A las 21:45 el hasta entonces bullicioso Azoguejo empezó a vaciarse de personal. Las cuadrillas de chicos, los que tapean, los turistas… Todo apuntaba a un sábado noche más hasta que, de golpe, la ciudad se vacío.
El primer día de toque de queda se cumplió a rajatabla en Segovia, al menos en sus puntos de ocio más habituales. Solo el “desplante” de un grupúsculo de Vox y afines marcaba la excepción. El resto, a casa con el recado.
Autobuses funcionando pero vacíos, camareros anticipando varias horas el cierre de terrazas con caras de circunstancias, y poco que reseñar salvo el impactante vacío de una ciudad muerta.
La fantasmal concentración de ¿Vox? en el Azoguejo vació de policías el resto de la ciudad. No había controles en las salidas de la ciudad ni en las carreteras de acceso al alfoz. Eso sí, sobre las 22 horas, caravanas de coches enfilando una prematura vuelta a casa, dejando una ciudad más muerta que viva.
La segunda ola nos ha vuelto a dejar sin sábado noche, y lo que nos espera. Para la policía, sin embargo, empezaba el trajín. Se anticipa una noche de denuncias; que la calle duerma no quiere decir que la juerga nocturna no busque sus rendijas.
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Y como siempre los “voxtrencos” dando la nota.