La Seguridad Social modificó en 2017 la normativa destinada a compatibilizar la percepción de la paga de jubilación con la actividad laboral (por cuenta ajena o cuenta propia), en lo que se llama la jubilación activa: seguir desempeñando una actividad laboral una vez jubilado, al tiempo que se cobra toda o la mitad de la pensión.
La medida contempla dos supuestos. En el procedimiento “estándar”, el pensionista sigue trabajando por cuenta propia o ajena en tanto recibe un 50% de la pensión. La jubilación activa plena, es decir, cobrar el 100% de la pensión, está reservada a aquellos autónomos jubilados que una vez jubilados acreditan haber contratado a algún tercero ex-profeso para cubrir la baja.
A 31 de marzo, la Seguridad Social contabilizaba en Segovia 291 pensionistas en situación de jubilación activa al 50% (de los que 20 cotizaban en el Régimen General y el resto de Autonómos), y otros 55 en situación de jubilación activa plena.
En la práctica, el cambio de 2017 incentiva este tipo de contrataciones por cuanto para la Hacienda Pública mitiga los gastos de la Seguridad Social -en el caso de percibir la mitad de la pensión- y sale a cuenta también en la modalidad plena al vincularlo a la contratación de un trabajador. Para los trabajadores autónomos -la gran mayoría de los dados de alta en este sistema- les permite completar su pensión con la percepción de las rentas derivadas de seguir trabajando.
Para acogerse a la jubilación activa hay que tener 65 años y un mínimo de 35 años y 6 meses de cotización en el ejercicio 2018. Asimismo los beneficiados están obligados a cotizar hasta un 8% de la base de cotización (“cotización especial de solidaridad), que en el caso de trabajadores autónomos se asume íntegramente por el jubilado y si es por cuenta ajena a repartir entre un 6% la empresa, y el 2% el trabajador. A esta forma de trabajo post-jubilación no pueden acceder los autónomos societarios, es decir, lo que administren SL
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