Posted By Redacción on 16, Oct, 2017

Cacera de Navalcaz.

Desde el siglo XVI la Cacera de Navalcaz, que transcurre desde la toma de agua en Valsaín hasta Hontoria, tiene una concesión sobre el Eresma de 393 litros por segundo. Tradicionalmente esta concesión se subdivide en quintos alicuotas. El quinto de Quitapesares, controlado por la Diputación de Segovia; el de Palazuelos (que depende administrativamente del municipio); el de Aldeanueva (de titularidad privada); el del Cristo del Mercado (dependiente de la Junta Agropecuaria local de Segovia) y el de Hontoria, cuya titularidad depende del ayuntamiento capitalino pero está delegada en la Junta Vecinal de Hontoria.

Antiguamente esta derivación del Eresma era vital para mantener el pasto de estío, así como las tenerías y otras industrias del Cristo del Mercado, hoy sin embargo (y aunque sigue siendo vital para los usos ganaderos del alfoz), hay otra necesidad: el abastecimiento humano.

Y es que una concesión así resulta una golosina para municipios como Palazuelos, o los desarrollos previstos en Quitapesares, cuyo crecimiento pasa por asegurar concesiones de agua con que sustentar las licencias de habitabilidad,

El pasado 24 de septiembre se procedía a la junta ordinaria anual, en la que siguiendo la costumbre de rotar la presidencia de la comunidad de regantes por quintos (alcalde de cartas), correspondía a Jesús Nieto, como representante de Palazuelos. Como manda la tradición, tales juntas se celebran con un convite del alcalde de cartas entrante a los representantes de los demás quintos. Pero la de septiembre no fue una más. Nieto acudía con un borrador de ordenanzas que introducía una importante modificación. Reconocer el uso para abastecimiento humano del agua correspondiente a los quintos de Palazuelos y Quitapesares.

No hay agua suficiente

Pero la modificación de ordenanzas no prosperó. Nieto convocó una junta extraordinaria para el 27 de septiembre, pero no estando claro quién puede votar, y ante la oposición de los quintos capitalinos, el cambio de ordenanzas quedó sobre la mesa.

La razón. Actualmente, las ordenanzas vigentes que datan de 1867 disponen que el agua de Navalcaz es exclusivamente para riego. Antaño lo era para patatales, mantenimiento de tenerías y pastos. No hay problema para tomar la que se considere desde el 1 de marzo al 30 de junio. Pero a partir del 1 de julio el uso del agua está exhaustivamente regulado y aún así no hay suficiente. Esta situación no conviene a Palazuelos y Quitapesares, donde los patatales han dado paso a suelo urbano, pero sí al resto de quintos, donde se mantienen importantes zonas de pasto para ganado.

Y lo que pasa. Si se acepta el uso del agua para abastecimiento, y como según la ley es prioritario al de riego, entonces los quintos de la cacera baja corren serio peligro de quedarse sin agua y sin pastos en pleno verano, que es cuando se necesita. De ahí el rechazo a las ordenanzas que Diputación y Ayuntamiento de Palazuelos quieren llevar adelante. Otro problema no menor es que, en el caso de que hubiera que adoptar un uso para agua de boca, habría que soterrar y entubar la cacera para derivarla a las estaciones potabilizadoras, al menos en el tramo de los dos primeros quintos.

¿Vacas o casas? Visto desde Palazuelos es agua del municipio, que no se puede aprovechar para lo que realmente se necesita. Además, no hay contraprestación económica, el uso del agua es gratuita para los quintos. Visto desde Hontoria, y aunque la ganadería es un sector en declive, es la pervivencia de un uso ancestral que podría complicar la vida o incluso imposibilitar la supervivencia de las ganaderías.

De momento el consenso es trabajar en unos nuevos estatutos que solventen la situación alegal de la comunidad de regantes, basada en tradiciones y que se quiere ahora amoldar a la ley de Comunidades de Riego.

Nota. La cacera además de agua, depara alguna de las rutas más interesantes de la sierra. Aquí un artículo al respecto redactado por Juan Pedro Velasco.

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