Posted By Redacción on 9, Mar, 2021

Tiene el coronavirus un punto machista que hace que, por ejemplo, 2/3 partes de los contagios se ceben en esa mitad de la población que son las españolas. Como recordaba la portavoz de la Asamblea 8M Segovia, Isabel Higueras, desde lo más bajo del escalafón económico -en lo más alto en dignidad- han sido miles de señoras de la limpieza, auxiliares de clínica, enfermeras, cuidadoras, que en razón del oficio se han visto afectadas por el covid desde la primera línea  contra el virus. También son mujeres las que mayoritariamente se han visto afectadas por ERTEs y ERES. “Es por eso que hay que seguir reivindicando la lucha feminista: el trabajo de la mujer es esencial para la vida”, explicaba.

Y como cada año lo hicieron en la calle, pancarta en mano. Aunque esta vez en mucha menor cantidad. Sobre 200 personas (si llegaban) se congregaron en la plaza de Los Huertos. frente a Correos, en una mini manifestación que acabó en el Azoguejo. Marcha a cara de perro. “Con todas las trabas mediáticas y administrativas”, explicaba Higueras, en referencia a, entre otras, la extemporánea medida dispuesta por la Junta de obligar a las participantes de las marchas de Segovia, León y Soria a registrarse ante la organización a fin de “suministrar información esencial para la trazabilidad de contactos”.

Es la primera vez que la Junta obliga a algo así, de las muchas manifestaciones habidas en estos meses de limitaciones, algunas de ellas notablemente más nutridas, es la primera que se obliga a “pasar por el registro”. Obligación relativa. “Hemos abierto un registro por internet en el cual el que quiera que se apunte, nosotras no podemos obligar a la gente a registrarse”, explicaba la portavoz. Y aunque sí abundaban efectivos de la marcha “decorados” con el QR de acceso a la aplicación, lo cierto es que las más se lo pasaron por el forro. Fracaso total de esta “original”  iniciativa de la Junta si te quieres manifestar regístrate previamente ante la autoridad pertinente. Ni caso.

Como cabía prever tras la tormenta mediática desatada por el 8M del 2021, a su vez heredera de la no menos tormentosa de 2020, la mini-marcha segoviana estuvo perfectamente adaptada a la situación, con una marcada distancia de seguridad y orden ejemplar. “Somos conscientes de estar en el punto de mira”, se justificaban. Al final 200 personas (si llegaban), con la sola presencia de IU y Podemos como apoyo político visible y ostensible ausencia de muchos colectivos de las otras ocasiones. En descargo de la organización, decir que esta vez, cuanto menos mejor; no se trataba de batir ningún récord, sino, más bien, de evitar la demonización del 8M.

Más apretados estaban los participantes en los actos institucionales. Por ejemplo el auspiciado por el Ayuntamiento de Segovia, de decoración de un mural faminista en el Maria Fortún de Nueva Segovia. Hubo “árbol de autoras” en la Universidad, una suerte de árbol decorado con escritoras y artistas para dar visibilidad a las creadoras. Una reunión en la subdelegación. Estreno de un banco violeta en San Cristóbal. Y en lo que toca a la Diputación de Segovia, un higiénico vídeo con un grupo de chavales poniendo imágenes a la lectura de “Una mujer fuerte”, poema de la ganadora este año del Gil de Biedma, la nicaragüense Gioconda Belli.