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Svitlana, de Ucrania a Segovia con una hija con parálisis cerebral

Las guerras son odiosas. Los alumnos del Colegio Claret de Segovia pudieron comprobarlo una vez más a partir del testimonio de Svitlana Kolachnyk, una ucraniana con 20 años de residencia en España, empleada del hogar, que hace un año decidió volver a su país. El motivo del regreso era hacerse cargo de su hija Vaslyna, de 22 años y paralítica cerebral, junto con su hermana melliza Ivanka. Las dos hijas habían sido criadas por la abuela en Ucrania, en Leópolis, mientras Sveta trabajaba en España. Pero tras una operación la abuela se encontraba sin fuerzas para seguir sirviendo de apoyo a Vaslyna.

Tocaba volver a Ucrania, y eso hizo Sveta hace un año, cuando nadie se imaginaba la tragedia en ciernes. El plan de Sveta era volver a España primero sola, para más tarde, traerse al resto de la familia. Pero llegó la guerra y hubo que precipitar los planes. A la desesperada y con la familia al completo, tuvieron que cubrir los 70 kilómetros que separan Leópolis de la frontera polaca, acarreando con la silla de Vasylina y con el pequeño de dos años, hijo de Ivanka, a quienes no pudo acompañar su padre, al no estarle permitido salir del país. Finalmente, pudieron hacerlo en un vehículo y, tras una jornada en el campo de refugiados polaco, consiguieron llegar hasta Valencia y, desde ahí a Segovia, gracias a la colaboración prestada por la familia con la que Sveta estuvo trabajando casi 14 años, en su anterior etapa española, y con la que comparten vivienda, desde la que establecen comunicación diaria con los allegados que han quedado en el país de origen.

Los alumnos del Claret, entendieron, preguntaron y agradecieron el relato realizado por esta ucraniana de 45 años y cuyo sueño, desde los primeros años de estancia en la península, fue trabajar en la empresa Mercadona, como ahora lo es el de su hija Ivanka, peluquera de profesión, y a la que le gustaría poder ejercerla en algún establecimiento de nuestra ciudad, al mismo tiempo que intenta encontrar a alguna persona que le enseñe el idioma español, con objeto de poder desenvolverse de forma más autónoma.

Lo que se pudo comprobar en esta charla, tan cercana como cruda, es que, detrás de Svitlana Kolachnyk, (la mejor cocinera de tortilla de patata del mundo, según sus amigos) a quién su marido abandonótras confirmarse el diagnóstico de su hija Vasylina, es que su figura representa la fuerza del ser humano para sobreponerse a la adversidad con determinación y siempre mirando hacia adelante en busca de un futuro mejor para los suyos. Una historia común a los más de cien refugiados que se calcula han llegado ya a Segovia, 77 de los cuales han tramitado ya los papeles de “protección temporal”, que conlleva permiso de residencia y de trabajo.


Author: Redacción

Acueducto2. Noticias y actualidad de Segovia.

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