Entre bodas, graduaciones, guiris, perroflautas y familias arrastrando retoños por las paradas de títeres no cabía un alfiler en Segovia el sábado 16, día grande del Festival Titirimundi. El certamen tiene dos caras, el Festival propiamente dicho, con montajes vanguardistas como las recreaciones de Moliere y Shakespeare en versión muñecos, que puede verse estos días, junto con marionetas de Taiwan y títéres “para adultos”, entre otra treintena de shows. Eso si se ha tenido la prevención de comprar anticipadamente la entrada. Lo cierto es que a estas alturas el no hay billetes cuelga en las taquillas, de donde el imprevisor, con suerte, debe contentarse con los espectáculos callejeros (previa espera, la cola para sentarse en la plaza de Juan Bravo era de media hora larga) y otro espectáculo en sí, el off festival, con paradas de bisutería, colonias, busca vidas, este año aderezado además con la publicidad electoral de los partidos o la caseta que tenía montada Podemos entre unos emplumados amerindios y un vendedor de marionetas.
El festival cierra el domingo su XXIX Edición, convertido ya en el certamen titeresco por excelencia de cuantos se desarrollan en España, realzando este su proyección con la emisión en Segovia y dedicado al títere del programa La Ventana, dirigido por Carlos Francino. Básicamente financiado por el Ayuntamiento de Segovia, con la colaboración de Diputación y Junta de Castilla y León, la presente edición ha contado con un presupuesto de 230.000€, calculándose que los cerca de 50.000 visitantes que atrae a la ciudad se dejan en Segovia 1,7 millones de euros.
17 mayo, 2015
Como e voto cautivo de siempre sí señores. Dicen que con buena ¡eh! bien se. Sabio el refranero. El mejor negocio privado del siglo, además si hay elecciones no te cuento y en puente-madrileño ¡lo petas! Me gustó en sus raíces, para mí que, como nuestra política, necesita un repaso.