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Una boda de pega para arreglar la iglesia de El Espinar

El 24 de agosto de 1924, con el concurso de vecinos y turistas de El Espinar, se escenificó en la villa una boda tradicional del siglo XIX fotografiada por el padre Benito de Frutos, académico e historiador que también hizo una película de 24 minutos, hoy perdida. El montaje, en el que Wenceslao Mateos y Maximina Pérez hicieron el papel protagonista de novios tenía como único objetivo recaudar fondos para el arreglo de la iglesia parroquial de San Eutropio, demostrando que las iniciativas que movilizan pueblos para lograr dinero a través de fotografías “originales” es una práctica antigua.  Un siglo después, la mejor de aquellas imágenes se ha convertido en la “Pieza del mes” del Museo de Segovia.

Fotografía de la falsa boda ambientada en el XIX.

La fotografía que se expone a lo largo del mes de julio en el Museo de Segovia muestra al grupo principal de la boda, con los protagonistas en primer término. Su autor, el padre Benito de Frutos, fue académico e historiador. Desde los primeros años del siglo XX, desarrolló una importante labor de documentación fotográfica. Sus primeros trabajos datan de 1905, y la labor que llevó a cabo como fotógrafo de la Comisión Provincial de Monumentos, entre 1923 y 1929, ha proporcionado una extensa muestra gráfica de contenido monumental y etnográfico.

La tradición de Segovia

Del conjunto de imágenes tomadas por el padre Frutos del acontecimiento, la instantánea expuesta en el Museo de Segovia es la más representativa. Se trata de una pieza de 64 centímetros de alto por 49,5 de ancho, un positivo de placa de cristal. En el centro del grupo están los novios, Wenceslao Mateos de la Huerta y Maximina Pérez, flanqueados por los padrinos, familiares más allegados y amigos.

La indumentaria que visten responde a la puesta en escena que pretendían conseguir. Mezcla diferentes elementos recuperados de baúles y desvanes y complementos variopintos que dan como resultado una teatralización y no tanto una reconstrucción fidedigna de una boda del siglo XIX. Se pueden recalcar algunos detalles como el relicario que lleva la novia prendido en el pañuelo. También el mandil con múltiples pliegues que porta la madrina, al lado de la novia, siendo estos dobleces un elemento habitual en la indumentaria segoviana.

Cabe destacar además el complejo peinado de la invitada que aparece justo detrás de los novios, un esmerado picaporte con más de 20 cabos, dos rodetes sujetos con dos horquillas cada uno, grandes pendientes típicos segovianos de aldabón, los adornos y la cuidada colocación del pañuelo y del mantón de manila. En el caso de los hombres se puede subrayar el detalle de las medias, probablemente azules por el tono de la fotografía. También sus borceguíes, unas botas de media caña. Ambos atuendos tradicionalmente segovianos.

La ‘pieza del mes’ es una actividad con la que el Museo de Segovia pretende promover el conocimiento de aquellos fondos singulares y poco divulgados que no suelen estar incluidos en la exposición permanente del centro. La pieza seleccionada para este mes de julio puede visitarse en el Museo, en la calle Socorro, 11, de martes a sábado de 10.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 19.00 horas. También los domingos, de 10.00 a 14.00 horas.

Author: Redacción

Acueducto2. Noticias y actualidad de Segovia.

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