Unadescarada vergüenza consentida por miedo a los miles de allendesierra. Que no pueden invadir sus pantanos y zonas naturales como por aquende pobre sierra.

Sin ánimo de polemizar, yo tampoco le doy la ‘perra gorda’. Revise las fotos, que conocerá, y verá que es algo más que una casa de “aperos de labranza”, salvo que incluya los de las monjas de San Vicente y la Huerta Grande cercanas. La nueva construcción como indica Yatedigo y comentaba Calimocho hace unos días no difiere de lo ya construido más que algunos centímetros, no creo que llegue a metro. Ni en perspectiva ni en el paisaje primitivo en absoluto. Salud, señor Verdugo y siga tan incisivo en su comentario semanal 😉

Tiene razón en algo. No es una “caseta de obras” sino una caseta de aperos de huerta reconvertida en otra cosa. Lo cambiaré. Tampoco le negaré la gravedad del asunto de los miniapartamentos pero no cabe el paralelismo salvo para el “tú más” si Sancho se salió del tiesto, ya lo pagó y quizá pagó poco, pero su proceso ya se hizo. Aragoneses (Bueno, su pareja que se comió el marrón tratando de salvar a su compañero) vulneró la legalidad, quizá por mera torpeza. El caso es que paso de la ley. Eso, en política y mas jugando como jugaba el tal Arahuetes (No hay prisioneros), tiene costes. Entonces se mató la torre sacrificando el caballo. Así lo creo. Y si. Soy más de Segovia que el Acueducto y a lo largo de mi vida he conocido decenas de concejales cuyo nombre nadie recuerda por muy importantes que se creyeran en su momento.