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Titulares o titulares

Un buen proyecto deportivo tiene que tener tres claves acertadas para poder funcionar: Coherencia, planificación y trabajo. El Barça este año no cumplió ninguna de ellas. Les propongo hoy un vistazo a uno de los grandes de nuestro fútbol.

En este mundo periodístico de barricada y de análisis cortoplacista, los titulares de prensa de este curso deportivo en can Barça han sido, fundamentalmente, dos: Neymar y Messi. Ninguno de los dos me parece relevante para explicar el paupérrimo rendimiento deportivo del primer equipo. Yo prefiero apelar a la ausencia de los otros Titulares, los de la cancha.

El tsunami viene de lejos. Apunten más al director deportivo, Andoni Zubizarreta. Su currículum y su trayectoria en los despachos no puede sumar más fiascos y su presencia en el club es un auténtico problema para el barcelonismo. Ni un buen fichaje, ni una buena venta. Si además, un equipo como el Bayern te da un repaso por intensidad y organización como el que sucedió el año anterior en la Champions… hay que hacer más que traer un delantero.

Primero: La elección del técnico. Pilar fundamental para pilotar una nave, Martino llegó con demasiadas sospechas sobre la ascendencia de Messi en la elección. Si no, no se entiende cómo habiendo un puñado de técnicos con más conocimiento de nuestro fútbol y de la idiosincrasia del FC Barcelona se optara por él. El grupo –uno a uno o mirado como colectivo- del Barça es peor ahora que en el pasado curso. El equipo se estancó o más bien, declinó y deambuló sin lo más preocupante: una identidad válida.

Segundo: Los fichajes. Es difícil con los recursos del Barcelona fichar tan mal. De los últimos años, salven a Jordi Alba y lo demás resulta un erial. A poco que uno analizara la plantilla azulgrana el pasado curso, se daría cuenta que faltaban, por lo menos tres piezas en el engranaje defensivo. Un central solvente (de primer nivel), un lateral de garantías para relevar a un desgastado Alves y un medio polivalente que pudiera igual suplir a Busquets en el barrido de esa zona, como incrustarse en la zaga para echar una mano a los centrales en fases de sobrecargas de tarjetas y lesiones.

Además, Xavi Hernández ha sido (bajo mi punto de vista) el mejor jugador del fútbol español de la última década, pero muestra inequívocos síntomas de fatiga. Debería haber disminuido el nivel de exigencia y presencia en partidos y ¿quién mejor que Tiago Alcántara para haber ido dando ese relevo? La venta/chollo del centrocampista al Bayern es un desastre completo. No es un tipo que se va por orgullo o por dinero a casa de un jeque adinerado, es un futbolista que acude a la llamada de Guardiola, que de esto sabe algo, y a reforzar un rival directo. Sumen a esta venta la de Villa. Internacional y campeón del Mundo con España, se pagan 50 millones por un jugador que se vende por la décima parte. Y me temo lo peor, ahora, para hacer caja, harán lo propio con Pedro, Tello, Deulofeu o cualquiero otro chaval de la cantera que, al final, ofrecen más rendimiento que las incorporaciones ajenas.

Por último Neymar: Su fichaje es un clásico ataque de vanidad deportiva de un directivo-marchante resultando desde el inicio de la trama tan incomprensible en lo deportivo como aparatoso en lo económico. Absolutamente prescindible para el grupo, el ridículo del dinero invertido, el bochorno institucional y la imposibilidad de destinar esas cuantías al verdadero refuerzo del grupo, hacen de la jugada de Neymar un gesto al más puro estilo Florentino Pérez.

 

 

 

Author: Opinion

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