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Mari… y lo que sigue

Señor profesor, ha dicho “mari y lo que sigue”. En Primaria no valía todo. Yo me críe en un centro público masculino. En el patio podías escupir, dar collejas, hacer bulling y llamar gordo a uno, meterte con ese por orejudo con el otro por narigón… No digo que estuviera bien. Digo que podías (y esto era muy popular) hincharte los carrillos con agua de la fuente y proyectar el chorro sobre algún compañero (si te faltaba un diente, mejor; se hacía pasar por el hueco el agua con lo que se alcanzaba una admirable precisión)… Todo eso valía y como poco sirvió para reforzar nuestro sistema inmunológico.

En cambio, no valía usar las expresiones maricón o hijo de puta, eso violaba cualquier protocolo vigente en Segundo de EGB, de modo que hasta los más beligerantes para con los delatores toleraba que llegado el caso, el acusica mayor (muchos de los cuales terminaron de periodista, aviso), advirtiera al profesor: “Martínez Cuadrado ha dicho mari y lo que sigue…”

Para la gente de mi generación resulta bastante excéntrico que, con la de problemas que arrastramos, la actualidad política venga dada por si el máster de uno es de pega, que si hay que re-re-enterrar al tío Paquito, si tal ministra ha dicho que vio a unos jueces irse a putas en Cartagena de Indias hace diez años o si llamó a tal otro maricón hace seis. Que conste que nunca entendí (bueno, entender sí que lo entiendo) qué tienen qué hacer en Cartagena de Indias jueces y fiscales. Se ve que iban cada año, que cuando se coge vicio a algo…  Espero que entre ellos no fuera el juez de Sepúlveda, con la faena que tiene… ¡Siete años le ha costado poner en marcha una causa por homicidio que data de 2011!

Pero en estas estamos. Casado, Sánchez, Rivera e Iglesias, los cuatro jinetes del Apocalipsis, parecen entender la política como una guerra de trincheras mediática de a ver quien saca más “likes” y quién abochorna mejor al ministro de turno, aunque sea en base a grabaciones de hace diez años. Es un “Sálvame” donde lo  que importa es destrozar la popularidad del líder rival.

Sálvame está muy bien… Pero claro…  Kiko Matamoros no paga la ciudad de la justicia de Nueva Segovia. Hay proyectos vitales que a todos nos afectan y que dependen de unos presupuestos. Se habla de mantener los servicios públicos, mejorar las pensiones, ¿pero cómo hacerlo cuando el desacuerdo se lleva por delante miles de millones de euros porque nadie está dispuesto a aparentar debilidad en esta guerra de egos?

Realmente, al menos para los de mi quinta, Sánchez, Casado, Rivera e Iglesias, el relevo generacional, son unos pintamonas. Por más que luzcan másteres y doctorados, dudo que tengan más cultura básica que la que tenían Aznar, Zapatero o Suárez.  Psicológicamente los cuatro parecen cortados con el mismo patrón, egocéntricos psicópatas, con una ambición desmedida frente a la cual no hay país que valga. Quieren ser el mono alfa, y la ideología, si la tienen, no es más que una herramienta de captación electoral, prescindible según sople el viento.

Claro que no creo que en ambición sean menos que Suárez, González, Zapatero y Rajoy. Simplemente son otra quinta. El problema no es tanto su evidente falta de preparación, su nula visión del Estado, su egocentrismo insufrible… Eso son cosas que las generaciones pereclitados gustamos de criticar a las emergentes olvidando que nuestros líderes no fueron, en eso, mucho mejores. Al menos estos tarados ¡hablan inglés!

El problema es otro. Deberíamos estar rompiéndonos los cuernos para sacar adelante un presupuesto. Nos va mucho en ello. Los cuatro jinetes del Apocalipsis hablan y no acaban de mantener los servicios públicos, pero a la hora de la verdad, son más que capaces de renunciar al balón de oxígeno en forma de techo de gasto, 6.000 M€ (lo que cuesta un mes de jubilados), con tal de no perder un “me gusta”. Así son.

Y todos tienen la culpa por igual. Se dirá que es Sánchez el más interesado/beneficiado en sacar adelante las cuentas, olvidando que fue él quien despeñó a un gobierno que estaba en mejor capacidad para tal fin. Todos igual. Cero absoluto.

Es un problema gordo, culpa nuestra en última instancia. El problema es que el holiganismo político está ya tan encarnado que el interés general ha quedado fuera de la ecuación. Y montamos pifostios siderales a resultas de una rata acusica que graba a la gente en los bares. Nos lanzamos la superioridad moral a la cara. Castigamos al que pacta, premiamos al que más demagogia destila. Y estos pobres desgraciados, Casado, Rivera, Sánchez e Iglesias, simplemente nos siguen el juego.

Creo que es inmadurez. Los ciudadanos votamos un “no” al bipartidismo buscando una mayor diversidad representacional pero en lugar de premiar el pacto y castigar la cerrazón, algo inherente al multipartidismo (o si no ya me contarán qué), somos incapaces de dar el siguiente paso: aparcar temporalmente la ideología, filias, fobias y ambiciones, y poner en el centro el interés general.

Tranquilos, que no tardaremos mucho en “madurar”. Se aprende a tortas. Y estamos en puertas de pegarnos una de las impresionantes.

Author: Luis Besa

Luis Besa. Periodista,

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1 Comment

  1. No le falta a Usted razón, Don Luis.
    Pero no estoy de acuerdo en eso de que “todos son iguales”, en relación a los “cuatro jinetes”. El “dúo sacapuntas”, los “Picapiedra”, el doctorcito ZPedro y el Marqués de Galapagar, es imposible compararlos con Casado y Ribera. Por dos simples motivos.
    El primero es básico. Nunca han gobernado, y por tanto no sabemos como funcionaría el País, cosa que si que sabemos cono funciona con los dos “cazurros” que nos mandan ahora.
    Y el segundo, es el “peligro” que tienen Sánchez e Iglesias. Este último, creo que es más que evidente, y está más que explicado (a Venezuela me remito, aunque para muchos les parezca que está muy lejos)
    No compare, Don Luis, no compare.
    Y 100% de acuerdo en lo de que “El problema es que el holiganismo político”. Y en la enorme cantidad de atontaos y abducidos que hay en este país. Se nos salen los tontos (y tontas). Que daño está haciendo tanto “reality show” para borregos (y borregas), y los que creen que la “cultura” es ir al cine.

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