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Vídeo: dos lobos devoran un ternero en El Espinar

El vídeo fue grabado por Carlos Rubio el 11 de agosto de 2015 y subido a su canal de Youtube ese mismo día. Según la información adjunta, la grabación se realizó sobre las 8 de la mañana en la finca Dehesa Chica de El Espinar. A lo largo de los 11 minutos de grabación se aprecia a una loba y a un lobo dando cuenta de un ternero. Hay varias decenas de buitres y otros carroñeros esperando su oportunidad, en un continuo tira y afloja entre los lobos y los buitres.  Al final, la llegada de un vehículo del ayuntamiento de El Espinar deja el terreno libre a los buitres.

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En el vídeo no se observa si los lobos dieron muerte al ternero, aunque Rubio presupone que así fue (enlace al blog del autor). En otra imagen previa al vídeo subida a las redes sociales (la información llevaba a las 19 horas de ayer 145 “compartidos”) se ve a una vaca tratando de expulsar a los lobos. Tanto el vídeo como las imágenes han derivado en la polémica sobre quién paga realmente la extensión del lobo en la meseta. Los colectivos ecologistas tienden a minimizar esos ataques, aduciendo argumentos tan peregrinos como que los que se producen “no se producirían si los ganaderos encerrasen a sus vacas”, lo que sería tanto como abolir la ganadería extensivo por la vía del sobrecoste. Por su parte la Junta se jacta de pagar escrupulosamente las indemnizaciones derivadas de estos ataques.

Las organizaciones agrarias, en cambio, acusan a la Junta de pagar tarde, poco y mal. Normalmente, no siempre es fácil probar que la muerte de una oveja o un ternero fue a resultas de un ataque directo de los lobos. A ellos se suma que las indemnizaciones parten del peso de la res, no del lucro cesante que supone para el ganadero perder la crianza de una vaca durante una temporada. Por último, y cuando se paga, se tardan meses en cobrar.  Los ganaderos abogan por limitar la población lobuna al Sur del Duero, donde siguen siendo animales protegidos.

Tampoco abundan datos sobre la frecuencia de estos ataques. En Segovia, y según los medios de comunicación, el invierno pasado alcanzarían a media docena de ataques “documentados”. Es precisamente en invierno cuando se intensifican los ataques sobre reses. En verano, en cambio, son raros, y más aún en zonas como la Dehesa Chica, una finca municipal, cuyos aprovechamientos ganaderos se subastan anualmente y que está a unos centenares de metros del polígono industrial, al pie de la SG-500 entre el club de Golf de El Espinar y El Espinar y en una zona frecuentada por paseantes.”Normalmente los lobos rehuyen la presencia humana, en verano se alimentan fundamentalmente de roedores. El inicio de la media vez y las cacerías pueden haberles movido de sus territorios”, explican biólogos consultados.

Author: Redacción

Acueducto2. Noticias y actualidad de Segovia.

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