, en breve Cataluña y País Vasco con Otegui de lehendakari, serán independientes tras simulacros de consultas populares. En menos de un año. Pero Sánchez presidirá lo que quede del país. Todo vale. Las leyes no son para cumplirlas, si eres de Izquierdas o nazionalista no te aplican las Leyes. Maravilloso.

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    • Madre mía, usted no se entera de na.

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      • A ver si es que usted sabe demasiado o no se entera. Lo que es peor. Madre mía.

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        • Intenten aportar algo al debate. No admitiremos más descalificaciones.

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  4. Agradezco que se haya puesto encima de la mesa la necesidad de que no gobierne ni Sánchez, ni Rajoy. España y los nacionalistas necesitan un nuevo paradigma de gobierno, y hoy por hoy, los grandes partidos están en una cultura de poder que les lleva a anteponer su interés por encima del interés general. Nuestro pais necesita dos grandes partidos de gobierno que representen las dos grandes ideología predominantes en el mundo, pero quizás lo que no tienen ninguno de ellos son grandes líderes con visión de Estado.

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  5. Venga, dedíquense a buscar traidores “Tamayos-Aguirre” que les sobran los “altruistas empresarios” con buena buchaca en busca concesiones 😉

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  6. La aministia nos la van a colar por la puerta de atras, tened en cuenta que una aministia solo se aplica a quien ha sido juzgado y condenado, y no es el caso de Puigdemont que nisiquiera ha sido detenido. El resto de condenados por el proces ya fueron puestos en libertad e indultados por el gobierno. Por tanto nos van a colar una ley que lo que va a hacer es puentear al codigo penal al respecto de los delitos en los que se incurre cuando intentas dar un golpe de estado como el del 1-O y por supuesto no lo van a llamar ley de aministia, lo llamar ley de paz social o alguna ocurrencia asi.
    Si es que parecemos nuevos, lo mejor que se le da a nuestro presidente es hacer de trilero, y si te engañan una vez es culpa de quien te engaña, pero si te engañan varias veces es culpa tuya, y en esas estamos…

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  7. El autócrata no ha intervenido, Sánchez no ha contestado a Feijóo , como es costumbre en estos casos. Ha sido su forma de humillarlo. Es como actúan los matones de barrio. Lo habría hecho cualquier personaje sin principios. En eso es coherente. Miente siempre. No lo hace sólo cuando se trata de complacer a sus cofrades. Se debe a ellos en cuerpo y mente. Lo importante, lo único importante para él es que en su investidura, los votos le den ganador. Votos de golpistas condenados, herederos de etarras, chantajistas vascos y catalanes y la suma de comunistas y ultraizquierdas variados.
    El no quiso responder a Feijóo que expuso su programa, hizo su crítica con la mayor cortesía e inteligencia política. Sánchez prefirió ordenar al tal puente exalcalde de Valladolid, que respondiese por él. Lo hizo como supo, de la única forma que puede hacerlo un súbdito amaestrado. Calumniando e insultando a Feijóo. Con malas formas. Con grosería, sin el mínimo análisis político. No podía hacerlo una mente tan poco preparada , un cerebro romo y más preparado para servir al amo que para pensar y respetar a la gente. Un bulldog lo habría hecho peor.

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