Antiguamente, los cirios eran el equivalente a la luz eléctrica. Así que donar o regalar un enorme cirio capaz de alumbrar durante semanas no era una cosa simbólica; suponía regalar cera para la iglesia durante meses. El “voto del cirio” era algo habitual (por ejemplo, sabemos que la venta de la cera sobrante de funerales y ofrendas supuso una importante vía de ingresos para la fábrica de la Catedral de Segovia y que los gremios tenían asignado el pago a la fábrica de un cirio al año).
En Santa María la Real de Nieva la tradición sigue viva y coincidiendo con las fiestas de la Soterraña cada barrio de la localidad decora un enorme cirio -algunos de “pasada la arroba”, o sea, de once kilos arriba- que se traslada ceremonialmente por el pueblo hasta los pies de la Virgen. Una tradición que se pierde en la noche de los tiempos (se habla que pudo originarse en el siglo XIV) y que ha estructurado una serie de tradiciones paralelas: “las cantaoras”, las pedidoras y su venta de estampas, las colaciones de pastas…
Por su carácter antiquísimo, por haberse preservado inmune al paso del tiempo, la Fiesta de los Cirios de la Soterraña ha inaugurado el registro de Manifestacion Tradicional de Interés Cultural Provincial, un marchamo con el que la Diputación, a traves del Insitituto de la Cultura Tradicional Manuel González Herrero, pretende proteger, ayudar a difundir y contribuir a su pervivencia.
“No solo es una cuestión simbólica, implica también el apoyo económico de la Diputación y, como ha sido el caso de la Fiesta de los Cirios, financiación de investigaciones, y ayudar a la sensibilización social de la importancia de velar por estas tradiciones”, explicaba la directora del instituto, Sara Dueñas, quien señalaba la intención de ser “selectivos” con el catálogo de fiestas y tradiciones a incluir.
De los fondos del instituto son las presentes fotos, de diferentes ediciones de la Feria.
Últimos comentarios