El mausoleo franquista ubicado en los restos del convento de San Agustín, en el centro histórico de la capital es un verdadero marrón para el Ayuntamiento de Segovia. Por aquello de compensar, a los nombres de los caídos nacionales labrados en piedra en los años 50 en plena fiebre por el “caídismo”, desde el Consistorio se añadió, en 2013, una austera placa de acero cortén “en memoria de los segovianos represaliados por defender la II República y la libertad”. Como “ni pa ti ni pa mí”. Se mantenía el mausoleo franquista pero se le lavaba la cara y se cumplía con la memoria histórica con la placa de recuerdo a los republicanos. Todos contentos. Total, el mausoleo es prácticamente invisible y nadie va por allí.
Complicada equidistancia, pues de vez en cuando sucede que el monumento aparece totalmente pintarreajeado. La última vez esta semana, con pintadas firmadas con la preceptiva parafernalia supuestamente “antifascista” (“A” circunscrita, hoces y martillos, el símbolo (?) feminista, un “Castilla Antifascista”). “Memoria Histórica”, “Manos manchadas de sangre inocente” sobre la placa de los fallecidos en la División Azul, y unas enormes borrajetas a ,o largo del ábside.
Amparándose en que también lucía manchas de pintura la placa republicana, el Ayuntamiento de Segovia, en nota oficial, hablaba de este nuevo acto de gamberrismo sobre el patrimonio como “ataque vandálico a las paredes de San Agustín y al monolito dedicado a la memoria de los segovianos represaliados por defender la II República y la libertad“. En honor a la verdad, y en el último párrafo sí se alude a que en las mencionadas paredes “figuran los nombres de los segovianos que lucharon en el bando nacional tallados en la propia piedra”.
Así pues, estamos ante un ataque vandálico más descerebrado de lo habitual, pues sus firmantes “antifascistas” no paran mientes en pintarrajear muertos de aquí y muertos de allí, o bien se trata de dos ataques distintos y de distinto signo.
Algo no cuadra. Como también llama la atención que la placa de la República fuera limpiada casi totalmente horas antes de que el ayuntamiento anunciara que va a denunciar los hechos y que la empresa de limpieza procederá (nótese el tiempo verbal) a eliminar las pintadas en la citada pared y en el monolito dedicado a la memoria etc… Además, las fotografías que acompañaban la nota estaban tomadas antes de la limpieza de la placa. Ocurre, cabe pensar y así lo afirman desde la Alcaldía, que la pintura de la placa, para la que se utilizó un espray, era más fácil de retirar, y así en la mañana del 13 de noviembre ya se había actuado sobre ella, en tanto que para recuperar las paredes, donde también se ha usado espray además de pintura acrílica, habrá que emplear agua a presión y disolventes que no dañen la piedra caliza del viejo ábside, lo único que queda del antiguo convento (1570-1600) obra del segoviano Pedro Brizuela.
14 noviembre, 2019
Luego aparecen en la placa de la calle Real y así in aeternum ¡País, S.A.! que diría el difunto Forges. No sé si tenemos arreglo. O se ponen seriamente manos a la obra nuestros políticos… aunque dudo mucho de su capacidad de consenso. Sabrán mucho y estarán muy preparados los señores y ñoras de carreras y másteres, pero del arte de gobernar, poco o nada.
14 noviembre, 2019
Se empieza así y acabamos en el 36. Todo es susceptible de empeorar
14 noviembre, 2019
Los de las pintadas: unos garrulos; los del ayuntamiento: también. Habría que recordarles que gobiernan para todos, no sólo para “los suyos”